
El extenso informe que acaba de publicar en Ginebra por la Organización Internacional del Trabajo asigna un rol fundamental al asalariado en la detección y la búsqueda de soluciones al problema
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la salud en el trabajo debería “tener como objetivo la promoción y la conservación del mayor grado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores en toda ocupación”, según se lee en un segmento del extenso documento publicado por el organismo de Naciones Unidas.
“El derecho fundamental de disfrutar de las mejores condiciones de salud en el trabajo posibles y de un medio ambiente de trabajo que permita a cada mujer y hombre llevar una vida social y económicamente productiva es uno de los principales objetivos de la OIT. Y la contribución de la organización al diseño de las políticas para los lugares de trabajo y los programas de prevención sobre la seguridad y la salud en el trabajo tiene en cuenta el conocimiento global adquirido a través de una base de evidencias y las buenas prácticas”, se expresa en el texto que busca sensibilizar sobre esta problemática global, tanto en países en vías de desarrollo como en los desarrollados.
“Un reto colectivo”
“Estrés en el trabajo, un reto colectivo”, es el título más sensible del informe.
El trabajo enfatiza en el protagonismo de los propios trabajadores, al momento de identificar los factores de riesgo y de evaluar las causas de la aparición del malestar en el ámbito laboral.
Así, entre sus principales observaciones, el documento concluye que “los trabajadores y sus representantes deberían participar en la identificación de aquellos riesgos psicosociales que ellos consideran causantes de un estrés innecesario en sus trabajos y clasificarlos por importancia para poder establecer las prioridades de intervención”.
Recomienda la organización: “La evaluación debería realizarse de forma sistemática y se debería pedir a los trabajadores que expresen su preocupación sobre cualquier situación que pudiera estar causando estrés relacionado con el trabajo”.
E indica el texto: “La experiencia de la OIT muestra que el éxito de una organización se basa en sus trabajadores y en su cultura organizativa. Los trabajadores en un entorno seguro y propicio se sienten mejor y están más sanos, lo cual se traduce -a su vez- en un menor ausentismo, una mayor motivación, la mejora de la productividad y en una imagen positiva de la organización”.
Al señalar la necesidad de una labor mancomunada entre los distintos actores sociales para mejorar la situación de los ámbitos laborales, el informe concluye que “la prevención de los accidentes laborales y las enfermedades profesionales, la promoción de una vida laboral sana y el establecimiento de la cultura de la prevención es responsabilidad compartida de los gobiernos, los empleadores, los trabajadores, los profesionales de la salud y de la sociedad en su conjunto”.
Definición
Para la OIT, el estrés es “la respuesta física y emocional a un daño causado por un desequilibrio entre las exigencias percibidas y los recursos y capacidades percibidos de un individuo para hacer frente a esas exigencias”, dice el documento.
Así, el impacto del estrés en la salud varía entre un individuo y otro y pueden surgir síntomas vinculados con trastornos mentales y de comportamiento (agotamiento, burnout, desgaste, ansiedad, depresión, enfermedades cardiovasculares y trastornos músculo esqueléticos).
Alcohol y drogas
Los expertos también prestan cada vez más atención a nuevas modalidades de manifestación del estrés, como pueden ser el abuso del alcohol y las drogas, el hábito de fumar, la dieta poco saludable, la mala calidad del sueño y los accidentes en el entorno laboral.
Respecto de la situación en Argentina, el informe de la OIT retoma los datos de la Primera Encuesta Nacional a Trabajadores sobre Empleo, Trabajo, Condiciones y Medio Ambiente Laboral, que se realizó en 2009.
Allí se observó que 26,7% de los trabajadores del país reportó que sufría de carga mental, considerando su trabajo excesivo.
Para la OIT “los costos económicos asociados a nivel nacional, incluso si representan únicamente la punta del iceberg, muestran hasta qué punto el estrés relacionado con el trabajo y sus consecuencias para la salud tiene un considerable impacto en la seguridad, productividad y funcionamiento general de la organización”.
“Hoy en día el estrés relacionado con el trabajo no puede ser considerado el problema de unos pocos. Tiene que ser reconocido como un problema colectivo con importantes consecuencias para el bienestar de los trabajadores, sus familias y la sociedad en su conjunto”, dice la Organización Internacional del Trabajo.
El informe completo en:
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_protect/—protrav/—safework/documents/publication/wcms_466549.pdf