En la sede del Centro Vasco se llevó a cabo la conmemoración del trágico episodio ocurrido en 1937. “No debemos perder la memoria”, se subrayó durante el acto
“Hoy es un día muy especial para la comunidad vasca, lo vivenciamos con mucha paz, con mucha memoria”, manifestó ayer el presidente del Centro Vasco Euzko Etxea (“Nuestra Casa”), Gerardo Echeverría, durante el acto donde se conmemoró el 80º aniversario del bombardeo a la ciudad de Guernica.
“Este bombardeo fue a civiles porque Guernica no representaba un objetivo militar. Perfectamente planeado para realizarse en la siesta de un lunes, precisamente en el momento que la gente bajaba de los cerros a la feria para comercializar sus productos, lo único que se pretendió fue aniquilar y pegarle a la cultura del pueblo vasco”, expresó Echeverría, recordando el trágico episodio que tuvo como ideólogo al dictador español Francisco Franco.
Vale destacar que en Villa María habitan descendientes de testigos directos del sangriento hecho que marcó profundamente a la colectividad. En este sentido, el actual presidente de los vascos recordó a Nicasio Uribarren.
En cuanto a lo realizado anoche en los altos de la sede vasca, se destacó la lectura del manifiesto alusivo elaborado por la Federación de Entidades Vasco-Argentina (FEVA) y la presentación del coro Denak Bat (Todos en Uno) y de los bailarines integrantes del grupo Jai Alai, al ritmo de música vizcaína.
Otro de los momentos destacados pudo apreciarse al señalarse la acción del Concejo Deliberante de Villa María, donde por unanimidad se declaró de interés municipal y cultural al aniversario que se rememoró en la víspera.
Para cerrar, los asistentes al encuentro -entre los que pudo observarse a referentes del ámbito político, social y cultural local- compartieron el ágape brindado por los anfitriones.
En diálogo con EL DIARIO, Echeverría subrayó que “no debemos perder la memoria” y prueba de ello es lo que sucedió luego de las bombas, la destrucción y las muertes en el lugar de los hechos
“En Gernika se trabajó por la paz, actualmente es considerada la Capital Internacional de la Paz y luce un hermoso museo en pos de fines pacíficos y no de recuerdos de guerra. Esto sinceramente enorgullece a la colectividad”, remarcó para concluir.
“Guernica ha sabido levantarse de sus cenizas, reconstruir su identidad sin rencores, sin odios, pero con memoria. Es un ejemplo de reconciliación avanzada, donde el proceso no ha llegado a su fin porque su andadura es larga”, expresa el manifiesto hecho por la FEVA.
“No se hizo justicia, pero se ha abierto el camino hacia la reconciliación, manteniendo vivo el recuerdo de las atrocidades cometidas hace 80 años”, dice también el texto que convoca a una profunda reflexión.
El “árbol bendito de los vascos”
En Guernica, tras el bombardeo, solo dos edificios y un árbol quedaron erguidos entre el horror de una masacre irracional.
La Casa de Juntas (lugar donde se decidían los fueros de los vascos) y la Iglesia de Santa Catalina fueron las construcciones que soportaron la devastación.
Por su parte, un roble americano también se mantuvo indemne y desde allí se tornó en un símbolo inolvidable para todos los vascos.
“Del árbol, a través de sus semillas, se han cultivado retoños y se han distribuido por todo el mundo. Nuestra ciudad, desde el año 1957, cuenta con este ejemplar en la plaza Centenario”, indicó Echeverría.
Cabe consignar que el domingo pasado los miembros de la comunidad visitaron el “árbol bendito de los vascos”, ya que se celebró el Aberri Eguna, que en euskera significa Día de la Patria.
