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La huerta de La Calera es una salida para algunos jóvenes

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La huerta de La Calera es una salida para algunos jóvenes

Ninguno supera los 20 años y trabajan junto a un especialista del INTA en el espacio comunitario de calle Rucci al 1300. Lo ven como una alternativa para crear su proyecto de vida

En el espacio se respetan los
principios de la agroecología

Con un diseño en forma de espiral, cerca de 20 jóvenes trabajan a destajo en un lote de calle Rucci al 1300, en el barrio La Calera.

Tal como informó ayer el municipio, allí se destaca la huerta comunitaria que desarrolla parte de la juventud del barrio, apoyada por el propio municipio y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Se trata de una propuesta que permite a los jóvenes no solo aprender a trabajar la tierra, sino también incorporar una salida laboral para su futuro, en tiempos donde el trabajo no sobra.

Los chicos “abren el surco y abren también un camino nuevo, una oportunidad para emprender y acariciar nuevos futuros”, según remarca el Gobierno local.

El grupo de los encargados de la huerta cuenta con miembros que no superan los 18 o 20 años, todos abrazando un proyecto que contagia también en el barrio, donde los habitantes del lugar se acercan también para colaborar.

Para dar el puntapié inicial, el Instituto Municipal de Inversión, el área de Descentralización Territorial del municipio y el INTA cohesionaron esfuerzos y avanzaron para armar una malla protectora, con el objetivo de que los chicos pudieran desarrollar la denominada huerta comunitaria.

 

Ya germina

La iniciativa arrancó meses atrás y, como las propias especies vegetales, fue germinando para comenzar a dar los primeros frutos.

Descentralización Territorial y el INTA venían desarrollando juntos la entrega de semillas y el apoyo a las huertas familiares.

La dirección está a cargo del ingeniero agrónomo Pablo Luque (INTA), quien interioriza a los chicos sobre las diferentes formas de cultivar, los cuidados y atenciones para llevar adelante el proyecto. En ese contexto, después de la la limpieza del terreno, avanzaron en el diseño circular, que busca emular a la naturaleza en sus principios biodinámicos, que poco tienen que ver con el monocultivo.

En el terreno también se diseñó y concretó un invernadero, donde se llevan adelante las plantineras, y se elabora el compost.

La base de la explotación comunitaria es la rotación de cultivos de aromáticas, hortalizas y flores, generando un microsistema.

 

A la venta

Durante la Semana de la Juventud, hace un mes, los productores de La Calera tuvieron oportunidad de comercializar algunas de sus mercancías en el centro de la ciudad, más precisamente en la feria que se realizó en la peatonal. Allí ofrecieron principalmente plantines de especies aromáticas y florales.

La huerta nació como una forma de generar parte de los propios alimentos, ofreciendo el excedente a la comunidad.

Algunos meses después, se presenta como una alternativa para crear un proyecto de vida.

En ese sentido, de los jóvenes depende mucho el éxito a futuro y la continuidad de los proyectos para instalar en otros barrios.

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