Tras un mal debut, ayer el Lobo goleó a River 5-1 en el Pozo y demostró que puede reinventarse

Los nombres ya no son los mismos. Muchos han emigrado, otros prefirieron continuar y los pibes del semillero se sumaron para aportar cosas importantes. Deportivo Argentino vive un presente de transición y, justamente en éste presente, demuestra que tiene material interesante como para seguir dando pelea, desde otro lugar en el torneo.

Ayer derrotó por 5 a 1 a River, con momentos de buen fútbol y alta eficacia frente al arco rival. Allí fue donde se cimentó la goleada del bicampeón, quien tuvo también puntos brillantes en varios de sus protagonistas.

En frente hubo un equipo que nunca supo reaccionar antes la adversidad y para colmo de males, se equivocó demasiado en los metros finales, allí donde los errores duelen goles. Y dentro de ese panorama, Ramiro Cortez y compañía se juramentaron no perdonar casi ninguna.

Por ese motivo y a pesar de que la primera media hora de juego fue pareja y hubo poco, en 15 minutos, el visitante se vistió de “lobo feroz” para liquidar prácticamente el pleito.

Fue una ráfaga para el 3-0 de Argentino ante un desconcertado Millonario. A los 29, una duda garrafal entre Sacha Barrionuevo y el arquero César Altamirano, decantó en el gol de Cortez, quien se aprestó a definir con el arco en libertad, tras una buena avivada del delantero.

Con el 1 a 0, rápidamente llegaría el segundo. Porque una buena jugada de Gonzalo Ñáñez hizo que Ariel Galíndez aparezca por el segundo para colocar el 2 a 0 en 35 m.

Nada eso. Cuando caía el primer tiempo, Sacha Barrionuevo perdió contra Facundo Ledesma por la izquierda, quien envió un buen centro para que Gonza Ñáñéz capitalice un rebote de Altamirano, decretando el 3 a 0 furioso del Depor.

El visitante viviendo su mejor momento con fútbol y goles, mientras que el local, con cambio incluido -Mariano Antonucci por Leonardo Mansilla- buscando una nueva idea de cara al complemento.

Y el segundo tiempo, justamente fue parecido al primero con un pequeño esbozo de River, que buscó algo diferente en su juego, pero poco logró.

Para iniciar, otra vez el Rayo Cortez se hizo presente para el 4 a 0. La gambeta del delantero fue clave, para que los rivales pasen de largo, y el trece marque su segundo gol en lo personal (5´).

Con el partido ya liquidado, los de Víctor Bengoa fueron para adelante, con Julián López como abanderado. Y si bien poco pudieron modificar, llegó el gol del descuento y, por momentos, el local pudo manejar el balón buscando algo más.

Tras una pelota parada, Jorge Sosa encontró el esférico picando adentro del área y, ante la humanidad de Sami Suárez, definió para colocar el 1 – 4 (14´).

Poco influyó en los dirigidos por Julio Gastaldi el gol rival. Porque el “Lobo” siguió por el mismo camino y mientras espera por los regresos de los experimentados Matías Piovano y Gastón Negro, contó con la aparición desde el banco de Lucas Sachetto, quien ingresó por Facundo Turina y tuvo dos goles anulados por fuera de juego.

El quinto llegó desde los pies de Gonzalo Ñáñez, con una linda finta ante el arquero Altamirano, que nada pudo hacer. El “nueve” dejó atrás al rival y rubricó el 5 a 1 final con el que Argentino festejó el primer triunfo del campeonato. Fue un “Lobo” feroz.

El árbitro: Jorge Verón No tuvo ningún tipo de inconveniente en llevar adelante un cotejo que no presentó mayores problemas. El colegiado fue claro con las decisiones que tomó. Sólo dos amarillas y ninguna polémica para marcar durante la tarde.

La figura: Ramiro Cortez Argentino tuvo grandes valores durante la goleada en la cancha de River, pero el delantero fue quien encaminó el triunfo con apariciones rutilantes, convirtiendo un doblete y haciendo jugar a su equipo. Gonzalo Ñáñez (con dos goles también) y Ariel Galíndez (gran despliegue por la izquerda y gol) fueron importantes en el Lobo. En el local, buen segundo tiempo del mellizo Julián López.