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El viejo, pero vigente, reclamo de quienes tienen movilidad reducida

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El viejo, pero vigente, reclamo de quienes tienen movilidad reducida
“No pasa siempre, pero pasa”, dijeron sobre los problemas (foto ilustrativa)

Un joven en silla de ruedas contó, a raíz de una situación puntual que sucedió esta semana, las dificultades que tienen para movilizarse en el transporte público. En colectivo, imposible, y en taxi, existen trabas

“No pasa siempre, pero pasa”, dijeron sobre los problemas (foto ilustrativa)
“No pasa siempre, pero pasa”, dijeron sobre los problemas (foto ilustrativa)

Durante la semana que pasó, una de las tantas personas en la ciudad que tienen movilidad reducida y, por lo tanto, la silla de ruedas se transforma en una extensión más de su cuerpo, padeció una situación puntal que derivó en la necesidad colectiva de reactivar un viejo pero permanente reclamo.

Pidieron anonimato, para no sufrir represalias de ningún tipo.

“La ordenanza vigente dice que hay cuatro viajes gratuitos por día, por empresa, para personas en silla de ruedas”, recordó el entrevistado. De todas formas, cuando este joven se comunicó telefónicamente pidiendo un taxi, recordando justamente esa ordenanza, “le entraron a dar vueltas y a poner trabas”. “Después, le dijeron que él no estaba anotado, que no figuraba en la lista”, por lo que se comunicó con la oficina de Discapacidad de la Municipalidad y ahí se enteró que tenía que renovar sus datos. “¡Pero si él no cambia de nombre, de documento, ni de condición física!”, reclamó quien le puso voz al colectivo afectado, y advirtió que “nadie le avisó, nadie de nosotros sabía que había que renovar los datos”.

“Nosotros cada dos por tres tenemos que salir en los medios para que no parezca que todo está bien. En este caso, decidimos salir a hablar por una situación puntual, pero que se suma a las tantas que vivimos diariamente”, comentó, y llamó a una reflexión: “Para una persona que estudia o trabaja, cuando estas cosas nos pasan, que no te llevan porque dicen que la silla de ruedas no entra en el auto, o porque no estás anotado, o lo que sea, nos perdemos de ir a clases, de ir a rendir, de ir a trabajar… nos perdemos la posibilidad de movernos libremente”.

La intención, dijo, no es agraviar a las empresas ni choferes de taxis, sino exponer “un reclamo que viene desde hace tiempo y un problema que se repite”. “Nosotros pedimos desde la buena voluntad, desde el tratar de construir. Más allá de las discusiones que se puedan generar, esto es un tema que hay que resolver, los años pasan y todo sigue igual”, puntualizó el joven.

“La ordenanza no se estaría cumpliendo. Hoy estoy acá y si me tengo que ir a la otra punta de la ciudad, en colectivo no puedo, y si llamo a un remís tengo que rogar que no me pongan ninguna traba. No pasa siempre, pero pasa, y directamente no debería pasar nunca. A mí me han dejado debajo de la lluvia con el brazo levantado. El transporte público es un derecho, una necesidad”, contó.

Sus manos están manchadas por empujar las ruedas de la silla en la que permanece y desde donde intenta llevar una vida normal, pero no le es fácil ni a él, ni a los que representa con este reclamo. “Creo que deberíamos sentarnos, concejales, dueños de empresas, la gente del transporte de colectivos y nosotros, para plantearles las necesidades nuestras desde nuestro lugar, porque esto es algo que se puede solucionar hablando”, consideró.

“El transporte público está en falta con este sector de gente, con quienes tenemos movilidad reducida y necesitamos que el transporte público sea un derecho”, manifestó, y añadió que “mi pelea particular también es con quienes estacionan en las esquinas tapando las rampas”.

Finalmente, aseguró que “en Villa María hay 2.500 personas en silla de ruedas, contando también los ancianos en los geriátricos, por ejemplo, que quizás no salgan tanto, pero sí hay un grupo enorme de gente que necesita andar, movilizarse y vivir una vida totalmente normal” y por eso es que decide hacer pública, nuevamente, la problemática.