
En la tragedia de México no solo están quienes se ocupan de salvar vidas humanas, sino también de las mascotas tras el derrumbe de los edificios. Las redes sociales fueron vitales para el servicio

El periodista y escritor Jorge Hernández escribió en su columna para el diario El País, de España, una realidad sobre lo que acontece en México, a raíz del temblor registrado el martes.
Entre otras cuestiones, detalló que en este tipo tragedias “se miden los abusos y mentiras de quienes han apuntalado estructuras que se derrumban a la primera sacudida, pero también la oleada de millones de mexicanos que alzan la mejor cara de México, la honesta transpiración sin horarios que echa la mano sin fijarse en apellido o color de piel, el alivio incansable para quien llora o tiene sed, la serena mirada vidriosa que contagia a todos para seguir adelante y crecerse mucho más allá de los discursos y corbatas”.
En ese contexto, están los héroes anónimos que batallan por encontrar vidas y no solo las humanas, en medio de un dolor por las 225 muertes contabilizadas hasta ayer.
Como muchos edificios colapsaron y bomberos y diferentes vecinos siguen la búsqueda, también están los jóvenes que se ocupan de salvar la vida de los perros y otros animales.
Ania es una de ellas y, quizás, la más conocida por las redes sociales, ya que se encarga de rescatar a los perros perdidos y luego subir sus fotos a las redes para que puedan encontrarse con sus dueños.
Es que mucha gente optó por escapar de los edificios ante el terremoto y la mayoría quedó sin poder salvar a su mascota.
Ania y su propuesta genera tendencia en Twitter y hace ruido gracias a su labor por rescatar a mascotas que se perdieron en el sismo. Su nombre de usuario es @AniaJinx.
Claro que Ania no es la única. Hay otros rescatistas, la mayoría mujeres, que ponen manos a la obra y hasta se organizaron para twittear diferentes informaciones referidas al tema. De hecho, una se ocupa de anoticiar a sus seguidores sobre las veterinarias que se encuentran abiertas para ir a buscar perros perdidos o para llevar a la mascota herida tras el terremoto.