
El titular de la Cooperativa de Agua Potable y Cloacas puntualizó que como hace años que el Concejo Deliberante fija un aumento menor al que solicitan, hay obras necesarias para sostener y mejorar el servicio que no podrán afrontar

Las palabras del titular de la Cooperativa de Agua Potable y Cloacas (Capyclo) de Villa Nueva, Sergio Pons, están bañadas en indignación y resignación.
La mismas sensaciones que lo invadieron cuando en mayo el Concejo Deliberante determinó que el incremento en la tarifa del servicio que prestan iba a ser del 27% (en dos veces), menos de la mitad del 55,8% que habían solicitado.
A poco más de dos meses de aquella decisión, Pons volvió a advertir sobre los inconvenientes que la prestadora -y, por supuesto, la ciudad- van a sufrir a corto, mediano y largo plazo, ya que el poder económico de la cooperativa se fue resintiendo. Hoy, casi hasta el límite.
“Una tarifa de servicio público debe garantizar no solamente la prestación de servicio, sino también la adecuación del sistema para poder seguir prestándolo en la medida que la comunidad crezca. A esa parte nosotros no la tenemos cubierta. Hoy la cooperativa debería tener recursos para afrontar un plan de inversiones que vaya adaptando el sistema a la nueva demanda de la ciudad y esos recursos no están”, explicó el titular de Capyclo sobre la situación actual que volvieron a hacerle saber a los concejales mediante una carta presentada en la última sesión.
“Que se haga cargo quien se tenga que hacer cargo”, lanzó, y comentó que “le enviamos una nota al Concejo mediante la cual pretendimos informar acerca de algunas cuestiones que tienen que ver con la situación de la cooperativa, no hay ningún pedido en concreto, simplemente que muchos de los integrantes del Concejo Deliberante son nuevos en sus funciones y a lo mejor pueden desconocer algunas cosas que tienen que ver con la realidad de la cooperativa”.
Esa “realidad” a la que hace referencia tiene que ver con que “durante los últimos 10 años hemos sido tremendamente castigados por el Concejo Deliberante”.
Responsables, no simpáticos
Pons describió los inconvenientes económicos que deben afrontar debido a tantos años de no haber logrado los aumentos requeridos en las tarifas.
“Estamos llegando a un punto en el que es necesario hacer fuertes inversiones para ampliar la capacidad de prestaciones y no están los recursos”, subrayó, y aunque aclaro que “por lo pronto, los recursos corrientes están y la cooperativa va a seguir prestando los servicios”, hizo hincapié en que “estamos llegando a un punto en el que va a quedar chico”.
“Esto durante los últimos 10 años nunca se tuvo en cuenta y ahora tenemos las consecuencias. Ni yo ni ninguno de los que integramos el Consejo de Administración nos vamos a hacer cargo de que la cooperativa no pueda seguir brindando los servicios. Que se hagan cargo quienes tuvieron la irresponsabilidad de signar tarifas porque sí, para ser simpáticos con la gente, porque había que ser responsables”, remarcó, apuntando contra quienes fueron concejales antes y quienes lo son ahora.
Además del desfasaje en los incrementos solicitados y los fijados, Pons sostuvo que “tampoco hemos tenido acompañamiento para conseguir subsidios, entonces nos sentimos muy solos, sinceramente, y con una actitud política que no sé qué fin persigue”.
Inversiones que no llegarán
Concretamente, sobre las inversiones que la cooperativa debe realizar y que no puede afrontar, detalló que si bien “en un corto plazo no están comprometidos los servicios”, sería conveniente “esta temporada estival hacer una perforación más de extracción de agua porque nosotros en días pico, el año pasado, hemos tenido poca presión en alguno sectores, pero no tenemos recursos para hacer una nueva perforación”.
Por eso, lanzó una fuerte frase adelantándose a lo que podría pasar en el verano cuando el uso del agua sube: “Entonces, si este año hay días que falta agua en algunos sectores de la ciudad, lo lamento”.
Por otra parte, apuntó que “tenemos que reprogramar, redimensionar, la planta de tratamiento”. “Nosotros tenemos una planta de tratamiento que funciona bien, que no tenemos zafe al río, entonces esto lo hace ambientalmente mejor, pero es un problema importante porque no tenemos adónde derivar el líquido que nos sobra, entonces, si la planta queda chica, nos vamos a ahogar en líquido cloacal, literalmente”, adelantó Pons.
Sobre esta planta, dijo que “hace años que venimos poniendo el grito en el cielo” porque “fue diseñada para que dure 20 años y ya pasaron, y la ciudad creció más del promedio histórico, y ahí está la planta, todavía funciona, haciendo manejos muy delicados estamos logrando un tratamiento eficiente, ¿pero cuánto más?”.
A su vez, también puntualizó que “es hora en empezar a pensar en readaptar la red de transporte, es decir, las tuberías, porque la ciudad ha crecido de manera descentralizada”. Esto provoca que en sectores de la ciudad la capacidad de transporte de agua esté “muy justa”.
“Entonces, los días que llueve mucho, que sabemos que aumenta considerablemente la cantidad de líquidos que se transporta, hay lugares en que la red colapsa. Si la ciudad sigue creciendo para esos lados, dentro de un tiempo seguramente va a colapsar sin que llueva”, anticipó.