La realizadora habló de la película como reflexión sobre las violencias institucionales que se han sucedido en las últimas décadas

El viernes pasado se estrenó, ante un considerable marco de público en la sala Cine.ar (ex-Espacio INCAA, Sabattini 200), el filme “Cuatreros”, de la destacada realizadora bonaerense Albertina Carri.

La película aborda la vida del bandido rural Isidro Velázquez, correntino por nacimiento y chaqueño por adopción, quien en los años 60 se erige como un personaje venerado por el pueblo y odiado y perseguido por la oligarquía y los distintos poderes de la época.

Tanto la directora como la titular de la sala (Irma Carrizo), al igual que buena parte de los espectadores, arribaron al espacio luego de haber participado del acto en reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado, en plaza Centenario, realizado minutos antes.

Por ende, la primera pregunta de EL DIARIO a la responsable de filmes como “Los rubios” y “La rabia” e hija de padres desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar apuntaba a su participación como una más dentro de semejante manifestación social y política.

“No conocía Villa María, así que no podría dimensionar si había mucha o poca gente; lo que sí destaco que se hagan manifestaciones por fuera de Capital Federal. Es realmente terrible que tengamos que salir a las plazas para reclamar por algo así. Retrocedimos 200 años, como si nada hubiera sucedido en el medio. Creo que es un síntoma de toda una política actual”, remarcó.

-Hay un nexo, más allá de las distancias, entre lo que se reclamó en la plaza con al menos la primera parte de la película sobre la violencia desde el Estado.

-Es cierto, porque la película trata sobre las violencias institucionales a las que hemos sido expuesto en este país y cómo se naturalizan o se han naturalizado. Cuenta con un gran archivo fílmico en el cual se lo escucha a Galtieri cuando asume que dice en varios momentos “este es el momento del cambio” y “el logro de este gobierno es la paz”. Es sintomático y muy fuerte escuchar eso ahora. Esto también es una forma de hacer memoria y reflexionar sobre el presente.

-Las palabras que leés al principio de la película son de tu papá, ¿no?

-Sí, Roberto Carri era mi papá y lo que leo es parte del prólogo del libro que escribió en el 68 sobre Isidro Velázquez (“Formas prerrevolucionarias de la violencia”), dando cuenta de la dimensión política del personaje, considerado un “vengador” por parte del pueblo, a pesar de que su ideología no estaba definida. Hace muchos años que venía trabajando sobre ese proyecto. En realidad, “Cuatreros” es el resultado de una película que no pude hacer sobre ese libro. Primero, porque di varias vueltas sobre un guión que nunca me terminó de cerrar. Y segundo, porque no se trató solo de abordar la vida de Velázquez, sino que había muchas cosas de mi vida personal que estaban atravesadas. A Isidro lo mata la Policía en el 67, en el 68 mi viejo escribe el libro. En el 72 se hace una película basada en el libro, en el 77 desaparecen al cineasta que hizo el filme, Pablo Szir, y también detienen y desaparecen a mi padre y a mi madre. Además la “peli” también desaparece.

-Es paradójico y monstruoso que el filme hable de alguien que robó y que luego se hayan robado tantas vidas y pertenencias

-Justamente, el filme plantea la pregunta cuáles son los cuatreros, los que roban una vaca y una alpargata o los dueños de la tierra que mataron y cometieron todo tipo de genocidio para quedarse con lo que tienen. La historia de nuestro país es sangrienta.