

Escribe: Iván Wielikosielek
ESPECIAL PARA EL DIARIO
Magíster en Estudios Culturales Latinoamericanos por la Universidad de Ohio (USA), la santafesina Raquel Pina dio una charla para los estudiantes de Diseño y Producción Audiovisual de la UNVM. El tema: un recorrido sociológico y cultural por el Nuevo Cine Argentino.
Hace 13 años que Raquel Pina está radicada en los Estados Unidos, pero nunca se olvidó de su país. Por el contrario, muchos fenómenos culturales nacionales le han servido como tema de investigación. Especialmente el que atañe al “Nuevo Cine Argentino”, con el cual escribió su máster.
“La idea fue indagar cómo se conforma el nuevo sujeto de esta sociedad globalizada según el cine nacional de los últimos veinte años -comenta Raquel en los estudios del CIM de la UNVM- Por eso el título del trabajo final fue “Flujos globales, epistemes locales. Cartografías del deseo en el Cine Argentino del Nuevo Milenio”.
-¿Por qué “cartografías del deseo”?
– Porque al trabajar a directores como Martín Rejtman, Albertina Carri, Esteban Sapir, Lucrecia Martel, Adrián Caetano, José Luis Márques o Carlos Sorín, aparecen lugares como Buenos Aires, el conurbano, Córdoba, Salta o Las Malvinas. Y entre todos logran armar un mapa del país, el de los nuevos parámetros que empiezan a bullir en los 90 y cristalizan en esta nueva década marcada por un nuevo sujeto.
-¿Cómo definirías ese “nuevo sujeto”?
-Es alguien que ha corrido el eje del trabajo hacia el consumo, fundando una nueva identidad. Porque cuando la identidad de un sujeto no está atada a lo simbólico se produce un quiebre muy profundo.
-¿Cuál es, según tu trabajo, el aporte del Nuevo Cine Argentino?
-Haber producido una ruptura formal y estética asombrosa con respecto al cine que se venía haciendo en los 80, películas que eran súper cómodas de ver y donde el director se hacía preguntas y te las respondía de inmediato. Y vos salías de la sala habiendo pasado un momento lindo y nada más. En el nuevo cine, en cambio, se ponen un montón de puntos en cuestión, vos no entendés muy bien lo que ves y salís lleno de preguntas. Y entonces estás obligado a resolver el problema a nivel simbólico. De todos los directores, el que más he estudiado ha sido Martín Retjman.
-¿Por qué?
-Porque sus tres películas “Rapado”, “Silvia Prieto” y “Los guantes mágicos”, se pueden entender como una trilogía que atraviesan toda la década del 90 y la definen. Además, el cine de Rejtamn me producía una empatía absoluta
-A pesar de contar con más recursos que en los 90, el actual cine argentino se ha vuelto complaciente. ¿Cuál es tu percepción?
-Yo creo que hay algo de eso, porque cuando uno se empieza a poner cómodo, reproduce en vez de producir. Y abrazás el conservadurismo que puede ser de derecha o de izquierda. Hoy en el país hay una lógica de consumo que ha conectado con la lógica de Hollywood. Y si nuestros directores y productores sueñan con hacer películas en los Estados Unidos, entonces tenemos este cine. Lo mismo pasó con nuestros Oscar.
-¿Cómo?
-Quiero decir que tanto “La historia oficial” y “El secreto de sus ojos” respondieron a la lógica del mercado estadounidense más que a nuestra propia lógica cultural. Pero a pesar de no tener mucha visibilidad en las salas, hoy se sigue haciendo un cine original.
-¿Por ejemplo?
– Albertina Carri siempre ha hecho cosas de calidad y por afuera del sistema como “Rabia” o “Géminis”. Y César González, que con sus “Diagnóstico esperanza” y “Qué puede un cuerpo” ha merecido el título de “Leonardo Favio nacido en la Villa Carlos Gardel”. Su filmografía es una fabulosa brisa de aire fresco y una vuelta al mejor cine de los 90.