La primera impresión visual hizo temer lo peor. Sin embargo, sólo se registraron cuatro heridos, todos leves. La triple colisión tuvo como protagonistas nada menos que a trabajadores villamarienses

Verdaderamente puede decirse que fue un milagro. Un camión con cisterna para el transporte de leche con la cabina destrozada, un colectivo que transportaba obreros impactado en la parte frontal y un vehículo utilitario chocado, volcado, casi “escondido” en un bosque lateral compusieron un panorama que hizo presagiar consecuencias graves.

El momento que vivieron todos los involucrados (40 transeúntes, todos trabajadores afincados en Villa María) fue de terror.

A las 7.40 Darío Giovanini, de 49 años y al volante de uno de los colectivos de la empresa Moreno, en la que eran transportados operarios que se dirigían a la planta fabril de la firma Saputo, en Tío Pujio, observó que un camión se aproximaba en sentido contrario a contramano.

En ese momento y allí, en el kilómetro 566, prácticamente en frente del salón de fiestas “Castillo de Greystone”, Giovanini no tuvo más opciones que elegir el momento para esquivar el camión y, cuando inició la maniobra para pasar al carril opuesto, también lo hizo Ezequiel Leiría, de 20 años, el chofer del Volkswagen 17220 con cisterna.

Fue en ese instante que se produjo el primer impacto, previsto por los ocupantes de los primeros asientos del colectivo que se levantaron e intentaron correrse para el fondo del micro, según relató Giovanini.

Acto seguido, mientras el ómnibus prosiguió su marcha “herido” en su frente derecho, el transporte de carga se desplazó hacia atrás y luego hacia la banquina colindante al trazado ferroviario, momento en que impactó contra una Renault Kangoo que manejaba Marcelo Bosco, de 38 años, que finalmente volcó.

El saldo: cuatro heridos que, minutos más tarde, fueron trasladados en unidades del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa María al Hospital Pasteur, donde se constató que en todos los casos sufrieron lesiones de carácter leve.

Los heridos fueron identificados como Leiría (el camionero) y tres obreros que eran transportados en el ómnibus: Federico Fisore, Rubén Yuse y Pedro Colazo, de 35, 40 y 47 años, respectivamente.

Las características del accidente demandó la presencia de cuatro dotaciones de bomberos con 20 efectivos, además de personal de Gendarmería Nacional, al tiempo que el tránsito permaneció interrumpido, primero, y desviado, poco después.