Con una gran actuación en el primer tiempo, Rivadavia superó en Arroyo Cabral a Universitario por 2 a 0 y para conocer al campeón se deberá jugar un tercer partido

Textos:

Federico Gazzoli

Pablo Luna Broggi

Daniel Rodríguez

Fotos: Víctor Alvez

César Carballo

Para retrucar aquella vieja frase que indica “no está muerto quien pelea”, Rivadavia de Arroyo Cabral se levantó tras la derrota sufrida en la primera final del Clausura de la Liga Villamariense y en la revancha, ante su gente, superó 2-0 a Universitario para estirar la definición del certamen hacia una tercer encuentro.

Tras una semana complicada para el equipo dirigido por Marcelo Santoni, que sufrió las bajas de José Luis Villagra (expulsado), Matías Bustamante (suspendido provisoriamente) y Maximiliano Le Roux (límite de amarillas), pero con el “refuerzo” de Franco Gozzerino, sus dirigidos dieron una verdadera muestra de carácter para hacerse fuertes en su casa y conseguir una victoria que fue inobjetable desde el inicio del cotejo.

Es que el Verde, tras unos instantes iniciales del cotejo en los que ambos equipos optaron por “estudiarse”, rápidamente comenzó a dominar las acciones, mayormente gracias al predominio que ejerció en la mitad de la cancha, el sector más poblado del terreno en el que la dupla de volantes centrales del elenco cabralense ganó el duelo sobre sus pares de Universitario.

En ese contexto, más allá de que hasta ese momento los arqueros habían sido testigos preferenciales del encuentro, a los 7’ Rivadavia pisó el área rival y terminó festejando; Pablo Picotti despejó corto de cabeza, tras una lucha en las alturas con Leandro Zalazar, y cerca del vértice izquierdo del área grande Diego Villagra metió un soberbio zurdazo que se metió en el ángulo superior izquierdo, ante una espectacular volada de Simón Mellano, que nada pudo hacer para evitar el 1 a 0 a favor de los cabralenses.

Fue el premio a la concentración y la decisión con la que Rivadavia salió a buscar el partido, ante un elenco de la UNVM que se mostraba perdido y sin reacción tras el cachetazo que le significó el verdadero golazo convertido por el Pulga.

No conforme con la ventaja de un gol, el dueño de casa siguió haciéndose firme en el medio, ajustó la presión sobre el rival y ganó casi todas las segundas jugadas, mientras que Universitario seguía sin hacer pie y lejos estaba del empate que necesitaba para irse de Cabral como ganador.

Promediando la etapa inicial, Zalazar ganó por la derecha, envió centro rasante al primer palo y Matías Rojas se anticipó a la marca de Juan Wartel para rematar de derecha una pelota que Mellano tapó con el cuerpo para enviarla al saque de esquina.

Poco después, sobre la media hora, Villagra mandó centro desde la derecha, la pelota se fue cerrando y el arquero visitante, para evitar sobresaltos, la cacheteó para mandarla a un nuevo córner.

En medio del dominio Verde, a los 33’, Lucas Barengo generó la chance más clara de Universitario en todo el primer tiempo cuando probó desde afuera del área con un derechazo que pasó muy cerca del palo izquierdo.

El reloj señalaba ya 34’ y parecía que los dirigidos por Joselito Bernadó habían tenido una leve reacción, pero Rivadavia estaba esperando su momento para volver a lastimar. Braian Sanabria perdió la pelota en una salida desde el fondo ante Fabián Martínez, que le ganó otra dividida a Picotti, y la pelota cayó dentro del área en los pies de Gayoso, ante la tímida marca de Wartel, para que el “Rayo” definiera de derecha a la izquierda de Mellano y estableciera el 2 a 0.

Sin mucho más para tener en cuenta, se fue un primer tiempo en el que Rivadavia se fue ganador porque, además de prevalecer en el duelo de la mitad de la cancha, afrontó la revancha con una mentalidad más ganadora, mientras que Universitario jugó a esperar el error que los de Santoni nunca cometieron.

Lo sostuvo sin sufrir

En el segundo tiempo, quizás “pagando” el gran desgaste que hizo durante la etapa inicial, Rivadavia retrocedió algunos metros en el terreno de juego, perdió mucho en posesión de balón y permitió que la Uni jugara la mayor parte del tiempo en campo contrario, aunque sin tener la claridad necesaria como para transformar en situaciones de riesgo el mayor porcentaje de tenencia del esférico.

Es que el representativo de la casa de altos estudios no supo que hacer con la pelota y se la pasó deambulando el área de un Rivadavia que se paró bien en el fondo y despejó el peligro sin asumir ninguna complicación.

Además de no lograr quebrar la resistencia local, Universitario sufrió una gran pérdida a los 10’ cuando Tomás Pratti sufrió una lesión muscular y debió dejar el campo de juego, siendo reemplazado por el juvenil Lucas Sosa.

Con ese panorama, Universitario buscó el descuento a través de dos disparos de Juan Acosta y de Luciano Antonino; en el primero Berardo desvió hacia el córner y en el segundo el experimentado guardameta dominó sin problemas.

Ya se jugaba más de media hora de la parte complementaria y Universitario tenía cada vez más problemas para inquietar sobre el arco contrario, mientras que en la parte final del encuentro Marcelo Santoni apostó a los cambios, dándole lugar a “pibes” del club para suplantar a los futbolistas más deteriorados físicamente.

Nada varió en la parte final del encuentro, la Uni siguió yendo a los ponchazos y sin ideas claras y el Verde se aferró cada vez más a una victoria inobjetable.

Después del cuarto minuto de adición sonó el pitazo final de Alexis Carranza. El Verde celebró un gran triunfo después de una semana complicada, Universitario se fue preocupado por un bajo rendimiento que no le permitió alzarse con la corona y ahora todo deberá definirse en una tercera final, en la que, por tenerse en cuenta la diferencia de goles, Rivadavia comenzará a jugarla un gol arriba en el marcador global.