Escribe: José Ramón Errazquín

El miércoles pasado y ya con la aciaga noticia del fallecimiento de Iván Miranda, leí con atención el editorial de EL DIARIO sobre este suceso. Si bien su pasión por el fútbol estaba muy bien resumida y compendiada, faltaba escribir sobre su otra gran pasión: el trote.

Desde muy joven, Iván estuvo ligado al trote y su amor por este deporte fue heredado, al igual que sus hermanos Eder y Rubén, de su padre Don José Miranda, quien fuera en vida un entusiasta trotista.

En la década del 70 junto a su socio y amigo entrañable Antonio Daher crearon el primer haras de caballos de trote de la región, siendo su prefijo Damir en alusión al apellido de sus propietarios y, como no podía ser de otra manera, lo bautizaron “El Fortín”. En poco tiempo se convirtió en uno de los mejores haras de Sudamérica, llegando a exportar productos a Europa con muy buen suceso. En nuestro país se destacaron ejemplares de la talla de los campeones: Damir Murph Suspiro, Damir Murph Espacial, Damir Murph Redel y la extraordinaria yegua Damir Pat’s Sépalo (madre del pentacampeón nacional Gora Hot Lopase), entre tantos otros. En la parte administrativa y periodística siempre contaron con la invalorable colaboración de Nilbio Yuon y del recordado Alberto “Chiche” Gentille.

Cuando su empresa comercial se lo permitía, se hacía una escapada hasta el Hipódromo local y variaba algún trotador que su hermano Eder cuidaba con esmero, de hecho, Iván corrió y ganó una carrera en el hipódromo de Pilar (Córdoba) para conductores amateurs.

El estar tan ligado al trote hizo que el Nene integrara la Comisión Directiva de la Asociación Villamariense de Trote y fuera por varios períodos su presidente; posteriormente fue integrante de la Federación Argentina de Trote (máximo ente que rige la actividad a nivel nacional).

Por nuevos rumbos empresariales decidieron la venta del haras y varios establecimientos de crianza del país se nutrieron de yeguas que Antonio e Iván seleccionaron durante varias décadas.

En su despedida tenía sobre su pecho su amado “trapo” rojiblanco, quizás faltó un lugarcito para una fusta trotera… Se nos fue el Nene Mirada, amigo de los amigos, personaje de la ciudad.