Alma de Quebrada

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Alma de Quebrada

INVENTARIO/Jujuy/Purmamarca

Mini Guía:

Ubicación: centro-sur de la provincia de Jujuy.

Distancias: 1.100 kilómetros al norte de Villa María (66 kilómetros al norte de San Salvador de Jujuy, la capital provincial).

Población: 3.000 habitantes.

Escribe Pepo Garay ESPECIAL PARA EL DIARIO

 

1 Cerro de los Siete Colores: de fama planetaria, el Cerro de los Siete Colores es sin duda el mayor atractivo de Purmamarca. Milagro de múltiples tonalidades que se asienta apenas afuera del ejido “urbano”, y que corporiza el símbolo por excelencia de la Quebrada de Humahuaca (aun cuando, en rigor, geográficamente no pertenece a esa belleza declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco).

Los rojos, rosados, verdes, grisáceos, amarillos y etcéteras de la montaña se divisan desde distintos puntos de la aldea, aunque es en el Paseo de los Colorados cuando más brillan. El circuito (que pasa por el cementerio) demanda menos de una hora de caminata, y permite recorrer las espaldas del municipio, absorbiendo las áridas acuarelas de la región. En el ínterin, silban las arrugas de las quebradas, los cactus y el sol siempre presente.

 

2 Idiosincrasia de otro país: cerquita del aplaudido cerro, se encuentra la cancha de fútbol, donde ya el viajero podrá apreciar la idiosincrasia local. Juegan sin pasto y hasta entre las piedras los parroquianos, y no les importa. Tan callados se divierten, y tan contentos, acaso prolongando la esencia de los incas y otros antiguos dueños del lugar.

De cachetes paspados, ojos levemente achinados, piel morena y pelo bien morocho y lacio, hombres y mujeres reciben al turista en timidez, pero con una sonrisa. Venden lo que pueden y así de humildes se pasan los días. Igual, parecieran estar ajenos a lo material. Como si habitaran no otro país, sino otro mundo. La sencillez se les envidia. Mucho.

 

3 Construcciones que enamoran: en simbiosis con el latir de los lugareños, andan las calles. De tierra, o de piedras unidas por cemento, las arterias callan todo, pero dicen un montón en ese mutis. Hacen juego, claro, con la arquitectura reinante, que es bien colonial y bien andina, los arcos y los tejados por acá, las viviendas de adobe milenario por allá.

En el deambular, sorprenden construcciones como la iglesia de Santa Rosa de Lima (nacida a mediados del siglo XVII, aún conserva pinturas cusqueñas del siglo XVIII y detalles en cardón), el Cabildo (de seis arcos y 170 años de trayectoria, hoy es sede de la Biblioteca Popular “Viltipico”) y las arcaicas casonas que alojan tiendas de recuerdos y restaurantes.

La yapa viene en forma de árbol: pegado a la iglesia, el Algarrobo Histórico (unos 650 años de edad) sirvió de descanso a las tropas comandadas por el general Manuel Belgrano en plena guerra de la Independencia.

4El mercado y su rededor: en la Plaza 9 de Julio, todos los días del año funciona un mercado artesanal. El área le da mucha vida al Purmamarca, con turistas de todo el país y el mundo (asombra la cantidad de franceses) procurando cobijas regordetas, cacharros de barro, pulóveres, ponchos, sombreros y cantidad de elementos decorativos.

La misma plaza suele ser punto de reunión de mochileros, quienes eligen las sombras de las arboledas para descansar abrazados de montañas. Los restaurantes de los alrededores, en tanto, facilitan platos bien tradicionales, con empanadas picantonas, humitas y locro protagonizando las cartas.

5 Hacia la Quebrada, las salinas y el Paso de Jama: Purmamarca goza de una ubicación privilegiada, con varios otros emblemas de la Quebrada de Humahuaca a la vuelta de la esquina: Tilcara 25 kilómetros al norte, Humahuaca 68 en la misma dirección, Volcán 24 al sur, por caso.

Pero además, el pequeño poblado hace las veces de cuartel general para aquellos que buscan la majestuosidad del Paso de Jama, que conecta a Argentina y Chile en este sector del mapa (260 kilómetros de asfalto al oeste, provincia de Salta mediante).

En el medio, brilla lo inverosímil de las Salinas Grandes, la serpenteante y deliciosa ruta asfaltada que cruza la Cuesta del Lipán, y alucinantes paisajes de cerros y soledad de la puna argentina.

 

HUMOR VIAJERO – Quetren, Quetren

Por el Peregrino Impertinente

¿Alguien sabe qué es el tren de las sierras? “Claro, es un tren que va por las sierras”, responde haciéndose el vivo un niño, antes de recibir el clásico cachetadón en la nuca por parte de su mamá, que se llama Lilita. “No me dolió”, dice el nene, pero sabemos que miente porque la progenitora tiene unas manos muy parecidas a las de Joe Frazier, y una cara muy similar a la de Reptilio, de los Thundercats.

El tren en cuestión hace las veces de atractivo turístico, atravesando varios embrujos del Valle de Punilla, uniendo las ciudades de Córdoba y Cosquín. Localidad esta última conocida por su histórico festival, que podrá ser tildado de maravilloso el día que Luciano Pereyra suba al escenario con una afonía brutal, y en vez de cantar tenga que hacer lenguaje de señas.

En su recorrido, el agraciado y bien cuidado convoy toca un total de 14 estaciones: Alta Córdoba (desde donde sale tres veces al día), Hospital Neonatal, Rodríguez del Busto, La Tablada, Argüello, T. Narvaja, Dumesnil, La Calera, Casa Bamba, Cassaffousth, San Roque, Bialet Massé, Santa María de Punilla y el ya citado Cosquín. En cada parada, el pasajero puede bajar y hacer las actividades típicas de todo turista, como sacar fotos, comprar alfajores o venderle anfetaminas a los parroquianos más jóvenes y vulnerables.

Además, durante el periplo (que se extiende por aproximadamente dos horas), los usuarios del servicio se dan el lujo de disfrutar los paisajes que arrojan las sierras, al paso de quebradas, arboledas, arroyos y, en la salida de Córdoba capital, villas miseria “Pero a no sentir lástima por esa gente, que si son pobres debe ser que mucho esfuerzo no han hecho en su vida”, reflexiona uno que viaja en el asiento del frente. Lo raro sería que se postule para presidente y no gane.

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