Inicio Culturales “Lo que hacemos son libros tracción a sangre, a mano, uno por uno”

“Lo que hacemos son libros tracción a sangre, a mano, uno por uno”

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“Lo que hacemos son libros tracción a sangre, a mano, uno por uno”
“De Borga me había gustado su síntesis, su verso filoso, por decirlo de alguna manera, y de Mercadal, la problematización del lenguaje que ella ejerce de manera permanente”, señala Maturano

Desde la editorial independiente surgida en La Docta, se lanzaron títulos de autores locales, como Gustavo Borga y Silvina Mercadal

“De Borga me había gustado su síntesis, su verso filoso, por decirlo de alguna manera, y de Mercadal, la problematización del lenguaje que ella ejerce de manera permanente”, señala Maturano
“De Borga me había gustado su síntesis, su verso filoso, por decirlo de alguna manera, y de Mercadal, la problematización del lenguaje que ella ejerce de manera permanente”, señala Maturano

Desde fines de los 90 hasta la fecha, Córdoba no dejó de ver el nacimiento (y a veces, también la muerte y el ocaso) de innumerables editoriales independientes.

Eran (y aún son) sellos cuya apuesta se orientaba hacia las “voces underground” de la ciudad y el país, autores no contemplados por el canon ni la industria cultural mediterránea; esa que hasta entonces tenía el poder tanto de promocionar a un escritor como de desaparecerlo.

Sellos como Llanto de Mudo, Nudista, La Creciente, Caballo Negro, Estampas Japonesas, Tinta de Negros, El Ojo en la Tinta o Dínamo Poético fueron los primeros en editar desde Córdoba a los autores de la “posmodernidad” nacional.

En esa misma línea “ideológica y estética” nacía en 2013 Borde Perdido, que en el último año viene de publicar no sólo autores de importancia nacional como Silvio Mattoni y Liria Evangelista, sino también los últimos trabajos del villanovense Gustavo Borga y la villamariense Silvina Mercadal.

Por eso la primera pregunta a Sebastián Maturano, padre de la criatura, tiene que ver con esa tendencia cultural por la “ampliación del campo de batalla”.

-¿Borde Perdido es una continuidad o una ruptura con esa tradición por la edición subterránea?

-No pienso necesariamente a la editorial en oposición a otras. Por el contrario, creo que sin esos sellos como Llanto de Mudo, Nudistas o La Creciente, Borde Perdido sería muy distinto. Eso se debe al gran nivel de trabajo editorial que hay en Córdoba y que te exige cuidar tu laburo. Hay, por así decirlo, un “piso de calidad” elevado, lo cual es muy bueno. Por otro lado, son casi nulas las políticas públicas que incentiven a estos proyectos.

 

Sobre la “ausencia de bordes”

-¿Por qué decidiste crear una editorial?

-Supongo que por una serie de factores. La literatura siempre formó parte de mi vida. Si a esto se le suma lo dificultoso que es conseguir material de autores que uno admira y la pasión por el trabajo gráfico y manual, armar una editorial se caía de maduro.

-¿El nombre del sello tiene que ver con una apuesta marginal?

-No. Es un término que se utiliza en gráfica y que significa sacar una copia sin margen ni bordes, “a borde perdido”, se dice. Pero también tiene, supongo, una reminiscencia poética. Digamos que me gustaba cómo sonaba, pero no por una cosa romántica o naif del “margen” o la “marginalidad”, sino más bien desde la ausencia de borde. Si no, tenés bordes, no te pueden agarrar. Y eso te da otras libertades para pensarte y moverte.

-Además de editor, escribís y dibujás. ¿Cómo conjugás ese combo?

-Mi formación principal es en artes visuales, aunque también escribo poesía y narrativa. Es difícil conjugarlo porque el trabajo editorial te demanda mucho tiempo de lectura y confección. Pero siempre aparecen pequeñas ideas y frases que voy anotando y que con el tiempo comienzan a tomar alguna forma. Este año he estado dibujando más que escribiendo. Como mi trabajo es muy creativo, no lo veo disociado del arte, sino todo lo contrario. Cuando diseñás la tapa de un libro, hay un trabajo visual que me gusta mucho. Y eso se relaciona directamente con la plástica.

-Tus libros no aparecen en grandes tiradas, ¿es parte de la apuesta?

-Sí. Se debe a que Borde Perdido es una editorial artesanal. Lo que hacemos son libros tracción a sangre, a mano, uno por uno. Las tiradas, por lo general, son de 100 o 200 ejemplares y en caso de agotarse, hacemos más. Siempre previo acuerdo con el autor. Este año, si todo sale bien, haremos nuestra primera incursión en offset con una tirada de 500 números, pero es un caso particular.

-Venís de editar “Como un corazón”, de Gustavo Borga, y “La cautiva, alucina”, de Silvina Mercadal. ¿Qué te sedujo de esos títulos?

-De Gustavo había leído “Para vos no”, publicado por Llanto de Mudo. Me había gustado su síntesis, su verso “filoso” por decirlo de alguna manera. Sus poemas son casi microrrelatos o aforismos que pueden recordar a Augusto Monterroso y tienen una rareza que los hace únicos. De Silvina lo primero que leí fue «Nupciario», editado por La Creciente. Desde ese primer encuentro con su poesía me gustó el juego y la problematización del lenguaje que ella ejerce de manera permanente y que configuran una “lengua” propia; casi otro universo. Fue muy importante para mí poder editarlos a los dos.

 

Manufacturados y con una fabulosa toma de partido por “los nuevos”, los libros de Borde Perdido se pueden conseguir en Librelibro, de Villa María; y en El Espejo, Punto de Encuentro, Volcán Azul, Rubén Libros, Portaculturas, Dbd Club, Séptimo Arte y Café del Alba” de la Docta. Los precios rondan los 150 pesos, “porque la idea es que sean muy accesibles”, concluye Sebastián. Diez dólares por un ejemplar único; y también por una buena parte de lo que leerá el país en el futuro.

 

Iván Wielikosielek – Especial

 

Convocatoria a vecinos – Piden cartas y publicaciones para incrementar el Archivo

La Subsecretaría de Cultura solicita la colaboración de la comunidad para acrecentar el acervo documental del Archivo Histórico Municipal, cediendo o prestando documentos públicos y privados (escritos y/o visuales) producidos en Villa María.

Se recopilarán cartas, notas, publicaciones (diarios, periódicos, revistas) y fotos que muestren escenas familiares, paisajes urbanos, actos institucionales, actividades (laborales, artísticas, estudiantiles, académicas) y otros sucesos acontecidos en nuestra ciudad.

Más datos al 4618612, a patrimonio.historico@villamaria.gob.ar o en Cárcano y avenida Dante Alighieri, de lunes a viernes, de 7.30 a 12.