
Norma Mesa, su prima que reside en Villa María, recuerda algunas visitas a la ciudad y sobre todo su inteligencia y enorme bonhomía

“Juan Carlos, en realidad, se llamaba Diego Isidro. Diego, al igual que su padre, un almacenero que tenía el negocio en su casa de barrio Alta Córdoba, frente a la iglesia Corazón de María. Aunque nosotros tampoco le decíamos Diego, sino Loto”.
Las palabras pertenecen a Norma Mesa, su prima por filiación paterna nacida en Córdoba pero que reside desde hace varias décadas junto a su esposo, el villamariense Héctor Cova, en nuestra ciudad. Ambos han cobijado a Juan Carlos en las distintas ocasiones en que su trabajo y su siempre expansiva y ascendente carrera artística se lo permitían.
“Recuerdo dos momentos en que él estaba en nuestra casa, de casualidad. Una vez cuando actuaban los Redonditos de Ricota en el Anfiteatro y nosotros ya estábamos viviendo aquí en la Elpidio González al 500. Teníamos un poco de miedo porque decían que iba a haber problemas, pero después no pasó nada. Y otra vez, aquí mismo se enteró lamentablemente de la muerte de su gran amigo y compañero, Gianni Lunadei. Fue muy duro para él”, acotó Norma.
También rememoró algunos de los pocos recorridos que el genial artista concretara en las calles de la Villa, como ciertas tardes en La Madrileña o cenas en los extintos restaurantes La Casona y Carayá, al igual que su fraterna amistad esgrimida con Julio Irastorza.

Por su mamá
“Juan Carlos siempre fue una persona inteligente, de un gran humor y muy pero muy buena. Ese humor que tenía seguramente lo heredó de su madre, una mujer encantadora, que fue ama de casa”.
Justamente, por haberle dedicado un poema a su mamá fue que Juan Carlos tuvo su primera y fugaz experiencia televisiva a los tiernos 15 años. “Participó de un concurso que emitían al aire organizado por el calmante Mejoral. Entonces lo invitaron a él, a su madre y a su hermano (el locutor Edgardo Mesa). Estaban un poco nerviosos, entonces, en medio del programa, dice la mamá: ‘¿Me podés pasar un Geniol?’, que era la competencia directa de Mejoral”, relató Norma entre risas.
“La última vez que lo vi fue en septiembre del año pasado, cuando Claudio Fantini (quien fue su columnista cuando trabajó en la radio cordobesa), organizó un homenaje especial en el Teatro Real. Y días atrás, le había hablado por teléfono. Me contaba que estaba por entrar a hacerse un tratamiento. En noviembre había perdido a su esposa de toda la vida, Edith, con quien también compartimos muchas vivencias”.
Uno de los grandes
Mesa nació el 15 de mayo de 1930 en Córdoba. En 1956 armó el programa “La Troupe de la Gran Vía”. En el 64 fue convocado para ser libretista del “Gordo” Porcel. Luego escribió para capocómicos como Pepe Biondi, Carlitos Balá, Santiago Bal, Alberto Olmedo y Tato Bores. En 1983 fue artífice del recordado “Mesa de noticias”, que luego continuaría bajo el nombre de “El gordo y el flaco” con Lunadei, quien le dedicaba su frase inolvidable: “Le pertenezco”.
En 1997 retornó a Córdoba para conducir el programa “El despertador” por LV2. Por último, tuvo algunas participaciones más en ficciones y programas televisivos. En su haber cosechó diversos galardones y dos premios Martín Fierro.