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Los cazafantasmas… cazados en el viejo Hospital Pasteur

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Los cazafantasmas… cazados en el viejo Hospital Pasteur

Muchos partes emitidos en los últimos días por la Departamental San Martín de la Policía se repiten al dar cuenta de la detención de adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes en el interior del casi centenario edificio en el que funcionó el Hospital Regional Pasteur hasta diciembre de 2014. ¿Destrozos? No más que los causados para mudanza. Llegan hasta allí atraídos por un “inquietante” video que un afamado youtuber local subió a Internet y tiene más de 105 mil reproducciones. ¿Fantasmas? Veamos

Un reportero de EL DIARIO recorrió el viejo edificio del Hospital, donde el estado de abandono llama a la tristeza. En la foto, el ingreso al espacio que ocupaba Terapia Intensiva

Escribe Alejandro Ascasubi
De nuestra Redacción

Ayer mismo, los partes matutino y vespertino emitidos desde la sede policial de San Martín 317 sumaron siete detenciones en el interior del inmueble que ocupa la manzana delimitada por las calles Mendoza, Pasteur, Tucumán y ruta pesada. Sí, 10 detenidos solamente en las últimas 24 horas, todos con edades comprendidas entre 16 y 20 años y un dato común: “No se registran destrozos”.

Vecinos de esa mole abandonada confirmaron que cada jornada llegan “muchos” chicos que entran por algunos tapiales caídos o saltando viejos muros…

Después -como se ve en el mismo video del youtuber PedritoVM-, no tiene más que abrir alguna de tantas ventanas y saltar al interior para recorrer los pasillos, las viejas habitaciones, el Banco de Sangre, los quirófanos, Terapia Intensiva… y, sin guantes, revisarlo todo.

Tal vez esta sea la parte más peligrosa de este cinematográfico capítulo de la historia de las creencias populares de Villa María y Villa Nueva.

 

Una captura de pantalla del video de PedritoVM. En la imagen, al fondo aparece una figura humana, algo que no debería ser tan raro, siendo que el edificio “cuenta con un guardia”, el mismo que pudo dar aviso a los agentes que terminaron “cazando” a los cazafantasmas

Aquella “lluvia” de piedras

Uno no puede dejar de preguntarse por los alcances de la “movida” que hubieran generado en 1989 las piedras que “llovían” sobre una casa de barrio Belgrano, de haber existido Internet, sus redes sociales y sus youtubers, como el afamado Pedrito.

Sin nada de eso, todas las nochecitas, una desordenada “procesión” arrancaba desde las direcciones cardinales hacia la misteriosa morada. Cómo habrá sido la atracción, que no faltaba en el lugar un “oportunista” puestero vendiendo choripanes.

No vamos a develar el misterio de aquella historia, llena de suspicacias, como tantas otras que habitaron y habitan en el imaginario colectivo.

 

Otra postal del abandono

De fantasmas y un “Pitufo”

No hace mucho tiempo, empleados de una de las grandes superficies comerciales de la ciudad aseguraban que “el fantasma de una criatura de 2 años, aproximadamente”, comenzaba a recorrer los pasillos “a eso de las 2 de la mañana”.

“Los guardias bajaban las cortinas y él (el niño/niña) las levantaba”, decían, al tiempo que aseguraban que “hay empleados de seguridad que no quieren venir más por las noches”.

Otro caso es el de uno de los cuentos que participaron el año pasado en el concurso para colegiales organizado por nuestra Cooperativa Comunicar para el aniversario de la ciudad, en el que se aludía “con pelos y señales” a “el fantasma de mi escuela” (uno de los establecimientos ubicados en la zona céntrica de la ciudad, es decir, dentro de los cuatro bulevares).

También fue “fantasmal” la historia de “la figura de una mujer rubia envuelta por una sábana blanca”, que asustaba a automovilistas y motociclistas que circulaban hacia barrio Bello Horizonte. Después de una primera denuncia, varios de ellos se acercaron a nuestra Redacción de entonces, ubicada en Yrigoyen 355, para coincidir con los comentarios de un hombre que se sentía “perseguido” por tal aparición.

Villa María está llena de leyendas urbanas, como la que conducía a la laguna de Las Conchas, para ver “el ojo de agua salada que se conecta con el mar”.

De la misma especie son una decena de relatos similares recopilados en un libro por los alumnos del IPEM 322 de Villa Nueva. Y en la vecina ciudad, precisamente, décadas atrás era famosa “la ciénaga del Zanjón”, que todo lo tragaba: desde piedras lanzadas por curiosos chiquilines hasta un caballo.

Ni qué hablar del “Pitufo” de barrio La Floresta. Este mismo cronista llegó a reunir a 22 vecinos de la popular barriada que “confirmaban” su presencia y sus incursiones por algunas viviendas cuando sus propietarios no se hallaban en ellas o cuando estaban durmiendo.

Hasta una mujer que lo vio escapar por la ventana cuando ella ingresó a la cocina dio testimonio. Otros acompañaron al periodista hasta el cañaveral cercano al río que desapareció con la creación del barrio La Reserva.

Unos decían que a esa especie de duende lo habían visto “por acá” y otros “un poco más allá”.

Y después de estos recuerdos que demuestran cómo operan en el inconsciente colectivo determinadas “noticias”, cómo no traer a la memoria el hecho más reciente de la hamaca “que se mueve sola” en barrio Las Playas. En este caso, hasta filmaciones caseras circularon para apoyar los dichos sobre el “fenómeno”.

 

Pero volvamos al viejo Pasteur

El parte policial de ayer por la mañana señaló: “Siendo las 0.30, personal de la Patrulla Preventiva informa que desde calle Tucumán y Pasteur, donde funcionaba el Hospital Pasteur, en el interior del mismo proceden a la aprehensión de dos sujetos de 20 y 19 años, ambos de esta ciudad, quienes son trasladados a sede policial, donde permanecen detenidos. Posteriormente, siendo las 2, se procede a una acción similar, trasladándose también a dos menores de 16 años, que son puestos a disposición del Juzgado de Menores. En ambos casos no se produce violencia para ingresar ni se constata ningún faltante”.

En términos similares escribió sus partes la Policía en días anteriores (como informamos en nuestras ediciones) y de la misma manera lo hizo por la tarde: “Siendo las 17, personal de la Patrulla Preventiva informa que se constituye en calle Tucumán y Pasteur de esta ciudad, donde funcionaba el Hospital Pasteur, a raíz de un llamado que se receptó en el teléfono 101 diciendo que había menores en el interior sin autorización. Es así que se procede a la detención de tres menores de entre 16 y 17 años, todos de esta ciudad. No se constatan daños ni sustracciones que pudieran haber realizado. Se labran actuaciones…”.

Luego, en diálogo informal con la prensa, los jefes de la Departamental San Martín de la Policía de la Provincia de Córdoba reconocen que “los chicos van ahí atraídos por la historia del fantasma”.

Una historia más de nuestros días, que no deja de entrañar peligro. Convendría que las autoridades tomen algunos recaudos para que esta extraña “diversión” (no es la simple caza de pokémones) no termine con algún hecho que tengamos que lamentar por el contacto de los jóvenes con residuos patógenos, por cortes con vidrios rotos (los hay de todo tipo y tamaño) o algún enfrentamiento confuso que puede ser peor todavía.

 

“No estaba muerto y apareció por los pasillos…”

Carlos Gagliano asumió como director del centro asistencial en 1995 y por entonces se susurraban muchas historias que conmovían a más de uno.

Ayer, Gagliano contó a EL DIARIO que en la década de 1940 “a un paciente que hizo una crisis cataléptica, un enfermero lo dio por muerto y lo llevó a una habitación que estaba fuera del edificio principal y que oficiaba de morgue”.

“Pero, al cabo de unas horas, el hombre apareció caminando por los pasillos y quejándose de que lo habían llevado a un lugar muy frío y sin frazadas”, narró el doctor.

Y agregó: “No fueron pocos los que salieron despavoridos”.

El exdirector del Pasteur y también exconcejal de la ciudad dijo finalmente que “siempre sobrevolaron historias de ánimas, aparecidos y fantasmas” en el viejo edificio.

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