Inicio El Equipo La “Navidad” de Luis

La “Navidad” de Luis

0
La “Navidad” de Luis
Luis, el revendedor de entrada que no cree hacer una buena diferencia

Quito parece demostrar muy poco interés entre el encuentro de su selección y la de Argentina. Lo que para nosotros será la madre de las batallas, para ellos es solo otro número en la estadística de una eliminatoria que lo tuvo reinando al comienzo de la misma y que lo arrojó al pozo del olvido en las últimas fechas finales.

Ninguna camiseta amarilla se ve caminando por las calles del Centro Histórico, lugar maravilloso enclavado en el medio de la capital, con calles empedradas que suben y bajan por sus cerros y que triplican nuestro esfuerzo por transitarlas de a pie, así unas pocas cuadras se transforman en kilómetros y no queda otra que apelar a los taxis o al buen servicio público de transporte que poseen.

Aunque se agotaron las entradas (ver página 57) es tan poco el interés de los quiteños por el partido, que muy pocos revendedores se han llegado hasta las inmediaciones del Estadio Atahualpa. Ahí me encuentro a Luis que apenas me ve acercarme me ofrece una entrada, le digo que soy periodista argentino y me tira algunos datos.

Escribe Daniel Sánchez (Desde Quito)

Luis, el revendedor de entrada que no cree hacer una buena diferencia

Las únicas entradas agotadas son las populares locales que se venden a 20 dólares (aquí la moneda oficial es el dólar americano) y que llegan hasta los 200 dólares las más caras que son los palcos, pero que hay a montones. Los hinchas argentinos que se lleguen a alentar podrán adquirir una general a 40 dólares que es el precio oficial para el visitante y que estarán disponibles en ventanilla del estadio. Me dice también Luis que no va a hacer una buena diferencia con este encuentro, será muy poca o nula, ya que solo le recargan un 10% al valor real de los tickets. Le pregunto a Luis si no tienen problemas con la Policía; “No, para nada”, me contesta y se va a conversar con dos agentes que están en un patrullero a escasos metros de nosotros.

Mañana puede ser quizá la última presentación de «la generación maldita», la que perdió tres finales y que puede hacer realidad la peor maldición del fútbol, negarle un campeonato mundial al mejor jugador del mundo. Esperamos en Quito, esperamos en la altura y para colmo, la pelota no dobla.

Print Friendly, PDF & Email