
Con el gol de Roberto Aimar, de penal, cuando apenas iban tres minutos de partido, Playosa venció 1 a 0 de local a Rivadavia en el debut de ambos en el campeonato

Escribe: Daniel J. Cerutti
En un partido que distó mucho de ser una exposición futbolística elogiable, Playosa consiguió una ajustada victoria de un tanto contra cero frente a un duro rival como Rivadavia, que expuso convicción y fortaleza hasta el instante final de la brega.
Cuando todavía no se habían posicionado los equipos en el campo y no se habían producido acciones de riesgo frente a los arcos, en la primera incursión ofensiva, Playosa consiguió la apertura del marcador, a los 3’. Una carga por sector izquierdo fue aprovechada por José Moyano, que desbordó y su envío hacia el área dio en la mano de Ardissino, en indiscutible infracción, motivando la certera sanción del penal por el árbitro Yúdica.
Roberto Aimar, con fuerte remate al centro de la valla, derrotó a Rodríguez poniendo el marcador 1 a 0. Sorprendente comienzo que sin dudas sacudió la estructura del visitante, quien debió extremar recursos para equilibrar el desarrollo en las instancias posteriores.
Fue importante la reacción del “Verde”, merced a la movilidad de Bracamonte y Berardo, que en base a voluntad y decisión fueron disminuyendo la presión playosense y utilizando remates de larga trayectoria (con la ayuda del viento), pusieron en aprietos a Garetto, que debió intervenir en dos o tres ocasiones. En el local fue perceptible el despliegue y movilidad de Diego Gabetta y Servetti, que por momentos impusieron superioridad en la zona de organización.
Pero el juego fue perdiendo interés en la medida que muchos jugadores entraron en la variante de querer imponer condiciones por la fuerza, motivando jugadas bruscas que obligaron la intervención del referí para aquietar los ánimos, con varias amonestaciones. Así, los dos protagonistas jugaron al límite, siempre disputando al extremo la posesión del balón y sin otorgar un mínimo de ventaja al adversario, aspecto que quitó condición técnica y desarrollo ofensivo al devenir del encuentro.
Rivadavia mostró algunos chispazos sobre el final del período, como un cabezazo de Garis que salió apenas desviado, mientras que el “Albo” estuvo más contenido en la búsqueda de proyección sobre las posiciones defensivas del huésped, restando todo ello cualidades destacables a una etapa inicial que prometió mucho desde un comienzo, perdiéndose luego en una sucesión de errores estructurales que quitaron fortaleza a la brega y, lo más serio, carencia de situaciones de gol. El tanto inicial de Playosa fue lo más expresivo, Rivadavia intentó el pasaje a otro nivel pero careció de efectividad y claridad en su progresión ofensiva, lo que frustró su posibilidad de empate, que pudo y debió haber logrado, otorgando así justicia al marcador parcial.
En el segundo período el visitante salió dispuesto a quemar las naves y por momentos sometió a una presión constante a su rival, destacándose al comienzo una gran atajada de Garetto ante remate franco de Vaglio, que llevaba destino de red. Playosa, más conservador que en primer parcial, intentó por vía Servetti y Moyano la perspectiva de usufructuar algún contragolpe.
A los 22’ se produjo la expulsión de Vincenti en Rivadavia por doble amonestación y tras una violenta infracción cometida a Servetti. A partir de allí y luego de la expulsión del director técnico visitante, José Villegas (por discutir fallos), el partido entró en una creación limitada, donde todo fue una demostración concreta de lo “antifútbol” y el clima temperamental negativo obligó al juez a decidir otras amonestaciones y la cuestionable expulsión de Diego Gabetta en Playosa, hasta allí una de las figuras de su equipo.
El estilo precario de juego con serias deficiencias en la orientación de los avances más la improvisación por sobre el armado creativo fueron los componentes que lamentablemente viciaron los 15’ finales, un partido que dio poco margen para el análisis positivo, como indicio de que el nivel técnico brilló por su ausencia, convirtiéndose la parte final en una repetición cuestionable de errores y fallas en el contexto general del juego.
Ganó Playosa con gran esfuerzo, pero sin la evidencia concreta de su dominio, que fijó solo en pasajes esporádicos; ante un adversario que hizo el esfuerzo y aportó lo suficiente como para merecer por lo menos la igualdad. Pero es válida la reiteración: en el concepto integral, el fútbol de correcta concepción táctica y técnica, estuvo totalmente ausente.
La figura – Lucas Layús
Se mostró como un defensor expeditivo y con una gama elogiable de recursos en función defensiva. Con Molina y Roberto Aimar constituyeron una estructura de oposición muy difícil de sortear para los delanteros del huésped. En Rivadavia fue correcto el trabajo general de Gino Salvatelli y Matías Bracamonte.
El árbitro – Yoel Yúdica
Mediocre actuación. Alternó correctas con erróneas sanciones. Dejó hablar demasiado a jugadores que debieron ser amonestados desde el comienzo. En el segundo período, tras las expulsiones de Gabetta y del director técnico de Rivadavia (José Villegas), pareció que el partido escapaba de su control. Bien en la sanción del penal para Playosa, aunque obvió otro penal en el área del local por desplazamiento a un delantero de Rivadavia.