La madre de la niña de 10 años que habría sido expuesta a exhibiciones obscenas y que sufrió un intento de secuestro, presentó ayer la denuncia formal en los Tribunales de Bell Ville. Los hechos ocurrieron en Ballesteros

Erika está decidida a que se esclarezca la verdad para que “nunca más” otro niño deba padecer lo que vivió su hija.

Por esa razón se presentó ayer en los Tribunales de Bell Ville y radicó la denuncia por “abuso sexual sin acceso carnal” e “intento de secuestro”, supuestos delitos que debe investigar el fiscal de Instrucción de esa ciudad, Oscar Aliaga.

Los hechos denunciados ocurrieron entre el miércoles y el viernes de la semana pasada.

Tal como relató Erika a EL DIARIO, su hija fue a pasar unos días de las vacaciones de invierno a Ballesteros.

Lindante a la casa de una de sus hermanas (tía de la pequeña) hay una obra donde estaba trabajando un albañil. Según pudo relatar la niña, después de días de angustia y temor, el trabajador de la construcción le mostraba los genitales haciendo señas obscenas y amenazándola para que no contara nada.

La pequeña lo único que quería era irse de allí. Como no podía relatar nada de lo vivido por el temor que le infundió el supuesto agresor, decidió armar su bolso e irse al domicilio de otra de sus tías, también en Ballesteros.

En ese trayecto fue interceptada por el albañil -siempre según lo que relató Erika a EL DIARIO-, quien la obligó a subir al auto por la fuerza. La niña pudo escapar y llegar a resguardo de su familia. Y en ese estado de conmoción decidió dejar de guardar el secreto y contar el infierno que vivió en esos días en que el agresor sexual la provocaba.

La mamá -oriunda de Ballesteros pero radicada en Villa María- decidió hacer la denuncia policial, donde, según su relato, no le dieron trascendencia al tema.

“Hoy, mi hija llora y tiene miedo. Todas las noches llora”, lamentó la mujer.

Es por eso que está decidida a que se haga justicia.

El primer paso de la investigación será corroborar los dichos de la pequeña en una Cámara Gesell, donde psicólogos entrevistan a la niña para evaluar la veracidad o no del relato.

Es lo que quiere la madre. Sabe que su hija no miente y está horrorizada por la poca trascendencia que le dieron al hecho en la Policía de Ballesteros.

Espera que en la Justicia no encuentre la misma indiferencia.