
Aldo Nóblega vivía humildemente en una casa del barrio Carlos Pellegrini, pero un incendio le consumió todo. Hoy, se recupera de las heridas gracias a la solidaridad de amigos, aunque sigue deseando volver a su casa

“Perdí todo, pero lo que más lamento es un aparatito musical que me regalaron cuando falleció mi medio hermano, en una casa adonde fui a comprar unos auriculares y como no me alcanzaba la plata, el señor me dijo que me lo regalaba para que apague un poco el dolor”. Así comenzó a relatar Aldo Nóblega lo que el fuego le consumió en la madrugada del sábado 16 de julio, cuando las llamas convirtieron en cenizas sus pocas pertenencias.
No sólo fue la radio pequeña, sino también la ropa, la cama, la heladera y todo lo que tenía en esa pieza, por lo que hoy está viviendo en lo de una familia amiga que lo alberga en el barrio Botta.
El incendio
El fuego ocurrió en la casa ubicada en el barrio Carlos Pellegrini, en la que Aldo Nóblega vive desde hace años. “Me desperté a eso de las 4 de la mañana y ya estaba todo en llamas. Tiré las colchas porque hacía un calor bárbaro y vi que el fuego llegaba hasta el techo”, dijo.
Pensó en qué salvar primero. De reojo, vio la bolsa en que tenía sus remedios indispensables para vivir, pero también tenía a sus perras atadas en la habitación porque “estaban un poco amoquilladas y las hice dormir adentro”, dijo. Fue ahí que no dudó y las liberó sacándolas lejos del fuego.
Igual, quería recuperar sus remedios y tras poner a las perras a resguardo volvió a la habitación, pero las llamas le quemaron la cara y las manos. Ya no podía salvar nada más.
“Ahora estoy bien, porque me llevaron al sanatorio (Cruz Azul) y me dieron antibióticos, suero y todo eso me hizo bien, porque yo venía bajoneado. Cuando vos pensás al cobrar la jubilación si pagás acá o que no llegás a pagar allá o si no qué vas a comer hoy. Es como que no hay casi alegría y si además estás solo, ¿con quién conversás? Con las perras, mirá si no las iba a salvar”, dijo.
Sobre el origen del fuego tiene incertidumbre. Aldo, como siempre en invierno, tenía un brasero encendido en la habitación para que le diera algo de calor. Una hipótesis es que los perros pudieron voltear ese brasero y originar el fuego. “También pienso que, como la pieza tiene un hueco en el techo, a lo mejor los chicos del barrio me tiraron algo por ahí, alcohol o algo así, y se inició el fuego”, dijo. “Me han robado varias veces, también me espían, saben cuándo voy al banco y cobro la jubilación”, señaló.
Nóblega percibe un haber mínimo. Antes de pensar en sus necesidades básicas de alimentación y alimentos, él paga los impuestos. “Esta casa la dejó para nosotros (habla de él y un amigo fallecido) un arenero, don Romero. Los familiares no tienen problemas de que me quede ahí, pero lo que tengo que hacer es pagar los impuestos. Como no está a mi nombre, no puedo pedir los beneficios de jubilado, nunca pudimos pasarla porque hace falta plata y no teníamos”, dijo.
La estructura de la vivienda del barrio Carlos Pellegrini está sentada sobre barro y el fuego la deterioró. “Hay que voltear todo”, dijo.
Actualmente, está alojado en la casa de una familia amiga que se ofreció a construirle una pieza nueva, pero necesitan materiales de construcción para empezar.
La casa es de Ivana Colazo, quien con su esposo y sus cuatro hijos decidieron que no iban a dejar solo a Aldo. No importó el reducido espacio de la vivienda o las dificultades económicas. “El fue amigo de mi padre y lo vamos a ayudar. Me parte el alma verlo triste porque extraña su casa”, dijo la mujer a EL DIARIO.

¿Ayuda social?
Aldo tiene varios problemas de salud. Además de la hipertensión tiene flebitis y un raro mal que se llama “pie de elefante”.
Pese a ello, no recibe ninguna ayuda social. “Fui a pedir un bolsón al Centro de Jubilados del barrio Trinitarios y la señora que atiende me dijo que tenía que esperar. Cuando le pregunté qué era lo que tenía que esperar, me contestó que sobrara un bolsón o que se muriera un jubilado. Mirá si me dio esperanza”, dijo Aldo.
Recibía, sí, ayuda alimentaria de la Municipalidad. “Después vino una tarjeta de Córdoba, pero no anduvo. Igual, soy achurero, como cualquier cosa”, explicó.
Sueña con volver
“Ella es muy buena. Lo mismo los chicos y el marido”, dijo Aldo, refiriéndose a Ivana Colazo y su familia. “Me ofrece todo, lo que pasa es que uno está acostumbrado a tener lo de uno y hoy siento como si un viento me hubiera llevado todo. Y eso me pone mal, muy mal. Tengo que estar allá, con mis perras, mis cosas, mi casa”, dice Aldo, remplazando la sonrisa que mantuvo durante toda la charla, por lágrimas que trata de contener.
“Pero tengo esperanza, capaz que la gente me ayude”, concluyó.
PARA COLABORAR
¿Qué se necesita?
-Gasas y cintas para las curaciones de las
heridas del fuego y las de su pierna enferma.
-Ropa, especialmente
joggins.
-Sábanas y colchas.
-Heladera.
-Materiales de
construcción.
-Muebles (ya consiguió cama, colchón y cocina)
-Utensilios.
¿Cómo ayudar?
Aldo Nóblega está viviendo en la casa de una familia amiga,
ubicada en prolongación Vélez Sarsfield e Intendente La Colina.
-Teléfono: 3534224424.
-También pueden
comunicarse a través del muro de Facebook de Ivana Colazo.
Arrebato
Ayer a la mañana, en barrio Ameghino, dos jóvenes en moto le arrebataron el monedero, remedios y documentación a una jubilada.