
Las tres escuelas de jornada completa del departamento son las más afectadas. El programa deja de ser universal. Malestar diverso y preocupación de directivos y padres

Unos 250 alumnos, de apenas tres escuelas de la región, dejarán de alimentarse en sus escuelas a través del tradicional Programa de Asistencia Integral de Córdoba (Paicor).
El Gobierno provincial avanza en el recorte de raciones del Paicor. La medida abarca a las tres escuelas de jornada completa en el Departamento General San Martín: Remedios de Escalada, de Tío Pujio; Comandante Luis Piedrabuena, de La Palestina y Arturo Capdevilla, de Ticino.
Si bien la semana próxima se conocerá la cifra definitiva, durante marzo ya dejaron de recibir la alimentación en esta modalidad.
Uno de los justificativos que transmitieron los directores de los establecimientos consultados es que el programa «deja de ser universal y vuelve a como era en un principio, alcanzando a los chicos de familias carenciadas, los que realmente lo necesitan». La primera madre que llamó a la Redacción de EL DIARIO expresó su malestar y casi no pudo terminar de hablar con la voz entrecortada por la bronca y la impotencia. «Yo tengo trabajo, pero cómo hacés para explicar que tenés que salir a cocinar a tu hijo que tiene una hora para ir a su casa y comer, cómo hacés para desconocer que en muchos casos puede ser la única comida del día. Nos conocemos todos y sabemos que esta situación duele», dijo. Otro aportó que «además los chicos están contenidos, acompañados, y eso da a los padres que están trabajando la tranquilidad de saber que están en la escuela con un plato de comida. Eso tiene un gran valor que supera lo económico». Una empleada doméstica expresó que «a quienes trabajamos por hora no nos alcanza el tiempo y el dinero».
Los directores
«Es una situación que produce tristeza», dijo Daniel Tisera, desde hace siete años director de la Escuela Remedios de Escalada de Tío Pujio. Pero además transmitió cierta impotencia porque el recorte de raciones se informó «a través de Internet. A nosotros nos quedó dar a conocer un 0-800 a los padres para que hicieran su reclamo, una encuesta en realidad, la que después también nos enviaron a los directivos para completar. Creemos que se trata de un cruce de datos, pero sólo suponemos porque son medidas que nos ‘bajan’ y donde no tenemos posibilidad de intervenir».
Tisera explicó que «de los 250 chicos de la matrícula que comían en la escuela quedaron 120 en la nómina, de los que unos 50 deberían ser restituidos» al programa, ya que en ese grupo «hay muchos chicos de la ruralidad que vienen a esta escuela». Esperan que en el listado definitivo se salven estas individualidades.
Marcó que el programa «era universal y se profundizó más en los últimos años. Dejaba de asistir quien no quería quedarse a comer. Pero además tiene muchas más virtudes». Por último, narró que un niño le dijo que se retiraba a almorzar a su casa porque es «un rechazado». Y entonces reflexionó: «Ojalá no cause un problema de convivencia, ya que ese es el principal problema de la escuela, no el educativo».
Organizarse
Otro de los centros educativos afectados es el de Ticino. La directora de la escuela Arturo Capdevilla, Sonia Picotti (desde hace 10 años), sostuvo que «cada familia deberá organizarse» ante este recorte.
En este caso, diferenció que «ya había muchos chicos que no comían en la escuela» y que «si bien al principio fue complicado, con el tiempo se fueron acomodando».
En cuanto a números, de una matrícula de 266 alumnos, 110 almorzaban allí y en esa lista quedan apenas 51.
«Ajustaron el programa a lo que era en sus comienzos, apuntado a padres que no tienen ingresos formales, que no tienen aportes o madres solas», consideró Picotti. Agregó que reinscribieron «algunos alumnos (que viven en el campo) y tuvimos la posibilidad de completar trámites con algunos padres, pero la lista definitiva estará la semana próxima». Mientras tanto, «desde el primer día de clases, los alumnos del campo debieron traerse la comida y fueron atendidos por el personal del Paicor».
Para la directora, «ahora todas las escuelas con jornada extendida trabajan igual», aunque reconoció que «con la modalidad de jornada completa se complica».
Lo que no se ve
«No ven nuestra realidad. No se ve cuánto tiene que ver Paicor con la educación». Así lo afirmó la directora de la Escuela Comandante Luis Piedrabuena de La Palestina, Mirian Boglio. La institución de jornada completa tiene el agregado que de sus 98 alumnos, más de 40 son de la vecina localidad de Arroyo Cabral (asisten a diario en transporte municipal). De esa matrícula, se seguirán sentando a la mesa para el almuerzo sólo 36 (62 quedarían marginados).
Boglio deslizó que «ya no estará la universalización, pero no se tuvo en cuenta que están ocho horas en la escuela y que si van a su casa se recorta el horario, donde el niño está contenido, se puede perder la asistencia a las asignaturas especiales y las horas complementarias».
«La situación preocupa porque se complica y así se pierde la jornada completa en sí. En el caso de los chicos de Cabral, ahora los padres reveerán su elección, porque en muchos casos es por las horas de trabajo de ellos, además de la calidad educativa, con jornada completa», apuntó.
La directora dijo que «la mitad casi son alumnos de la zona rural, los que quedan pendientes, que por ahora llevan viandas», y que mencionó que acompañaron «para que sean reinscriptos todos», además de enviar nota a la Dirección de Paicor Interior de Córdoba (Graciela Tottis) a través del coordinador regional Rubén Erreguerena».
«Tuvieron en cuenta los colegios albergues, pero no ven nuestra realidad», lamentó Boglio con la esperanza de quitar ese velo.
Franco Gazzoli