Cargaban mercadería, luego denunciaban que habían sido víctimas de los “piratas del asfalto”, cuando en realidad los piratas eran ellos. Toda una organización para delinquir
Gendarmería Nacional desbarató ayer una organización delictiva cuyos integrantes, todos miembros de una familia a la que sumaron varios choferes, eran partícipes de una asociación ilícita que perpetró numerosas operaciones fraudulentas en las provincias de Córdoba, Salta, Jujuy, Catamarca, Formosa, Chaco y Buenos Aires, informó la fuerza.
Durante los seis allanamientos simultáneos, que se concretaron ayer en Jesús María, Colonia Caroya y Villa Retiro, en el norte provincial, se detectó la modalidad delictiva e identificaron a los integrantes que se dedicaban a la defraudación.
La organización
La banda, que contaba con una flota de camiones y depósitos, denunció en más de una oportunidad ser víctimas de robos por parte de “piratas del asfalto”, cuando en realidad tenían un sistema de acopio de las mercaderías cargadas que luego comercializaban.
Como consecuencia de un año de tareas de investigación, llevadas a cabo por la Unidad Especial de Inteligencia Buenos Aires Sur de Gendarmería Nacional, que incluyeron entrecruzamientos telefónicos, análisis de perfiles públicos de redes sociales, cotejo de remitos y facturas, corroboración de denuncias, entre otros elementos, y bajo la directiva de Facundo Flores de la Unidad Especial de Investigación de Delitos cometidos contra el Transporte de Cargas del Departamento Judicial de Zárate-Campana, se dispuso una serie de allanamientos.
Allanamientos
Los efectivos de Gendarmería Nacional, con la correspondiente orden judicial, llevó a cabo en las últimas jornadas múltiples procedimientos simultáneos en domicilios ubicados en las localidades antes mencionadas, operativo que arrojó como resultado la detención de seis individuos, todos hombres mayores de edad, entre ellos el jefe de la banda.
Asimismo fueron secuestrados siete camiones, seis semirremolques, tres camionetas Hilux y BMW, un auto Peugeot, 10 bidones con pólvora, unas 5.000 ojivas, numerosas cajas de fulminantes, computadoras y teléfonos celulares, 50.000 pesos en efectivo y 70.000 pesos en cheques, documentación referida a la maniobra ilícita investigada (denuncias falsas correspondientes a los “autorrobos” y documentos apócrifos), además de elementos de interés a la causa.
El plan delictual
La organización delictiva contaba con camiones de su dominio o a nombre de las empresas que utilizaban como “pantalla lícita para la actividad ilícita”.
El plan delictivo de defraudación implicaba cargar la mercadería a transportar, luego traspasarla a otro rodado en un punto acordado, previa desconexión del seguimiento satelital para que no se rastree su posición, maniobra típica realizada por las personas que se dedican a apoderarse ilícitamente de mercadería en tránsito. Finalmente, una vez que la carga era resguardada, el chofer del camión o alguien que se hacía pasar por el mismo, se presentaba ante las autoridades judiciales, con el objeto de presentar una denuncia por escrito sobre el supuesto robo.
