
El abogado defensor del odontólogo imputado por presunto “aprovechamiento” de una anciana en una operación comercial enfatizó que “se debe litigar en el ámbito de los Tribunales”

Para el abogado Antonio Alarcos, quien junto a Rubén Osés asumieron la defensa de Marcelo Camilo Zernotti, titular de la firma CIAR SRL, “es una locura” que su cliente tenga que demostrar “que no cometió un delito” de defraudación. En el mismo sentido, explicó que “esta causa se dirime en Tribunales y no a través de los medios” de comunicación.
Insistió, remarcó y subrayó que “se litiga en el ámbito de la Justicia”, pero rescató que “se entiende que este tema dejó de ser privado para las partes” por la trascendencia de los involucrados en la sociedad villamariense.
La Fiscalía de 2º Turno, a cargo de Gustavo Atienza, investiga el probable delito de “circunvención de incapaces”, según la carátula del caso, o lo que significa “la inducción o aprovechamiento de alguien que no comprende el acto en su totalidad”, en perjuicio de una nonagenaria, María Lilia Marsili de Rigazio.
Por esta causa, el fiscal imputó al odontólogo Marcelo Camilo Zernotti, quien como titular de una empresa, CIAR SRL, adquirió la propiedad de Marsili a un valor de 57.500 pesos, cuando las tasaciones que se realizan por estos días (valor real del mercado inmobiliario villamariense) arrojan un número que ronda los tres millones de pesos y por ese entonces se calculaba en 250 mil dólares (en 2010 con una cotización de 3,84 pesos por unidad de moneda estadounidense).
Tres testigos
“Convocamos a estos testigos con el fin de demostrar que nuestro cliente, lo único que hace es ceder una SRL (para una operación), lo que es lícito, y lo demás no es su problema”, indicó Alarcos.
De esta manera, hizo referencia a los citados para la defensa, ya que fueron, además de la convocada Elva Rigazio (hija de la fallecida Lilia Marsili); los letrados defensores hicieron llamar a los abogados de la anciana, Leandro Fiol y Martín Pieckenstainer y al escribano Sergio Lozita (notario de la operación).
Si bien los testimonios continuarán esta semana, se desconoce quiénes serían los citados y la defensa no tiene previsto otros por el momento, deslizó Alarcos.
La salud
Si bien las condiciones de salud de la fallecida nonagenaria María Lilia Marsili de Rigazio, fueron determinadas por la Justicia años atrás y hacen al expediente de esta causa, es descartada por el abogado de Zernotti.
A partir de un juicio civil tramitado en el Juzgado Civil de 1º Instancia y 3º Nominación de los Tribunales de Villa María: la señora Lilia Marsili de Rigazio sufría “demencia senil con tratamiento”, “con varios años de evolución progresiva e irreversible”. Para Alarcos, esto “se comprueba en diciembre de 2010, cuando la transacción (que involucra a su cliente) es de marzo”.
“Lo que pasa es que se lleva esta causa a la Justicia Penal porque no se pudo resolver en lo Civil y habría otros problemas”, dijo Alarcos, pero prefirió apuntar que “hubo posibilidades de llegar a un acuerdo, aunque todo se truncó: mi cliente hoy ya tiene un daño hecho a su persona e imagen ante la sociedad”. Así, dio casi por tierra las probables salidas a partir de acuerdos.
La querella
José María Rigazio (hermano de Elva e hijo de Lilia), contactó al abogado villamariense José Luis Bertoldi, allá por 2012, con la inquietud aparente de dilucidar que su madre no fuera convencida por terceros para que firmara alguna documentación que la despojara de sus propiedades (tres) y esto lo afectara además a él como heredero.
Para una estafa
El abogado Alarcos sostuvo que “si hubo una maniobra (fraudulenta) hay que llevar a todos los partícipes ante la Justicia… Porque para que haya una estafa, como se presume aquí, hacen falta al menos dos personas”.
Describió que “la penal prescribe a los seis años, pero al existir una denuncia (la que dispara esta investigación), ahora Zernotti no puede invocar la prescripción”.
Qué valor tendría
Un dato llamativo es que la casa (de José Ingenieros 543) de la operación comercial que motiva la investigación de Atienza, y en la que Lilia Marsili residió por tres años después de vendida, tiene un valor que supera los tres millones de pesos.
Y Alarcos aseguró que “hay una explicación para ello, porque vale revisar en los últimos dos o tres años, cuántas operaciones se hicieron por la base imponible y no el valor real. Muchas veces se hace por la base imponible para evitar costos más altos en la escrituración, quizás por eso al escribano (Lozita en este caso) no le resultó llamativo” que se hiciera una transacción, según consta en esa acta, por aproximadamente el 5% (57.500 pesos) del valor real de mercado.
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El abogado no ocultó que existe y existían distintos vínculos entre su defendido, Zernotti, y el escribano: el odontólogo titular de la firma CIAR SRL, y el notario, estaban casados con dos hermanas de apellido Marchini, y el primero ya no está en matrimonio con esa mujer, lo que los convertía en cuñados (o lo que se denomina vulgarmente exconcuñados, aunque esa figura no existe). Además, la esposa de Lozita y Zernotti tendrían otros vínculos societarios.
Para el abogado defensor de Zernotti, muchas veces no se declara en la escritura el valor real de la propiedad.
“Si hubo una maniobra (fraudulenta) hay que llevar a todos los partícipes ante la Justicia… ”.