
Cuando en marzo último Heriberto Pronello visitó Villa María, mantuvo una larga charla con periodistas de este medio, en la que no dio por cerrado su sueño de ver en la calle el Mini Auto Popular (MAP), otra de sus asombrosas creaciones. Pero ahora el titular de Zanella, Walter Steiner, acaba de dar a conocer sus reuniones con el ministro Guillermo Drietrich. Lo fabricarían en Córdoba y estaría en la calle para 2018. ¿El precio? Menos de 100.000 pesos

El maestro nacido en Morteros en 1936, ingeniero aeronáutico que encandiló con su ingenio a IKA Renault, que se aquerenció en Villa María y desde su taller de Villa Nueva sorprendió al automovilismo con los vientos del cambio visionario que idearon los Huayra y las Liebre, hace décadas que tiene listo el proyecto para la fabricación masiva del Mini Auto Popular (MAP). Inclusive llegó a conseguir apoyo español para acompañar al Estado argentino en la financiación, con el objetivo de que ambos países “inundaran” luego de unidades a China.
Heriberto Pronello contó este año en su visita a EL DIARIO que 1994 fue el año en el cual el sueño estuvo más cerca de concretarse. El entonces gobernador bonaerense Eduardo Duhalde quería que se produjera en su provincia.
El auto pensado tiene capacidad para cuatro pasajeros y la idea original era que saliera a la venta por cinco mil dólares, algo que se complicó en la actualidad, aunque su precio seguiría siendo muy competitivo.

El MAP alcanzó a cristalizarse en la forma de una maqueta en escala real que llegó a exponerse en Francia. También se terminó la construcción del primer prototipo del motor: “Una mecánica naftera de dos cilindros en V, con 800 centímetros cúbicos de cilindrada y 45 caballos de potencia. Prometía un consumo de un litro de combustible cada 20 kilómetros y una velocidad máxima de 145 km/h. Pronello se entusiasmaba en su momento con el “gran pique” del auto, que podría haber acelerado de 0 a 100 km/h en 12 segundos”, precisaba el especializado autoblog.
El diseño de la carrocería del MAP tenía algún parecido al Twingo, aunque a la distancia también mostraba rasgos similares al Tata Nano indio. Es que con unas medidas tan contenidas no hay mucho espacio para la creatividad: 3,05 metros de largo, 1,48 metro de ancho, 470 kilos de peso y ruedas de diez pulgadas. Pronello realizó los cálculos en base a un chasis tubular con carrocería de tres puertas en material compuesto.
“El proyecto se paró definitivamente en 1998, cuando ya tenía el apoyo de la Secretaría de Ciencia y Técnica y del Conicet” y comenzaron las desavenencias entre Duhalde y el presidente Carlos Menem.
Sin embargo, en marzo último dijo en nuestra Redacción que la investigación no se perdió y que el proyecto está para llegar a la producción si resurge el apoyo oficial. “Incluso habíamos llegado a contactar a las autopartistas, que se habían comprometido a ser parte de este proyecto con un sistema de producción inédito para abaratar costos”, recordó antes de regresar a Buenos Aires, donde sigue desplegando sus planos ante quienes acuden a él interesado por su obra.

Mirá quién habla
Walter Steiner, un suizo que reside en el país porque se enamoró de una cordobesa y porque la empresa Zanella le abrió sus puertas, acaba de confesar su intención de fabricar a la brevedad un auto social.
Y viniendo de él, hay que tomarlo en serio, porque hay que recordar que cuando en 1999 empezó a dirigir la compañía, estaba al borde de la quiebra.
Desde entonces corrió mucha agua por La Cañada, llegó un gobierno que apostó a la industria, y cuando el mercado de las motos tuvo su boom en 2013 y vendió más de 800 mil unidades, Zanella estaba de parabienes. “Vendimos más de 100 mil unidades”, recuerda Steiner.
Y es ahora, en un escenario complicado, cuando el ingeniero busca una suerte de plan B.
La idea es hacer un auto social. ¿De qué se trata? “El auto social era un vehículo como el Smart o el Chery (por las dimensiones). Con cinco puertas, cuatro asientos, volante, motor y la apariencia de un automóvil pero con tres ruedas”, describió Steiner .

La idea es fabricarlo 100% en la Argentina pero que esté homologado como una moto. “Así pagaría menos seguro, menos patente, tendría menos consumo, sería más ecológico y necesitaría menor mantenimiento”, dijo esta semana a Punto a Punto.
El precio es la clave fundamental: si un auto cuesta, por ejemplo, 170.000 pesos, el auto social costaría 90.000 pesos. Y el público está claro. “No está pensado para ir desde Buenos Aires a la Quiaca, pero sí para una señora que quiere llevar a sus hijos a la escuela. Ella no necesita la velocidad de un automóvil tradicional pero quiere esa comodidad. Entonces, es una gran opción”, asegura sobre el vehículo, que tendría 200 centímetros cúbicos y 15 caballos de potencia.
“Ya hemos hablado con el ministro de Transporte (Guillermo Dietrich) para ver si lo podemos retomar y, quizás, en 2018 lo tengamos en la calle”, aseguró, al tiempo que deslizó que las unidades podrían ser fabricadas en la planta que la empresa tiene en esta provincia.