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Hacer la tarea con Internet, ¿sí o no?

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Hacer la tarea con Internet, ¿sí o no?
Que los niños hayan nacido en una era digital no significa que conozcan el medio en plenitud

Cuando un niño navega, la mejor brújula es un adulto al lado

El desafío más importante para los padres es enseñar a los chicos a buscar información, diferenciar fuentes y, por supuesto, entrenar su pensamiento crítico

La tarea escolar es una responsabilidad de los chicos, pero también una cuestión que incumbe a las familias y a las instituciones que los acompañan en su aprendizaje, una actividad que, así como es fuente de conflictos, plantea a la vez oportunidades y un torrente de preguntas: ¿hasta dónde conviene ayudarlos? ¿Cómo contribuir a que se concentren? ¿Está permitido usar Internet?

De acuerdo a la última encuesta nacional de consumos culturales adolescentes (2016), seis de cada diez chicos argentinos usan regularmente la web para responder las consignas que reciben de sus maestros. Pero lejos de limitar esta práctica en aras de una supuesta superioridad del libro, lo que los expertos recomiendan pasa más bien por ayudarlos a hacer un buen uso de la herramienta y desarrollar su capacidad crítica, evitando el siempre deleznable “copiar y pegar” para cuya detección -por otra parte- los docentes están cada vez más entrenados.

El caso es que a la hora de investigar sobre cualquier tema la web tiene un gigantesco potencial, pero también exige la presencia y guía de un adulto que instruya acerca de cómo y dónde buscar la información. “No nos dejemos engañar por el concepto de ‘nativos digitales’”, apuntaba la doctora en Educación, Mariona Grané, en Las nuevas tecnologías en niños y adolescentes, una guía para educar en la sociedad digital editada por el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Y agregaba: “Que los niños hayan nacido en una era digital no significa que conozcan el medio tal como necesitan conocerlo. Los padres y los educadores tenemos un conocimiento y unas competencias que superan la tecnología, permiten el pensamiento crítico y atienden a la adecuación de las herramientas”.

La argentina Roxana Morduchowicz, doctora en Comunicación y coordinadora de la citada encuesta, coincide: “Por más que los chicos conozcan más la herramienta, esto no exime la responsabilidad de orientación del padre o madre, que como adulto es el que tiene más experiencia de vida. Cuando tu hijo navega por Internet, la mejor brújula sos vos”, explicó durante una reciente conferencia sobre el tema.

“Cuando usan la web los chicos recurren muchas veces a cualquier fuente de información sin chequear su credibilidad, y copian casi textualmente lo que la página web dice”, marcó también la experta en Los chicos y las pantallas en el siglo XXI, un manual sobre el uso de tecnologías multiplataforma. En este manual explicaba que citar un texto sin mencionar la fuente viola los derechos de autor, “pero no chequear ni verificar la autoridad de esa fuente en el tema que investigan atenta además contra la actitud reflexiva que se busca promover entre los estudiantes”.

 

Lo que podemos hacer

¿Cuáles son, entonces, las recomendaciones? El Ente Nacional de Comunicaciones lanzó el año pasado un material que busca orientar a los chicos cuando buscan información en la web. Y contiene entre otros recursos este valioso decálogo de sugerencias:

Seleccionar las palabras que originarán la búsqueda de modo que sean lo más precisas y claras posibles.

No utilizar el primer link que aparece en el buscador, y reflexionar acerca del orden en el que aparecen los resultados.

Consultar siempre más de un sitio web y comparar lo que cada uno dice sobre el mismo tema.

Analizar si las páginas web pertenecen a fuentes o autores conocidos, si de verdad existen y si son confiables.

Identificar las fuentes que emplea cada texto, si realmente están autorizadas para expresarse sobre el tema, qué puntos de vista aparecen y cuáles faltan.

No confundir cómo llegó la información (una guía, un contacto) con la que es su fuente originaria.

Verificar las pruebas y evidencias que cita el texto para fundamentar sus ideas.

Prestar atención a la relación entre los titulares y el texto.

Explorar las imágenes y videos que se incluyen. Analizar si han sido manipulados o sacados de contexto.

Usar solamente los contenidos de los que con seguridad se sabe que son ciertos.

“En el siglo XXI el desafío no es tanto acceder a la información, sino más bien contar con las competencias necesarias para buscarla, seleccionarla, analizarla y utilizarla”, concluye el informe fomentando lo que también ha dado en conocerse como “alfabetización digital” y que va mucho más allá de teclados y pantallas, ya que tiene que ver con una nueva y necesaria capacidad de reflexionar, discernir y repensar la información que circula, así como los fundamentos éticos y políticos que la legitiman.

Fuente: revista Cabal

 

Esclerosis múltiple: salió una droga que la frena

Las personas con esclerosis múltiple recurrente muy activa, definida mediante características clínicas o de imagen, podrán tratarse con una nueva droga de toma oral que se encuentra disponible en la Argentina. Es uno de los primeros países de Latinoamérica en contar con esta medicación, presentada en comprimidos de 10 miligramos y con la cladribina como principio activo. Esta nueva droga corresponde a un desarrollo para esclerosis múltiple (EM) del laboratorio alemán Merck y representa la primera terapia oral de corta duración, ya que posee un esquema de administración simplificado en el que se indica solo por un máximo de 20 días durante dos años, habiendo demostrado eficacia clínica sostenida por hasta cuatro años, evaluada en función de la disminución de la actividad de la enfermedad.

“Disponer de cladribina en comprimidos nos brinda la posibilidad de contar con una herramienta de tratamiento con un esquema de administración muy práctico, ya que permite que el paciente durante prolongados períodos no deba recibir medicación. Además, cuenta con muy buena eficacia, pocos efectos colaterales reportados hasta la fecha y con un monitoreo sencillo”, expresó Jorge Correale, jefe de Neuroinmunología y Enfermedades Desmielinizantes del Instituto de Investigaciones Neurológicas Dr. Raúl Carrea (FLENI). El especialista agregó que “está indicada para los pacientes con formas de la enfermedad a brotes y remisiones, tanto en los que fallaron a diferentes esquemas de tratamiento como en los que presentan una forma agresiva o rápidamente evolutiva desde el inicio de la enfermedad”.

Esta droga demostró al cabo de dos años de tratamiento que aproximadamente el 47% de los pacientes no evidenció ningún tipo de actividad de la enfermedad: no volvieron a presentar recaídas ni lesiones medidas por resonancia magnética.

La EM es una enfermedad crónica e inflamatoria del sistema nervioso central. Se trata de una patología autoinmune en la que el cuerpo interpreta como extrañas a células propias y las ataca. La cladribina logra una disminución de las células autorreactivas.

Se estima que entre 9 mil y 12 mil argentinos padecen esclerosis múltiple, que en su forma más frecuente -80% de los casos- se manifiesta a través de brotes o recaídas transitorias con síntomas como visión borrosa y doble, entumecimiento u hormigueos de brazos o piernas y trastornos motrices o de coordinación, entre otros síntomas, episodios que potencialmente pueden ir dejando secuelas permanentes, lo cual lleva a un paulatino degeneramiento del cuerpo. Es la afección neurológica discapacitante no traumática más común en adultos jóvenes: suele presentarse entre los 20 y 40 años en una proporción de tres mujeres por cada varón, y constituye no solo un problema médico para el enfermo y su entorno, sino una gran contrariedad socioeconómica, ya que afecta a personas en pleno desarrollo de sus actividades económicas, laborales, sociales y de planificación familiar.

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