La AFIP actualizó las categorías de más de tres millones de monotributistas. El grupo de empresas Gestara lanzó una nueva campaña para visibilizar que se trata de una redistribución de ingresos que perjudica a trabajadores y a los más vulnerables

Después de que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) aumentara los costos del monotributo, el Grupo de Empresas Sociales y Trabajadores Autogestionados (Gestara) lanzó la campaña #MonotributoEsTrabajo, para visibilizar que quienes abonan este impuesto no tienen retribuciones a cambio y que son los más desamparados ante el Estado.

En diciembre pasado, Gestara había propuesto que, en cambio, el equivalente a lo recaudado por el aumento al monotributo fuera abonado por el agro, los bancos, el juego o la minería.

Mariano Mariani, secretario de esa organización e ingeniero en la Cooperativa Ingecoop, explicó a la Agencia Solidaria (Ansol): “Yo pago 1.186 pesos. Con el recorte en el consumo y en la inversión en obras, con la flexibilización laboral que sufren las empresas de ingeniería, vemos que la baja de trabajo es un combo explosivo. Pagamos más impuestos por menos trabajo porque las condiciones laborales fueron pauperizadas en todos lados”.

Por otro lado, señaló: “Las obras sociales aumentan 40% anual. El aporte de monotributo debería ir a servicios. Todos los monotributistas no estamos recibiendo servicio de salud ni cobertura. Naturalmente no tenemos salario fijo ni vacaciones. El argumento de que les sacan ganancia a los trabajadores y les aumentan a los monotributistas pareciera indicar que los monotributistas no somos trabajadores. Mi mujer tiene dos chicos en su obra social y paga más por una categoría más baja que la mía solo por el aporte a la obra social. Para tener el plan más bajo de Medicus o Galeno pagamos siete mil pesos por mes adicional al monotributo. Si la cobertura real vale eso, es ridículo que de monotributo haya 300 pesos. El ajuste debería ser a las obras sociales”.

“El flujo impositivo cae sobre los trabajadores y se les quita a las corporaciones”, concluyó Mariani.

Testimonios

Una trabajadora de la empresa social Hierba Buena, dedicada a la cosmética natural, aseguró que, en su caso, el monotributo es más un requerimiento de su trabajo que un apoyo al desarrollo de su emprendimiento, al tiempo que sostuvo que “el aumento es un duro golpe en el bolsillo, sin duda”.

“Cobro 11 mil pesos y el aumento pasa de 704 pesos a 1.006 pesos”, explicó.

Verónica Tenaglia, monotributista y contadora en la empresa social Datan, contó que “la categoría más baja de monotributo te permite ingresos hasta siete mil pesos al mes, por lo que debería ser exenta de todo impuesto, al igual que el monotributo social, dado que esos ingresos claramente contribuyen a la subsistencia de un trabajador”.

Otro caso: “Soy monotributista y trabajo 10 horas por día pago un tributo a cambio de nada una vergüenza”, recogió de alguien que dio su apoyo durante la campaña que Gestara realizó en diciembre.

David Garabito, contador y tesorero de Gestara, agregó: “Bajaron las retenciones (al sector agroexportador) y por lo que baja en ingresos del Estado, lo compensan con el aumento a los impuestos del monotributista para balancear los ingresos fiscales. Esto constituye una fantasía, que parte de una premisa falsa: hacen creer que aumentaron los ingresos y que por eso hay que pagar más”.