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Abuelas de Plaza de Mayo: continúa la búsqueda

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Abuelas de Plaza de Mayo: continúa la búsqueda

Como integrantes del Nodo Villa María de la Red por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, participamos de un encuentro nacional donde se compartieron experiencias, a la vez que se trataron distintas temáticas relacionadas con la búsqueda de los nietos robados durante la última dictadura cívico-eclesiástica y militar que sufrió nuestro país. Desde hace años, esa búsqueda también se realiza en nuestra ciudad y en la provincia de Córdoba toda, donde, entre otros, se busca el nieto de la Abuela Sonia Torres, hijo de Silvina Parodi y su esposo Daniel Orozco, desaparecidos el 26 de marzo de 1976. Al ser secuestrada, Silvina estaba embarazada de seis meses y medio.

 

Búsqueda

Durante el primer fin de semana de este último mes de 2017, en la ciudad de La Plata tuvo lugar el desarrollo del tercer Encuentro Nacional de la Red por el Derecho a la Identidad. Dio inicio con la participación de Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, junto a Alejandro Amor, defensor del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y presidente de la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (ADPRA), y el titular de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, Guido Lorenzino.

Entre las más de 75 personas que se sumaron al encuentro se encontraban integrantes de Abuelas, Conadi, defensorías del Pueblo y voluntarios de todo el país que forman parte de cada nodo que la Red por el Derecho a la Identidad posee en distintas localidades a lo largo y ancho de la geografía nacional. También asistieron nietos restituidos a sus familias de origen gracias a la búsqueda de Abuelas. Luego de las palabras iniciales, en el edificio de la calle 50 N° 687 se abrieron las mesas de trabajo sobre ejes referidos a la búsqueda de las personas apropiadas durante la última dictadura y la exposición de la experiencia de cada nodo, Conadi y la cooperación entre Abuelas y las defensorías. Todos esfuerzos que suman a la búsqueda de los niños apropiados por las fuerzas represivas en el período 1975-1983.

 

Cuarenta años en la búsqueda

Abuelas, asociación fundada en 1977 con el objetivo de localizar y restituir a sus familias los niños desaparecidos por la última dictadura argentina, está cumpliendo 40 años de vida. A lo largo de su historia, la entidad ha desarrollado un trabajo persistente que le permitió sumar logros de trascendencia internacional, como lo es haber conseguido en 1989 que la Convención de los Derechos del Niño incorpore la posición de Abuelas mediante los artículos 7, 8 y 11 para garantizar en todo el mundo el derecho a la identidad. Este es un derecho fundamental que nos asiste a todos los seres humanos asegurándonos poder saber quiénes somos y de dónde venimos. Al considerarse la identidad un derecho humano, los estados están obligados a garantizarla. En nuestro país, el terrorismo de Estado ideó y desarrolló un plan sistemático de apropiación de bebés. Fue así como cientos de hijos de desaparecidos fueron secuestrados como si de un “botín de guerra” se tratara. Esos niños fueron a parar a familias cercanas al poder dictatorial, donde fueron criados en la mentira acerca de su origen. Se calcula que no menos de 500 niños sufrieron ese trato. Lograr que se aceptara que había que pedir por los niños robados llevó su esfuerzo. En 1987 fue restituida Elena Gallinari, entonces contaba con 11 años de edad, cuya madre había sido secuestrada embarazada de siete meses. Elena fue la primera nieta restituida nacida en cautiverio, hecho que permitió convencer a la comunidad internacional de que existían niños robados durante la dictadura. Hasta ese momento, las Naciones Unidas solo pedían por el paradero de las madres embarazadas. Luego del caso de Elena aceptaron que los niños poseen entidad aparte y era necesario localizarlos.

Las Abuelas lograron que sumen 126 los casos en que fueron restituidos a sus familias. Si bien esas personas pudieron conocer sus orígenes y saber que no fueron abandonados, sino secuestrados negándoseles todo vínculo con su legítima familia, aún en la actualidad, cuando ya son adultos, a muchos se les niega el ejercicio del derecho fundamental a saber quiénes son, de dónde vienen. Si bien la huella de la apropiación no puede borrarse mágicamente, el proceso de restitución abre un espacio para la construcción de la verdad histórica, a la vez que les permite dejar de ser desaparecidos. Esto último no solo tiene implicancia hacia la familia que por años realizó la búsqueda, sino también hacia el propio nieto restituido que vivencia el carácter liberador de tan importante paso, dado que descubre lo oculto, restablece el “orden de legalidad familiar” y se reintegra la persona a su propia historia.      

Sin dudas que los avances en la genética jugaron un rol central para la identificación de los nietos. En eso también desarrollaron un papel importante las Abuelas, que en 1979 leyeron que un hombre fue sometido a un examen de sangre comparativo con su presunto hijo y resultó ser el padre. Las Abuelas insistieron ante distintos investigadores del mundo para que encontraran una técnica que permitiera usar la sangre de abuelos y otros familiares para reconocer a los nietos apropiados. En 1981, un científico formuló lo que se conoció como “índice de abuelidad”. En 1984 se restituye a su familia a Paula Logares, la primera nieta identificada a través de estudios genéticos. Demostrada la eficacia de la técnica genética, las Abuelas impulsaron una ley para la creación de un banco de datos genéticos, concretada en 1987. Como esta, son innumerables las contribuciones de Abuelas al derecho de la identidad.

Hace días volvieron a trabajar con integrantes de los nodos de la Red por el Derecho a la Identidad que actuamos en distintas localidades del país (también existen nodos en el extranjero). Un gran grupo de silenciosos trabajadores de la esperanza que aprendieron de las Abuelas a trabajar con amor en la búsqueda de los nietos. Somos tiradores de botellas al mar con la esperanza de que alguna llegue a destino. Es así que repartimos el mensuario, organizamos distintas actividades donde se habla de esta búsqueda, llevamos materiales a escuelas y un sinnúmero de acciones que pretenden llegar a quien se pregunta por su identidad o también a quien sabe de alguien que puede ser nieto de desaparecido.

La clave está en entrar a la página web de Abuelas. Allí encontrarán respuestas: ww.abuelas.org.ar.

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