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“Los emprendedores debemos atacar nuestra propia realidad”

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“Los emprendedores debemos atacar nuestra propia realidad”

Antes de comenzar su carrera científica el entrevistado ya era famoso: obtuvo su título de Licenciado en Ciencias Químicas con un promedio asombroso: 9,82. En 2015 fue distinguido por la Bolsa de Comercio de Córdoba con el premio al Joven Sobresaliente del año

Franco Bonafé terminó sus estudios y a partir de allí su carrera se bifurcó: ingresó rápidamente al Conicet y comenzó a investigar sobre simulaciones a escala nanoscópica, donde se imponen las reglas de la física cuántica. En paralelo, se integró a un proyecto de empresa de base tecnológica, en la Incubadora de Empresas de la UNC, llamado Quantum Dynamics, donde desarrollan servicios de computación de alto desempeño para que científicos puedan realizar experimentos complejos “en la nube”.

A todo esto, Franco tiene tan solo 25 años. Tuvo su primer ensayo emprendedor cuando promediaba su carrera de grado: con un grupo de amigos de la Facultad intentaron desarrollar una plataforma digital para comercio electrónico. “La idea surgió copiando cosas que se hacían afuera, pero fracasó. No cumplía con el aspecto innovador, ni apuntaba a satisfacer necesidades de nuestra región, algo que ahora considero mucho más valioso”, acepta.

Para él, existen grandes diferencias entre emprender desde una universidad pública e inclusiva y desde el resto de los espacios que integran el “ecosistema emprendedor”, surgidos del sector comercial y las universidades privadas.

“Desde la Incubadora de Empresas de la UNC se incentiva el emprendedorismo. El primer objetivo es transferir los conocimientos que se generan, pero también se busca la estimulación, la formación de emprendedores. Nadie más se ocupa de eso”, apunta.

“Afuera de la UNC, emprender es tener una idea y la calle suficiente para llevarla a cabo, conseguir buenos contactos”, completa.

Las ideas, los proyectos de empresas, los productos innovadores nacen y se piensan desde contextos diferentes. “Cuando se trabaja para una empresa multinacional, el objetivo es cumplir las necesidades de un mercado masivo dispuesto a pagar por el producto que se quiere generar. En este caso, no importa mucho su grado de innovación o si no responde a lo que hace falta en tu región”.

“Nosotros -compara- estamos aprendiendo, junto al equipo que maneja la Incubadora de Empresas. Emprender desde una universidad pública y gratuita es muy valioso a nivel mundial. Lo estamos construyendo. Es una consecuencia directa de la alta inversión estatal en ciencia”, razona.

 

Al ataque

“El rol de la UNC es juntar a la gente que tiene ideas para desarrollar productos innovadores, que satisfagan necesidades sociales, se puedan llevar adelante con mano de obra local, y que generen riqueza y beneficios para la economía regional”, asegura. En esa línea, subraya: “Los emprendedores debemos atacar nuestra propia realidad”.

Las dos visiones sobre el emprendedorismo y la innovación tienen su correlato en la bibliografía especializada. Bonafé explica que por un lado están las ideas “copy cat”, que provienen de otras realidades y son muy estimuladas en el ecosistema emprendedor cordobés. “Son las que tienen mayor acceso al financiamiento porque se les ve un mercado, pero tienen un componente innovador muy bajo”, aclara.

En cambio, en las universidades públicas se promueve lo que se llama “out the box” (fuera de la caja). “Es el pensamiento lateral, que propone una solución diferente a un problema existente, basado en lo que aprendiste, en tu propio ingenio”. Esta perspectiva, para Bonafé, es la acertada: “Está estudiado que las economías emergentes deben utilizar la innovación para poder competir en el mercado mundial. Sin innovación, las economías emergentes nunca dejarán de ser emergentes”.

Quantum Dynamics es parte de las primeras camadas de “incubados” de la Casa de Trejo. Y Bonafé destaca algunos aspectos a tener en cuenta: “Primero, tener en claro cómo funciona el proceso que va de una idea a un negocio. Si no tenés experiencia, creés que es algo simple, directo. Pero es un camino de múltiples bifurcaciones. Y no hay recetas mágicas”.

Otro punto central es la viabilidad. “El hecho de tener un producto en mente en el cual no estás muy convencido, te puede llevar a no arrancar con un emprendimiento. Podés pasar años gastando plata y tiempo”, dice Bonafé. Pero aclara: “Saber si una idea es viable te puede llevar mucho tiempo”.

Esto lleva a otro dato central: el trabajo en equipo. Porque “nadie puede desarrollar una idea solo”.

Incubadora UNC