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“El quería morir en la cancha”

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“El quería  morir en la cancha”
“Tito” festejando un título con jugadores de las inferiores del “Lobo”. Uno de los tantos momentos que disfrutó en Argentino (foto Facebook)

Familiares del histórico planillero de Argentino que falleció el domingo, durante la final, agradecieron los gestos y recordaron su enorme pasión. “El club fue su vida; nunca quiso dejar de ir”, aseguraron su mujer y uno de sus hijos

“Tito” festejando un título con jugadores de las inferiores del “Lobo”. Uno de los tantos momentos que disfrutó en Argentino (foto Facebook)
“Tito” festejando un título con jugadores de las inferiores del “Lobo”. Uno de los tantos momentos que disfrutó en Argentino (foto Facebook)

“Muy agradecida”. Así dice estar con el club Argentino, con la Liga Villamariense y con el mundo del fútbol la familia de Sebastián “Tito” Mercadal, el hombre que falleció mientras su querido club disputaba la final del Torneo Apertura ante San Lorenzo de Las Perdices, el pasado domingo.

Susana, la mujer de “Tito”, y Guillermo, uno de sus hijos, quisieron resaltar “lo bien que se portaron todos con él” en el momento en que se descompuso y también luego.

Después de todo, fue la nota más negativa de la tarde en el barrio Nicolás Avellaneda, el hecho que hizo festejar a medias al “pueblo del Lobo” tras la victoria (1-0) conseguida en la segunda final. Porque Mercadal no fue uno más. Al contrario.

Susana recordó que “Tito” llevaba “30 años yendo a la cancha, sábado y domingo, siempre para hacer las planillas”. Y Guillermo contó que su papá se acercó al club para acompañarlo a él durante el baby y las divisiones inferiores, cuando las instalaciones se encontraban en el barrio Santa Ana.

“Yo dejé de jugar a los 16 años, pero él siguió yendo, se sintió bien así y no sabía cómo explicarlo, era su pasión”, afirmó.

“Cuando no tenía con qué ir a la cancha, lo pasaban a buscar los dirigentes, algún allegado al club o los mismos jugadores, que lo querían mucho”, sostuvo Susana. “Pero él iba siempre, sábados y domingos; las planillas no se tocaban hasta que llegara él”, agregó.

El recordado “Don” Nicola, el exrector de la Universidad Nacional, Carlos Domínguez, y tantos dirigentes emblemáticos que pasaron por la institución, pueden dar fe de lo que significó “Tito” en Argentino.

Se trató de uno de esos hombres que le dan todo al fútbol sin pedir nada a cambio, más que un golcito para ganar el partido.

Y desde su humilde lugar de colaborador indispensable, vio crecer a generaciones de jugadores y vio quizás más partidos de fútbol local que muchos futboleros juntos.

“La cancha era su vida. Creo que él quería morir allí”, confiesa Susana, para luego remarcar que “era imposible detenerlo”.

“Tito” sufría aneurisma y con sus 74 años debía estar tranquilo en su casa y no asistir a la cancha bajo el intenso frío y en un partido donde los nervios están a flor de piel. Pero “él quería estar ahí sí o sí”, contó Susana. “No se lo podía perder por nada en el mundo”.

Un error en un número de documento en la planilla puede causar hasta protesta de puntos, entonces Mercadal hizo lo de siempre, casi todo perfecto. Y apenas momentos después, cuando corrían 20 minutos del primer tiempo en la finalísima, se descompuso en el vestuario.

Con el malestar, lo trasladaron a un nosocomio local y minutos después murió. No pudo siquiera escuchar cómo terminó el partido. Pero Susana la tuvo clara: “Estoy segura que alentó y lo festejó desde arriba”.