
El tambero Claudio de las Mercedes Suárez fue condenado por el delito de “abuso sexual simple agravado por la condición de guardador” de la víctima menor de edad

y seguirá en prisión
La víctima, una niña de 4 años que sufrió el abuso de un adulto de su entorno familiar.
El victimario, un hombre analfabeto de 45 años que, según las pericias psicológicas, no tiene cabal comprensión de sus actos, aunque eso no lo hace inimputable para la Justicia.
Ese fue el contexto que se vivió ayer en el quinto piso del Palacio de Tribunales local, donde llegó a juicio Claudio de las Mercedes Suárez (45), acusado de abusar sexualmente de su sobrina.
Por el delito de “abuso sexual simple” el Código Penal prevé una condena de 3 a 10 años de prisión. Dada las características del ahora condenado, el fiscal de Cámara, Francisco Márquez, y la defensora, asesora letrada Silvina Muñoz, coincidieron en pedir cuatro años de prisión; es decir, un poco más de la mínima.
Tras el debate que se realizó a puertas cerradas por tratarse de un delito de instancia privada, el juez Félix Martínez lo condenó a cumplir la pena solicitada.
El hecho
Si bien no fue una audiencia pública, EL DIARIO pudo conocer que el hecho que se juzgó ayer ocurrió en agosto del año pasado, en un domicilio de James Craik.
Allí, Suárez, tambero de oficio, compartía la vivienda con su hermana y la familia de ésta. Según quedó demostrado con la prueba recolectada en la instrucción, no hubo dudas del abuso sexual sin acceso carnal.
La pequeña, de apenas 4 años, tras el traumático suceso, relató lo vivido a su mamá, quien inmediatamente hizo la denuncia.
Eso motivó la inmediata detención de Suárez, quien desde esa fecha permanece alojado en la cárcel de barrio Belgrano.
Durante la jornada de ayer, el acusado se abstuvo de declarar, por lo que para la acusación se consideraron las pruebas científicas (ADN) y las pericias psicológicas que dan cuenta que el hombre tiene una comprensión limitada de los actos.
Si bien el Código Penal no prevé como atenuante la “imputabilidad disminuida”, tal como describen las pericias, los operadores judiciales, como lo son en este caso el fiscal y la defensora, tuvieron en cuenta dicha situación a la hora de hacer los alegatos.
Un dato más para agregar: la familia que lo denunció para proteger a la niña no lo abandonó a su suerte y lo sigue visitando en la Unidad Penitenciaria.