
Con un caño sobre la carpeta, no cesaron los trabajos para dar curso a las aguas y evitar que las mismas lleguen a la localidad. Ya no quedan evacuados

Si bien ya no quedan evacuados en la localidad, los trabajos por evitar que las aguas ganen calles e invadan la población no cesan. Ayer por la mañana interrumpieron el tránsito sobre ruta nacional 158, de manera total, para ubicar un caño que conectado a una bomba arrocera permitió desviar el curso del agua, desagotando la masa hídrica que se presume llega desde Los Zorros. Más tarde el corte sólo fue parcial.
Esta situación se ubica en el acceso suroeste, a la altura del acceso al cementerio de la localidad. Para pasar de un lado al otro de la carretera nacional, como lo hicieron en anteriores oportunidades de inundaciones, se coloca un tramo de caño y un trayecto de material flexible (tipo nailon) que evita que el agua se dirija a la localidad.
Por la orilla
Esta masa de agua proviene desde la ruta (provincial S388) que une a Los Zorros con la vía nacional 158, «baja por la orilla de esta última y si no la desviamos antes, nos entra al pueblo por el medio», explicó un trabajador municipal en plena tarea.
Y advirtió que de ser así, «hace un desastre».
«Por eso se la cruza con bombas para que agarre por el camino que está al lado del cementerio y así sigue el bajo», agregó el trabajador.

Hacia Pozo del Molle
Del otro lado, a unos cinco kilómetros de La Playosa, hacia Pozo del Molle, también por ruta 158, la correntía de agua erosionó un pedazo de alcantarilla y personal de la Dirección de Vialidad Nacional estuvo en el lugar realizando reparaciones: habrían colocado una alcantarilla provisoria. Hasta allí llegaron la intendenta playosense Gabriela Nicolino, su secretario Franco Villar y el comisario de la localidad.
Una preocupación marcada es que podría llegar más agua desde Los Zorros y James Craik, pero también resultan poco alentadores los pronósticos meteorológicos, ya que anuncian lluvias para el fin de semana.