Un mazazo inesperado. Así cayó en el ánimo del plantel de Alumni el empate que protagonizó anoche, en Plaza Ocampo, en el marco de un partido que iba ganando, con un hombre de más y ciertamente controlado.

De igual modo, en la última parte del juego, Rodrigo Meyer metió un cabezazo que cayó como baldazo de agua helada en todo Alumni, adentro y afuera del verde césped del campo de juego.

Y dicha consternación la reflejó el defensor Matías Francucci, quien prácticamente no tenía ánimo de verter sus conceptos sobre el partido, pero igual comentó: “Aunque se empató, el sentimiento que tengo es cómo que perdimos. Es increíble. Pero ya está, hay que seguir trabajando, se vienen 15 días para preparar el próximo partido (en Río Cuarto, ante Banda Norte) que va a ser una final”.

A continuación, se lamentó no haber liquidado el partido ya que “atacamos cuatro con dos, pero no terminábamos bien las jugadas; sin embargo, el partido estaba prácticamente cerrado, con todo controlado, pero en una jugada aislada, nos hacen el gol”.

“Es inentendible el resultado, pero si lamentas es peor. Así que ahora hay que preparar el próximo partido, que va a ser una guerra”, repitió, en diálogo con FM Sport 91.7.

Ante la consulta de estar en riesgo de quedar en la última colocación una vez que concluya la fecha, el defensor respondió: “Está esa posibilidad. Pero en este torneo si vos ganás, podés quedar cuarto, y si perdés, último, porque hay muy pocos puntos de diferencia”.

“De todos modos, no es momento de hacer números y sacar conclusiones, sino trabajar en la semana, dejar de meter excusas y de una vez por todas volver a ganar para sacar puntos”, redondeó.

Y, por último, ante la compleja realidad, explicó: “No hay que perder las esperanzas, así que hay que sacar pecho, ser autocríticos, no esconderse, dar la cara y en el próximo partido salir a ganar”.