“Amame, aunque yo sea el último amante de la Tierra. ¡Amame!”, reza el último verso de “Los amantes de Córdoba”.

Desde ayer, el desesperado grito que escribiera Daniel Altamirano, es parte del Museo del Anfi, y de la ornamentación de la confitería La Madrileña, local que la canción del mendocino contribuyera a convertir en mítica.

El propio Altamirano entregó en manos del intendente Martín Gill un antiguo estuche conteniendo el disco de larga duración “Fábula de locos”, de Los de Siempre, una de cuyas pistas grabadas en vinilo corresponde a “Los amantes…”. Asimismo, en el museo se descubrió al mediodía una lámina con el rostro del artista y con el texto completo del poema al que puso música Walter Suárez. Una hora después, una imagen similar fue inaugurada en la zona de acceso a la confitería ubicada en la Peatonal.

Ambos fotomontajes fueron ideadas por Eduardo Belloccio, dilecto amigo de Altamirano, y Roberto Zayas, jefe de Fotografía de EL DIARIO.

En la esquina de Elpidio González y Providencia, el titular del Ente Deporte y Turismo, Marcos Bovo, calificó al acto de donación al museo como “un encuentro de amigos, a través de la generosidad de Daniel, que siempre ha estado ligado a la historia de Villa María”.

“Qué lindo que los artistas populares puedan venir a contribuir a seguir escribiendo esta historia del Anfiteatro”, expresó el funcionario.

Por su parte, el intendente señaló que Altamirano “ha generado un vínculo especial con la ciudad, con su poesía y su música. Es un honor y un orgullo que Daniel Altamirano quede inmortalizado en este museo” y le hizo entrega de un ejemplar de la medalla acuñada por el municipio en recordación de los 50 años del Festival de Peñas. El visitante también recibió de manos de la embajadora del Festival, Sofía Benejam, un presente con alfajores regionales.

Gill reconoció asimismo “a la generación de los años sesenta, que creó Cosquín, Jesús María y nuestro Festival” y agregó que “eso fue posible porque existían artistas como Daniel”.

Cerca de la una de la tarde, quedó visible en la pared de La Madrileña el poema ilustrado. Le quitaron el lienzo el propio autor, junto con Víctor Hugo Flacco, dueño del local gastronómico.

Al igual que en el museo, varios admiradores se fotografiaron con el barbado cantautor, quien hizo uso de la palabra para agradecer muy especialmente a Belloccio por haber promovido los actos de ayer. El expresidente de la SADE local dijo a su turno que “a La Madrileña le estaba faltando ese toque, que es hacer siempre visible la canción que la popularizó en todo el mundo, ya que Los amantes de Córdoba fue cantada por otros artistas, hasta con otros ritmos. Lo mismo pasó con la Zamba para Villa María, cuyo autor terminó viviendo en Villa María, enamorado de esta ciudad. Daniel está cerca de imitar a Otero Wilson”.

Belloccio recibió las condolencias de los presentes, con motivo de la muerte de su hermano Bruno, acaecida el pasado sábado.

Según se conoció, el mes próximo el mencionado museo realizará una muestra especial con los objetos donados por los artistas que integraron la grilla de este año, del ahora denominado Festival Internacional de Peñas.