
Mía cruzaba la calle con su mamá cuando fue chocada por dos personas a bordo de una moto, quienes ignoraron el rojo en el semáforo. La pequeña sufrió fracturas y ahora piden testigos para que se haga justicia

Hace exactamente una semana, una moto en la que se conducían dos jóvenes arrancó a Mía, de 11 años, de la mano de su mamá al atropellarla y dejarla gravemente herida en la calle.
Fue en la intersección de bulevar Alvear y Mendoza. «Esperé que se ponga el rojo y empezamos a cruzar, cuando sorpresivamente pasa una moto muy rápido y choca a mi hija», recordó María Eugenia Giovannini sobre el traumático episodio que vivió alrededor de las 11 de la mañana.
Ahora, la familia busca testigos que puedan aportar datos para dar con los responsables de lo que podría haber sido una tragedia.
«En ese momento lo único que pude ver fue que los que iban en la moto se dieron vuelta y se rieron. La moto se les movió un poco, pero ni atinaron a frenar, mi hija quedó tirada y llena de sangre, empecé a gritar y se acercaron algunas personas a ayudarnos», contó con lágrimas en los ojos.
Mía sufrió doble fractura de tibia y peroné en su pierna izquierda. «Se acercó una persona y nos dijo que él era testigo de lo que pasó, pero necesitamos que más gente pueda aportar datos, es muchísimo el daño que han hecho», increpó María Eugenia.
Hasta ayer no tenían demasiadas precisiones, pero un vecino se acercó a alertar que uno de los tantos comercios que hay en esa zona tiene cámaras de seguridad que podrían brindar algo de información. «Fuimos y pudimos ver que se trata de una moto azul, posiblemente una CG 150 o Yamaha, de ese estilo», indicó.
«Mía va a sexto grado, la dejaron sin viaje de estudios por este hecho, tiene miedo de salir a la calle, voy a tener que buscar ayuda en un psicólogo, quedó muy asustada», describió la mamá sobre la niña, que además del yeso luce varios moretones.
Si bien el abogado de la familia, Matías de Falco, se encuentra realizando las investigaciones pertinentes en el lugar, María Eugenia reiteró el pedido de colaboración para quien haya podido ver algo. «Es un lugar muy concurrido, hay negocios, hay un café, algún otro testigo tiene que haber», soltó, casi como un ruego.
Le fue difícil describir el dolor y la angustia que vivió en esos instantes de desesperación, siempre conteniendo las lágrimas, habló de lo «inhumano» que tiene que ser una persona para pasar en rojo un semáforo a alta velocidad, atropellar a una niña y darse a la fuga. Sin embargo, apela al costado solidario de quienes pudieron haber presenciado el hecho, para buscar algo de justicia.
Quienes puedan aportar datos deben comunicarse al teléfono 155626758.