

Con motivo del Día del Niño el Ministerio de Ciencia consultó a investigadores sobre ideas para que los chicos participen en actividades relacionadas con la ciencia.
Jugar permite probar, equivocarse y volver a empezar para conseguir nuevos resultados. Un mecanismo tan sencillo y habitual durante la infancia es, también, una práctica esencial en la actividad científica. Es que muchos de quienes hoy componen el sistema nacional de desarrollo científico y tecnológico, cuando eran chicos de baja estatura y manos pequeñas, ya manifestaban grandes inquietudes. ¿Será que, al jugar, los niños pueden desarrollar su vocación?
“Cuando se juega se aprende todo: el juego en sí mismo con sus reglas y dinámicas, a jugar con y contra otros y a relacionarse con el entorno. Cuando jugamos ponemos en evidencia que los objetos, los discursos, las trayectorias familiares, sociales y económicas construyen un camino por el que transitamos la vida cotidiana”, explica Carolina Duek, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), centrada en la temática “Juguetes, consolas y dispositivos electrónicos”, un análisis del juego infantil contemporáneo, respecto a la dinámica que se edifica a través del juego.
Andrea Gamarnik, también investigadora del Conicet, nació y creció en Lanús. Gran parte de la escuela primaria y secundaria la hizo durante el proceso militar. En ese contexto, Andrea junto a sus dos hermanos, Claudio el mayor y José el menor, encontraba aire puro en los deportes, especialmente en el handball, al que llegó a federarse. Pero también existía en ella otra parte inquieta y curiosa que la invitaba a cazar insectos y a “estudiarlos” con Claudio; mirarlos por un microscopio que tenía y jugar con eso que sería más tarde su herramienta de trabajo, un juego de Química.
Ya de adolescente, Andrea tuvo que elegir qué estudiar. Ahí fue cuando toda su infancia cobró vida y resurgió su interés por la Biología y su curiosidad por la Naturaleza. Durante la carrera de Bioquímica Andrea entendió que lo que la apasionaba era la investigación científica: hacer preguntas y pensar en cómo contestarlas. No es casual que haya dedicado su tiempo y compromiso en el descubrimiento del mecanismo de replicación del material genético del virus del dengue.
“En muchos casos, los intereses por un juego o temática son pasajeros y se mantienen durante períodos de mucha intensidad para, luego, cambiar y renovarse. En otros casos, se ve una tendencia específica no vinculada con una profesión puntual, pero sí con campos de desempeño, elecciones de temas, lecturas, juguetes que, sostenida en el tiempo, podría pensarse como parte de una trayectoria hacia el futuro”, comenta Duek sobre la posibilidad de despertar vocaciones durante el juego en edades tempranas.
Adrián Turjanski, químico, especialista en Bioinformática , creció en el barrio de Palermo. Los fines de semana lo recibía su quinta en San Miguel en donde sacaba su juego de Química favorito. El pasatiempo se ponía más interesante cuando sacaba un libro con fotos y experimentos y hacía cristales con sulfato de cobre, armaba volcanes de lava, hacía pólvora para armar cañones de caña, petardos o quemaba insectos.
Vacantes docentes
El Instituto “Rosario Vera Peñaloza”, de barrio Las Playas, convocó a interesados en cubrir vacantes de espacios curriculares para el Programa Igualdad de Oportunidades- Proyecto de Tutorías.
Se busca docente para Acompañamiento Pedagógico en Matemática, Acompañamiento Pedagógico en Lengua, y Acompañamiento Pedagógico en Estrategias de Aprendizaje, todos espacios con cinco horas reloj de dedicación semanal.
Los interesados puede dirigirse con su currículum a Uruguay esquina Venezuela, hoy de 8 a 18 y mañana de 8 a 12.30.
Escuelas tecnicas en la muestra “Tecnicamente”
Hasta el miércoles escuelas técnicas de Córdoba, Santa Fe, La Pampa y la ciudad de Buenos Aires participarán de la instancia regional del Encuentro de Estudiantes de Educación Técnico Profesional denominado “Técnicamente”, en la ciudad de Villa Carlos Paz.