Inicio Suplementos El Diario Político “Estos pibes del Newman aprendieron a mentir, todos mienten igual”

“Estos pibes del Newman aprendieron a mentir, todos mienten igual”

0
“Estos pibes del Newman aprendieron a mentir, todos mienten igual”

Escribe Nancy Musa DE NUESTRA REDACCION

Roberto “Pajarito” Grabois

Nació en Buenos Aires el 15 de agosto de 1942. Es licenciado en Sociología. Tiene tres hijos. Siendo un adolescente, tuvo activa militancia en el Partido Socialista Argentino. En 1963 comenzó a transitar el camino de la dirigencia estudiantil, liderando el Frente Estudiantil Nacional. Representó al frente en la CGT de los argentinos, en 1969 fue detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, junto a Raimundo Ongaro y Javier Di Pascuale. Fue uno de los dirigentes que entrevistó a Juan Domingo Perón en Puerta de Hierro. Ya en el peronismo, fue miembro de la conducción de la Organización para el Trasvasamiento Generacional. Ocupó cargos partidarios y su última actuación pública fue en la Secretaría General del IFAM a fines de los 90. En la actualidad, posee una consultora

Protagonista de los vaivenes de la política argentina en tiempos de ideales, resistencia, persecuciones, enfrentamientos. “A los jóvenes que aspiran a construir una Patria soberana con justicia social y a los que quisimos hacerlo y aún no lo logramos”, dice la dedicatoria de su libro, “Memorias de Roberto ‘Pajarito’ Grabois”, que narra sus vivencias desde Alfredo Palacios a Juan Perón.

Sintetizar una riquísima charla de tres horas, café y soda de por medio, fue una tarea complicada. Recuerdos de épocas gloriosas, de sueños sólidos, mezclados con la realidad de un mundo líquido. Un tipo polémico que supo sobrellevar las etiquetas condenatorias, “para los bolches era fascista, para los fascistas era bolche”, comenta con humor. Un tipo que define a Macri y parte de su Gobierno como “los pibes del Newman”, que apuesta a la formación de cuadros, al recambio generacional para que “el sentimiento nacional” no se pierda en los oscuros túneles de los “negocios” de la política.

-Usted vivió una época gloriosa del peronismo, de ideales, de resistencia. ¿Qué mirada tiene sobre ese pasado que lo tuvo de protagonista?

-Creo que la época gloriosa es la primera etapa del peronismo, fundamentalmente por la relación de Perón con Eva Perón y eso es el amor puesto al servicio de una causa. Y por otro lado, el desarrollo de un liderazgo basado en un gran conocimiento de la realidad argentina y mundial.

Perón era un sabio, yo traigo para mis charlas el tomo 27 de las obras completas de Perón. Para mostrar las obras completas de Perón tuvieron que utilizar 27 tomos, que en realidad son 30, porque hay dos de dos volúmenes.

En la primera etapa del peronismo, sobresale el intelectual, entre el 48 y el 50, la época donde hay que fundamentar los cambios que se venían produciendo en la situación social de Argentina impulsados por Perón desde la Secretaría de Trabajo primero y después al ganar las elecciones en 1946, nada menos que con la oposición explícita de la Embajada norteamericana.

 

-¿Los intelectuales fueron claves en esas transformaciones?

-Sí. Esas transformaciones se tenían que plasmar en un instrumento que legalizara el cambio y ese instrumento fue la reforma constitucional de 1949.

Entonces, en el 48, estaban Perón y un equipo muy importante de intelectuales, entre los que se destacaban Figuerola, Stafforini, que es el creador de la palabra justicialismo; Podetti padre, el gran jurista, y Arturo Sampay, un socialcristiano, que es el padre del constitucionalismo social peronista. Toda la producción es de esa época, que me parece gloriosa, que no solo se traduce en la reforma de la Constitución, sino también en el desarrollo del primer plan quinquenal que introduce un concepto fundamental de una economía que no sea líquida, que es la planificación.

 

-¿Después de la Revolución Libertadora comienza el protagonismo de ustedes?

-Después del golpe del 55 viene la etapa de la resistencia, una etapa que es gloriosa para nosotros, los jóvenes de esa época de extracción no peronista, es ahí donde me tocó jugar un papel, que es la toma de conciencia para los que veníamos de la izquierda que el peronismo no era un fascismo como lo habían catalogado los comunistas y socialistas y para los que venían del social cristianismo resulta que era el mensaje de la doctrina social de la Iglesia y no el anticristo que había quemado iglesias.

Acá hay dos o tres elementos fundamentales, uno es el Concilio Vaticano II, que comienza en 1961 y que expande la idea de una renovación del mundo católico y una aproximación a lo social, que después se refleja en distintos movimientos, entre ellos los llamados obispos del tercer mundo y también en la teología de la liberación, que incluía variantes que van desde los curas del tercer mundo hasta la teología del pueblo, que era minoritaria y en ese momento cultivaba Bergoglio.

 

-En el marxismo, ¿cuáles fueron elementos fundamentales?

-En el sector marxista hubo dos elementos fundamentales, uno que justamente en 1961, algo que venía pasando desde 1959, hace eclosión, que es la ruptura chino-soviética. Eso rompe la unicidad del campo marxista.

Y otro elemento más latinoamericano, de ruptura, fue la revolución cubana. Que se declara marxista en 1961 porque en el 59 todos los gorilas y la opinión pública yanqui estaban de acuerdo con la revolución porque había derrotado al dictador Batista que el gorila de Argentina decía que era lo más parecido al General Perón.

En el 62 empieza a desarrollarse una cosa nueva, que era el guevarismo, la idea de que la expansión de la revolución que propugnaba el Che era la creación de varios Vietnam en América Latina. Simultáneamente, Fidel Castro pactaba con Kruschev un acuerdo de defensa de Cuba por los rusos, lo cual llevó a los cohetes, al conflicto con Kennedy, a la muerte de Kennedy y todo lo que uno sabe.

 

-¿Esa era guevarista tuvo gran influencia?

-Fue un elemento que influyó muchísimo en América Latina por las guerrillas, la primera fue el Ejército Gerrillero del Pueblo (EGP), en Salta, con apoyo cubano y el que viene a armarlo era el periodista argentino que hizo el primer reportaje a Fidel y al Che en Sierra Maestra y que fue el fundador de Prensa Latina, (Jorge) Massetti, y que se hacía llamar Comandante Segundo.

Porque el comandante primero era el Che, eso influyó mucho en toda la juventud de esa época, era un proceso de ebullición porque “veníamos de…”, pero, ¿hacia dónde íbamos?

Esa historia está contada en mi libro, desde el punto subjetivo porque yo la viví, pero con muchas citas de pensamientos contrarios o diferentes a los míos.

Todo mi trabajo, desde hace 20 años, está dedicado a los jóvenes, o sea, mi poder en el peronismo es el poder del no poder.

 

-¿El poder del no poder?

-(Sonríe) Apareció un tipo, no soy el único, que dice que el poder consiste en que me dan bola aunque no tengo poder, no reparto dinero, me pago mis viajes, no dependo de ningún sindicato, no dependo de ningún burócrata y me respetan todos, por eso me invitan.

Yo en los 12 años del kirchnerismo no pisé ningún despacho, porque vengo practicando el camino de mi vocación, que es ser un predicador, tratando de estar actualizado, de actualizar el pensamiento de Perón a las nuevas situaciones nacionales e internacionales.

Además tuve la suerte, para pasar a la práctica, de que apareciera mi hijo Juan (referente de los movimientos sociales), con toda su energía juvenil, con toda su pasión y con un tutor nada más ni nada menos que el líder del mundo más importante del siglo XXI, que es Jorge Bergoglio.

 

-Usted dice en la contratapa de su libro que lo mejor que hizo en su vida política fue impulsar un frente estudiantil nacional

-Sí, el Frente Estudiantil Nacional (FEN), por un lado, y la línea nacional que fue el gran acuerdo que hicimos con los grupos social cristianos y otros grupos donde los dirigentes más importantes de Córdoba en el federalismo eran Chiche Gatica, Huevo Rubio y Carlitos Azócar. Todos son mis grandes amigos, Gatica murió, el Huevo está en el Tribunal Superior, gran agitador del comedor estudiantil, imparable, y Carlitos es un tipo lúcido, muy interesante; yo lo quiero mucho.

El fuerte del integralismo era la Facultad de Derecho y el fuerte del FEN en Córdoba era la Facultad de Medicina, donde el referente era el Turquito Rody Bittar, Marité Puga y estaba Francisco Fortuna, todos de amplia participación en el Cordobazo.

El FEN había crecido mucho porque era una agrupación que no se definía como peronista. Pero yo venía curtiendo las relaciones con la Juventud Peronista y a medida que íbamos creciendo en la universidad, nuestra posición fue completar primero el proceso cultural del nacionalismo popular.

 

-¿Cómo logra llegar al General Perón?

-Ya teníamos incorporados algunos elementos del pensamiento peronista, que era tener en cuenta al pueblo, no ser apresurados, tener libertad de movimiento. A nosotros no nos financiaba nadie, hacíamos bailes, rifas, la torta de la tía Tota se rifaba (risas), era otro tipo de militancia. Y dentro de mi agrupación militaba una chica que era la primera esposa de Pino Solanas, que se llama Trixie Amuchástegui, y venía con su mamá, que también estudiaba Sociología.

Teníamos esa relación con el grupo que armó Solanas con Octavio Getino y que se llamaba Cine liberación. Eran documentalistas de todo lo que pasaba, estaban en todos los quilombos, hicieron una primera película sobre esa época que se llamó “La hora de los hornos”.

Nosotros, a esa altura del partido, ya habíamos conjugado con el sector social cristiano de Capital que lideraba Julio Bárbaro y yo, del FEN, que éramos referentes de la CGT de Raimundo Ongaro.

 

-¿Y participaban de todos los quilombos?

-(Sonríe) Participábamos de los despelotes, nos filmaban y en esa película aparecemos Bárbaro y yo y eso se difundió mucho.

Alrededor de Perón había tres polos de poder que operaban desde Madrid, uno era el de López Rega, que operaba desde la casa; otro era Jorge Antonio y otro era Héctor Villalón.

Recuerdo que Jorge Antonio tenía un despacho que atrás tenía un cuadro, cuando íbamos los jóvenes combativos el cuadro era del Che Guevara y cuando iban los viejos peronistas era Primo de Rivera (risas). Personaje de aquellos, el Turco era muy inteligente, lo adoraba a Perón.

Entonces, se arma la presencia del grupo Cine Liberación en Madrid para filmar lo que fue la película “Actualización política y doctrinaria”.

Amigo mío era Octavio Getino, hablaba con él y me contó que iban a ir. Antes de viajar habían filmado todas las manifestaciones del FEN y cuando Perón las vio, le encantó. Getino le dice que me invite. Me manda una esquela y le contesté que iba hacer un congreso para que me designen.

 

-¿Qué sintió cuando lo vio a Perón la primera vez en Puerta de Hierro?

-Me recibe en la casa, no había nadie, en la puerta un auto de la Policía, que era la custodia, un tipo de traje, eran las 10, yo llegué a las 10 menos dos minutos y el tipo me hizo pasar, tenía un jardín adelante y seguía atrás, Perón estaba en la parte de atrás y si vos me decís qué se me representó, a mí se me representó como que yo estaba en la plaza San Martín y estaba vivo San Martín arriba de la estatua y yo tenía que hablar con San Martín (risas).

Para colmo, era un seductor, “pase, hijo, pase”, y me dio una gran bola, grabamos y en un determinado momento, ya había pasado una hora y 20 y me dice “vení, vamos hablar al jardín”. Y yo ya sabía que ir al jardín era un paso hacia adelante en la relación, era donde él podía hablar de cosas que no quería que se grabaran.

En determinado momento me dice “hijo, ¿ustedes quieren ir a Cuba?”, le dije que no, que nosotros veníamos de ese lado para el peronismo y nos queríamos quedar acá. Ahí es donde me dice “vamos a sentarnos”, me pidió que buscara mi cámara y llamó al policía para que nos sacara la foto.

 

-¿Qué le quedó de todas las entrevistas que le hizo a Perón?

-Lo central, desde el punto de vista conceptual, es que yo sentí que le puso un sello a lo que había hecho, es “nosotros no llegamos al peronismo como una vanguardia que viene a esclarecer el peronismo, esas son las rémoras de la izquierda, nosotros vinimos al peronismo a aprender del pueblo y a ayudar con las herramientas que tenemos, pero para ayudar te tienen que aceptar, tenés que comprender y no venir con algo bajo el poncho”.

Esta discusión es la que hoy tengo con kirchneristas amigos, por ejemplo, Eduardo Sigal. Le digo “viejo, ustedes tienen 40 años de formación marxista; vos no sos peronista, ¿por qué venías a cantar la marcha y a hacer la V?”. Eso produjo que le regalaron la izquierda a los troskos.

Perón siempre fue integrador, el frente es el frente, ¿por qué esta idea del entrismo tardío? Eso tiene mucho que ver, es la hipocresía de nuestros dirigentes de querer parecerse a los CEO’s.

Si vos querés ser representante de un movimiento popular, ¿por qué tenés que tener una casa en el mejor country, tres autos? Lo que querés decir es que eso es lo bueno y lo que vos representás es lo malo. Lo cual no quiere decir hacer lo que hace mi hijo, que ha decidido vivir en la pobreza; eso es una exageración. Pero la otra, empoderar a los hijos, a la señora… Un poco de moderación, no hay necesidad.

 

-¿Cuál es su visión sobre el peronismo de hoy?

-Estos tipos (por el Gobierno nacional) están enajenando la Argentina. Si los nuestros son chorros, son ladrones de gallinas al lado de éstos; éstos son una banda muy peligrosa, pero hay miembros de la banda que están metidos entre nosotros.

Por ejemplo, cuando en la parte final de la campaña Scioli contra Macri se hablaba de economía, el partido mandaba a la televisión a hablar a un señor que se llama Blein, otro que se llama Blejer y los dos señores son de la banda de éstos. Blejer era director en el banco de Inglaterra, Blein es asesor de éstos, como el Sica que apareció ahora y vive de asesorarlos, tienen los mismos conflictos de intereses.

Frente a esto, hay todo un movimiento prounidad. Hay dos posibilidades en los 10 meses que quedan, donde influye mucho la elección de octubre de Brasil. Las dos posibilidades son que se constituyan el frente número uno y el número dos. El número uno de los moderados, racionales, schiaretistas, massistas y el otro, los que se anoten con el kirchnerismo.

La otra hipótesis es que se haga un frente con todos y si a ese frente le podés sumar a los socialistas de Santa Fe y a otras expresiones, hay más posibilidades de ganar un balotaje.

 

-Y para ese hipotético frente de todos, ¿hay un candidato posible?

-Si se arma el frente, siempre hay candidatos. Si se arma el frente, se reparte todo, bolu… no son y saben bien quién puede ser candidato y quién no, quién gana y quién no gana.

Y si se arma un frente, puede venir uno y decirte “acá el que nos puede sacar de la situación económica es Lavagna, pero no tiene perfil de candidato”. Bueno, ayudemos a que lo tenga porque es un viejo que se va a morir como todos nosotros y que nos resuelva este problema.

 

-Para usted, ¿cómo se puede resolver este problema?

-De la única forma que se puede resolver es sacándoles a los que tienen y rompiendo con el Fondo, tratando de que la deuda no pase más del nivel que tiene. Estamos perdiendo 220 millones de dólares diarios por los intereses de la deuda que contrajeron.

Podrán decir algunos “Lavagna es un crudo”, otros dirán “que sea de la Sota, que se amigó con la señora, es mi amigo y puedo ser embajador en Jamaica” (sonríe). Bueno, piensan así, es lo que tenemos.

Los más viejos tienen más mañas, pero tienen más experiencia de gobierno. Si el frente se concibe, como algo de transición, para bajar un poco la malaria de estos tipos, no para hacer la revolución que soñaba Perón, pero para cambiar un poco el eje de la cuestión.

Está la posibilidad de sacarles a las mineras, a la renta financiera, hacer una campaña para la ocupación del sur, tenés tierras fiscales en todos lados. Podés hacer un movimiento para la inmigración. Acá hay espacio, hay de todo, lo que no hay es pelotas.

Tenemos que volver al peronismo, que es un sentimiento nacional. Si es un negocio político, para qué me voy a romper tanto el culo. Yo remo para ese lado, para volver al sentimiento que es el peronismo.

 

-¿Tiene expectativas realmente?

-Sí, hay que hacer un explícito programa de transición. Que tengamos un proceso de industrialización, decir dónde, cómo y con quién, revisar el tema energético que ya viene del plan Huston y que ahora se potenció porque pusieron el zorro en el gallinero. Fundamentalmente, hay que tener una política exterior que tenga en cuenta que ya no estamos más en el unipolarismo, estamos en el multipolarismo, o sea, estamos en una especie de Yalta 2, donde están disputándose las zonas de influencia.

En este mundo que se viene, con 45 millones de habitantes no hacés nada, hay que generar una masa continental que pueda negociar en este reparto y abrazar una idea, que es la de Francisco.

Partiendo de la base que el rol de Francisco es plantearla y no conducir al peronismo. Lo de Francisco es universal.

 

-¿Qué nos está pasando como sociedad que sigue existiendo el odio?

-Es que nos pasaron muchas cosas. La forma de liquidar el odio es liquidar el sectarismo. A mí vos me decís “Fulano fue montonero” y te pregunto ¿mató a alguien? Si mató a alguien, tiene que ir a juicio; pero no mataron a nadie, la mayoría de los que viven ahora son todos perejiles. Vamos todos juntos, basta. A los militares los necesitamos, cómo vamos a ser una Nación sin fuerzas armadas.

Estos tipos son fantásticos, tenemos que armarnos, dicen y la Bullrich arma el negocio con su esposo y con otro monto como ella, que es el que hace la intermediación con las armas israelíes, Montoto. Todo el mundo lo conoce, por eso salen los artilleros con las lanchas, compraron 50 lanchas y nosotros hacemos 200 iguales con esa guita. Estos ya se pasan de revoluciones, hay que moderar todo eso, hay que eliminar el sectarismo, hay que operar sobre la clase media.

 

-Pero, justamente, muchos de los que votaron al Gobierno nacional odian al peronismo

-Esos son los últimos. A esos hay que ganarlos con los hechos. Pero ya hay una mayoría que está a las puteadas, los negocios cierran, aumentan las expensas, los impuestos, los servicios. Yo vivo en barrio Norte y no encontrás uno que diga que votó a Macri. Las encuestas que han publicado últimamente son mentirosas, algo estudié, esas encuestas son publicidad.

Por eso, antes de tener el candidato, hay que tener el programa mínimo y transmitirlo. Tenemos a algunos tipos que creen en el mercado, en el señor mercado. El mercado son ellos, son estos tipos que fijan las reglas del sistema financiero y ahora viene un señor en Estados Unidos que empezó a cagar al mercado, que es el señor Trump. Nosotros ahora somos más promercado que el presidente de Estados Unidos, estamos todos locos.

Lo que pudre todo es el sectarismo interno, los kirchneristas dicen que los dirigentes sindicales son todos entreguistas, los gobernadores todos entreguistas, los que no son kirchneristas son todos entreguistas. Entonces, ¿de dónde salieron ustedes?

-¿Se puede moderar ese sectarismo?

-Llegado un momento, los tipos que pueden influir se sentarán con la señora y le preguntarán si quiere participar del programa mínimo y ver cómo se reparten las cosas o si quiere seguir siendo la reina y perder. Eso se va a dar inexorablemente. Y algunos viejos chotos como yo tenemos que empujar generosamente en ese sentido, hay que aceptar que en la etapa en que uno vive no es lo mismo tener 75 años que tener 50. Necesitamos un poco de madurez, un poco de sabiduría puesta al servicio para que mejoren las condiciones que nos están dejando estos tipos. Todo se puede mejorar.

 

-¿Se están formando nuevos cuadros?

-Hay fenómenos muy interesantes, por eso Vidal se volvió loca y se tiró contra las universidades del conurbano. A las universidades del conurbano ha llegado una primera generación de gente clase media baja y de obreros. Ahí la mina demostró lo reaccionarios que son. Ahí se están desarrollando cuadros muy valiosos y el movimiento de organización de los pobres es muy importante.

 

-Roberto, ¿que dijeron sus padres cuando se metió en política? ¿Estaban de acuerdo?

-Mis padres eran muy especiales, por eso yo hice todos estos despelotes. Mis padres eran una pareja de enamorados y yo, hijo único. Mi padre era un gran amante de la música, del tango y de la música clásica y su ascenso social consistió en pasar de llevar a mi madre del Paraíso del Colón, a la Tertulia, después a la Cazuela, y la gloria era cuando estuvieron en la Platea.

Mi padre trabajaba en una óptica y perdió un ojo, entonces el tipo tenía una memoria y un oído súper desarrollado y mi vieja le leía los libros y le leía las películas con una técnica que él podía entender y el de al lado no echarla a patadas por molesta.

Iban a cuanta excursión se te ocurra y eran la pareja de la animación. Mi papá tocaba la guitarra, el bandoneón, mi mamá cantaba, jugaban a esto y a lo otro y siempre volvían con algún pergamino de la pareja animadora.

Me querían mucho, me daban lo mejor, siempre y cuando no les rompiera las pelotas (risas). Y yo lo canalicé por esta cosa de destacarme, de cursar grados libres, de ser el niño prodigio, después mi maestro me llevaba a estudiar a la biblioteca socialista, vive todavía, se llama Víctor García Acosta, muy buen tipo, y después hay una serie de casualidades que cuento en mi libro.

 

-Cuénteme una de esas casualidades.

-Mi participación en la campaña de Alfredo Palacios, que me hice mier… un dedo, me premiaron mandándome a un encuentro en Moscú. Y el jefe de la delegación de los comunistas era Otto Vargas, un tipo macanudo, me manda a los traumatólogos alemanes porque yo tenía un problema de columna y nadie me daba un buen diagnóstico.

Me vienen a buscar, me subo a un avión que hacía el vuelo Moscú-Berlín, 1961, baja el avión, miro para un lado, tanques, miro para el otro lado, tanques. Era el día que se puso el muro de Berlín, el 13 de agosto. Estuve los dos días que se puso el muro de Berlín.

 

-¿De chico era rebelde?

-Sí, la rebeldía de los chicos se nota cuando no son del cuadro del padre. Mi papá era hincha fanático de Chacarita y cuando yo tenía 4 años salió campeón San Lorenzo y ahí me hice cuervo (risas). Esa cuota de libertad plus que yo tenía.

 

-¿El peronismo de Córdoba tiene recambio?

-Tiene recambio, pero le caben las generales de lo que hablamos antes, hay que formar, perfeccionar el recambio, hay cuadros como Martín (Gill), hay otros compañeros, pero éste es un momento de transición.

Un momento en el que los que tienen poder, como el gobernador, como De la Sota, los Caserio, los viejos cuadros, Olga (Riutort), los sindicalistas tienen que juntarse y aprovechar este bajón, la toma de conciencia de algunos sectores de que éste es medio mentiroso (por Macri), estos pibes del Newman aprendieron a mentir, todos mienten igual. Es increíble, las estadísticas, las incompatibilidades entre la función pública y sus negocios, impunes declarando sus blanqueos y sus Panamá papers, éstos son bucaneros de alta escuela.

Entonces, hay que ganarles, hay una primera etapa que es la unidad y ganar, luego hay que trabajar para el recambio. Y los compañeros tienen que aprender que el recambio no son los hijos de uno.

 

-De acuerdo a su criterio, ¿el momento económico que estamos atravesando fue planificado?

-Totalmente. Está absolutamente claro que la corrida cambiaria no fue una corrida cambiaria. No se consigue el stand by del Fondo tan rápidamente. Estaba preparado, el planteo del fondo es un dólar a 30 y hacia ahí vamos, lo que pasa es que los otros condicionamientos, como el de meter la mano en la caja previsional, el de la reforma laboral, fíjate que el de la reforma laboral prácticamente provocó la caída del Gobierno de la Alianza.

El sindicalismo argentino tiene muchos defectos, pero tiene muchas aptitudes, es la estructura que permite que el sector del trabajo tenga beneficios sociales. No creo que haya nadie dispuesto a perder eso. Independientemente de que también hace falta un recambio generacional de la dirigencia.

Pero todo es un proceso más lento que lo que los militantes suponemos. Siempre los tiempos de los pueblos fueron más lentos que el de los dirigentes.

 

Opiniones

Mauricio Macri Un pibe del Newman.

Juan Schiaretti – Un buen compañero

Martín Gill Una gran promesa del peronismo cordobés.

 

Me gusta: Las mujeres, el deporte

Me encanta: El tango, la construcción

Me divierte: Viajar, buscar dobles entre las personas

Me entristece: La pobreza

Me enoja: La hipocresía

 

“Si los nuestros son chorros, son ladrones de gallinas al lado de estos, estos son una banda muy peligrosa pero hay miembros de la banda que están metidos entre nosotros.”

“Nosotros ahora somos más promercado que el presidente de Estados Unidos, estamos todos locos”.

“Hay que revisar el tema energético que ya viene del plan Huston y que ahora se potenció porque pusieron el zorro en el gallinero”.

 

Print Friendly, PDF & Email