Inicio Locales “La mitad de los villamarienses tiene descendencia italiana”

“La mitad de los villamarienses tiene descendencia italiana”

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Matías Bossa, agente consular Italiano en la ciudad y la región, también aseguró que “actualmente alrededor de 3.500 habitantes de la ciudad tienen la doble nacionalidad”

Bossa remarcó que la función que cumplen desde la entidad es “apoyar y generar actividades de todo tipo para seguir difundiendo la lengua, la música, la gastronomía y otros muchos aspectos de la cultura”

“En Villa María aproximadamente la mitad de la población tiene origen italiano, ya sea por parte de padre o madre”.

La afirmación es de Matías Bossa, el agente consular italiano que tiene nuestra ciudad y la región. Un cargo que ocupa desde julio de 2015, tras una situación particular.

“Fue una cosa casi del destino te diría. Miguel Veglia, que era un amigo, nació en Hernando, de donde yo soy oriundo. Teníamos relación hacía muchos años, cuando yo mismo tramité mi ciudadanía italiana y él era el agente consular de Villa María y la región, tras su desempeño como intendente. Dio la casualidad que Miguel fallece un 14 de mayo y lo sepultaron el 15, justo el día de mi cumpleaños, cuando ya teníamos organizado con él para realizar un evento relacionado con la colectividad y la cultura italiana. Tras ello, sigo adelante con la organización del evento, que, de hecho, se llamó ‘Homenaje al Dr. Miguel Angel Veglia’”.

A partir de ahí, y de todas las labores que estuvimos haciendo, el Gobierno italiano me nombra para el cargo, el cual comienzo a ejercer en julio de 2015”, contó.

Bossa dio a conocer algunos datos demográficos referidos a la ciudad y sus alrededores, como que actualmente alrededor de 3.500 habitantes de la ciudad tienen la doble nacionalidad, “sin contar a muchísimos otros que están tramitando la ciudadanía en estos meses”.

“En nuestra región, en tanto, tenemos entre 15 y 20 mil habitantes con doble ciudadanía”, amplió, y destacó que “cuando hablo de la región, me refiero a todo lo que compete a esta agencia, cuyo alcance no está del todo limitado, pero hay que pensar en un área que va desde los límites sudestes con la provincia de Santa Fe hasta las cercanías de San Francisco e incluso Río Tercero y la zona del Valle de Calamuchita”.

También aseguró que quedan “muy pocos” ciudadanos nacidos en italia que hoy habiten Villa María. “De los que llegaron en el siglo XX, aproximadamente 10. Entre ellos, los hermanos Cándido y Pierino Gardella, los hermanos Bianco y Felice Vragnaz, por sólo nombrar algunos. Esos son los “históricos” porque también hay italianos que han venido los últimos años, aunque son bastante pocos. De ese grupo habrá otras 10 personas”, estimó

Entre otros datos de la ola inmigratoria italiana en la ciudad, ponderó la forma en que se dio la distribución.

“Los italianos llegaban al puerto de Buenos Aires y desde allí eran enviados según su procedencia: los que venían de ciudades portuarias como Génova o las adyacencias de Roma, por ejemplo, eran enviados a localidades donde había puerto. Y los que venían del campo, de la montaña, como en el caso de los piamonteses por ejemplo, eran enviados al interior”.

“Un dato muy llamativo, que de alguna manera grafica lo importante que fue la oleada de piamonteses, es que, por ejemplo, según datos históricos, después de la Segunda Guerra Mundial, sólo en lo que es Córdoba y Santa Fe, en la plenitud de la ‘Pampa Gringa’, había más piamonteses e hijos de piamonteses que en la misma Región de Piamonte”, subrayó.

 

Historia y función

Villa María cuenta con una Agencia Consular de Italia, pero no muchos saben qué significa tener una dependencia de este tipo en la ciudad.

Bossa, con ascendencia de Piamonte y Friuli, contó que son varias las funciones básicas que desarrollan desde ese lugar.

“En primer término, recibir a todos los ciudadanos italianos en lo que sea competente a la actualización anagrafal, que sería básicamente lo concerniente al padrón electoral. También realizar los trámites dentro de lo que es el área civil, como actas de nacimiento, casamientos, divorcio o defunción, y prestar asistencia en todo lo concerniente a información para solicitud de pasaporte italiano o ciudadanía, información de visado y becas de estudio”, sostuvo.

También, “otra labor importante es apoyar y generar actividades de todo tipo para seguir difundiendo la lengua, la música, la gastronomía y otros muchos aspectos de la cultura italiana. Hay que destacar que es un cargo ad honorem y que la Agencia Consular depende del Consulado Italiano de Córdoba, que a la vez abarca otras seis provincias: Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja y Catamarca”, explicó Bossa.

“No hay datos precisos, pero se sabe que la Agencia Consular de Villa María ya existía en la década del 40, cuando la presencia de italianos en toda la región era muy fuerte”, rememoró, y sostuvo que “fue prácticamente con la segunda gran oleada de inmigrantes venidos de la Península, entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial; la primera gran oleada se había dado a fines del siglo XIX y principios del XX, podríamos decir”.

-¿Y antes de eso no había italianos por estos pagos?

-Bastante poco, en comparación con otras regiones de Latinoamérica. En el siglo XIX, e incluso antes, los inmigrantes italianos iban más hacia territorios como Venezuela o Colombia, en el norte de Sudamérica.

-¿Y a nuestra zona de qué partes venían mayormente?

-De todas partes: desde el Véneto hasta Cerdeña, Sicilia, Lazio… Aunque la mayor parte llegaba desde Piamonte (noroeste de Italia) y Marcas (en italiano “Marche”, centro-este). Usualmente era gente muy humilde, trabajadora, mucha gente de campo.

-¿Cuándo comenzó su interés por todo lo que tiene que ver con la italianidad?

-Uno absorvió todo esto desde muy chico. Todo lo que tiene que ver con la cultura italiana, las costumbres, las comidas, los juegos, el idioma… En mi caso, esa influencia fue muy fuerte, ya que yo soy tercera generación, mis abuelos eran italianos. A partir de eso, fui interesándome más en todo lo que tiene que ver con la cultura italiana, incluso viajando y conociendo de primera mano ese país maravilloso.

-¿Eso era común en todas las familias de raigambre italiana, esa “transmisión” de aspectos culturales a los hijos y nietos?

-No, en muchos casos no se daba. Hay que recordar que los italianos que venían a Argentina sufrían mucho desarraigo y hasta algo de discriminación, por el hecho de hablar “cruzado” y otras cosas. Algo de lo que hoy le pasa a otros inmigrantes venidos de distintas partes de Sudamérica le pasó a los italianos en su momento. Entonces por ahí algunos sentían un poco de vergüenza a la hora de transmitir todo ese bagaje cultural tan rico. Era como que querían “dar vuelta la hoja”, por así decirlo. En eso también influyó la nostalgia, el hecho de no querer recordar todo lo que habían dejado atrás: su tierra, sus seres queridos… No fue nada fácil para ellos.

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