Inicio Suplementos El Diario Político “Macri es el enemigo total y le está haciendo un daño terrible al país”

“Macri es el enemigo total y le está haciendo un daño terrible al país”

0
“Macri es el enemigo total y le está haciendo un daño terrible al país”

Carmen Nebreda

Nació en Cárcano (provincia de Córdoba) el 12 de noviembre de 1945. Casada, tres hijos, siete nietos. Es profesora de Lengua y Literatura. A los 11 años vino a Villa María a cursar sus estudios secundarios en la Escuela Víctor Mercante. Su tarea docente la llevó a militar en el gremialismo. El Sindicato de Educadores Privados y Particulares de Córdoba (Seppac) fue el primer espacio de participación activa. En 1979 se fue a Córdoba. En 2002 fue secretaria general de la Unión de Educadores de la Provincia (UEPC). En 2009 llegó al Congreso de la Nación ocupando una banca. Culminado su mandato volvió a la docencia y tiempo después fue convocada por el exministro de Trabajo Carlos Tomada para presidir la Comisión para el Trabajo con Igualdad de Oportunidades. En 2015 asumió en la Legislatura provincial y es integrante del bloque Córdoba Podemos. Es la presidenta del Partido de la Victoria.

Escribe Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION

Palabras filosas, agudas, surgen de su voz grave. En la profundidad de sus pequeños ojos se reflejan diversas emociones paridas a lo largo y ancho de un camino de medio siglo. Un camino sembrado de luchas, de ideales. Un sendero regado con un cóctel de lágrimas, alegrías, mutilaciones, esperanzas. Carmen Nebreda es una guerrera, con pensamientos firmes,   leal al espacio que representa, directa en sus afirmaciones, irónica por momentos, rebelde y desafiante. La vida la llevó de la mano por el pantanoso terreno de la política y ella se dejó llevar. Y así transita, con sus jóvenes 72 años, sin bajar los brazos, sin renunciar a sus sueños de ver una Nación independiente, soberana y con justicia social.

-¿Cómo definiría la situación que está viviendo el país en este momento?

-Veo una situación muy grave. Creo que estamos viviendo en un momento donde formalmente hay una democracia, pero en realidad no se vive la democracia como nosotros la concebimos, como se debe concebir. Es decir, aquí no hay división de poderes aunque todos los días se declame, aquí tenemos una libertad vigilada, aquí tenemos presos políticos, aquí tenemos personas que realmente no comen, tienen hambre, no viven.

Esto me parece que de democracia tiene poco, es decir, se exacerba y se genera el miedo en las personas. Es decir la represión, hay muertos en la Argentina, hay represiones como hace años que no veíamos, y eso genera miedo, el miedo inmoviliza, y una democracia necesita una sociedad participativa, una sociedad atractiva, una sociedad que pueda expresarse.

Creo que estamos mal, creo que estamos muy mal.

-¿Y por qué cree que llegamos a este panorama al que usted se refiere?

-Creo que hay diversas cuestiones, primero que no lo podemos decir solamente nosotros, tenemos que ver que es en un contexto general, si vos mirás el mundo hoy estamos viviendo un capitalismo que ha dejado de estar basado en la industria monopólica, transnacional, sino un neoliberalismo financiero que es realmente el que no necesita de las personas.

Entonces la persona es un objeto desechable, no hay trabajadores porque el dinero es lo que vale y el dinero no necesita de trabajadores para generarse. Se necesitan cuentas en un mundo tecnológico y de fantasía para mí porque se mueven miles y miles de millones de dólares y de euros, y no están y no los ves y existen con ese movimiento de las cuentas offshore, la fuga de capitales.

¿Por qué cuántos dólares tenemos nosotras?  (risas) y nos preocupamos porque el Banco Central vendió 1.400 millones de pesos para parar la suba del dólar que se iba a 21 y ¿dónde se fue? se fugó.

Y qué distancia hay de eso, a las personas que no pueden comer, al hambre. Entonces vos veías esa fuga de dólares y veías al frente del Congreso colas y colas de ciudadanos esperando medio kilo de pan.

-El contraste entre dos realidades.

-Creo que esto es de una gravedad inusitada, anteayer, la verdad que me largué a llorar, una compañera que tiene un trabajo, pero tiene tres chicos, uno de ellos es discapacitado, y me dice Carmen no tengo qué comer, entonces desesperadamente buscamos comida y le llevamos de comer, pero vos sabés que no le resolvés la situación.

Otro día, trabajando en las villas de Córdoba los compañeros te dicen, pero con una naturalización, hoy en la familia no almorzó nadie. Entonces se naturaliza el hambre, creo que es lo más grave.

Creo que este miedo, esta represión de la teoría de Echecopar, que se habla, que es matar por la espalda, y que muchos la aplauden, lo que quiere generar es una sociedad totalmente disciplinada que no cuestione absolutamente nada de lo que está pasando. Es lo primero, más que lo político, que les permite generar un proyecto económico donde más del 60% de los argentinos sobran. Si no tenés trabajo, si tenés un programa que es un proyecto económico que es financiero, que no necesita de trabajadores, entonces el resto sobra, solamente queda el dueño y el resto que hace las tareas del dueño, el otro no está, no se necesita.

-¿Quiere decir que volvemos a una especie de esclavitud?

-Creo que se vuelve de algún modo. Estuve en los mejores momentos en la Cámara de Diputados de la Nación, donde todos los días se legislaba un derecho nuevo, todos los días. Me acuerdo que lo primero que sancionamos fue la jornada de ocho horas, vos me preguntarás ¿cómo en 2010 sancionan una jornada de ocho horas?

Claro, si era un derecho adquirido de mediados del siglo pasado.

¿Cuántos años hace que está la jornada de ocho horas? ¿Cuánto hace que tenemos el Día del Trabajador? Y resulta que, en sectores como los peones rurales, como los de aceite, la jornada de ocho horas eran de 365 días al año, por lo tanto no había vacaciones, no había licencia por enfermedad, no había nada, por lo que tomás ese trabajador rural en estado de esclavitud y hoy tenés al ministro de Agricultura y Ganadería que es uno de los que está siendo procesado por esclavista.  Entonces estas cosas irritan, estas cosas enojan, estas cosas que son retroceso muy fuerte. Estamos en un mundo donde se ha perdido el valor de la persona, del trabajador, y lo peor de todo es que los que menos posibilidades tienen son los jóvenes. Con esta propuesta económica que se jubilen a los 70 años, cada día es un chico menos que entra a trabajar.

-¿Es un plan premeditado de acuerdo a su visión?

-Te cuento una anécdota. Tuve el privilegio de viajar a Alemania con la entonces presidenta Cristina, íbamos como diputados Jorge Landó y yo, después el ministro de Relaciones Exteriores, el ministro de Economía, entre otros.

Nosotros estuvimos en todas las reuniones con Angela Merkel, con los principales representantes de la economía alemana. En un momento Angela le dice a Cristina: «América tiene que pensar diferente”, y Cristina le responde: «Mirá, Angela, América ha cambiado».

Era la época de todos los nuevos presidentes, 2010, estaba Lula, Evo, Chávez, Rafael Correa. Entonces Angela le dice: «Nosotros de tanto mirar Europa, al este y Asia, se nos escapó América Latina, pero la vamos a recuperar”.

Todos los días recuerdo ese «vamos a recuperarla”. ¿Entonces por qué nos pasa lo que nos está pasando? Porque están queriendo recuperarnos.

-Pero nosotros como pueblo hemos tenido una larga historia de lucha

-Sí, hemos tenido una historia de lucha y creo que es lo único que nos queda. No somos el mismo pueblo, aunque nos enojemos, porque tanto vos como yo somos de las personas que nos enojamos porque querríamos más movilidad, estar más en la calle, más andar.

Pero los otros días lo dijo Pepe Mujica: «Si lo de Lula hubiera pasado en Argentina le queman Buenos Aires”. Es decir hay un pueblo movilizado, hay un pueblo consciente, que todavía no encuentra el momento pero no va a faltar mucho.  Y no encuentra el momento porque todavía no le ha llegado a la clase media todo lo que le va a llegar. Entonces, yo lo decía en el gremio siempre, lo que molestaba mucho del gobierno kirchnerista era cómo se acercaba una clase a la otra, los valores relativos.

Lo veía cuando uno discutía salarios, no se enojaban tanto por el porcentaje, sino cómo me ubicaba yo con respecto al que antes estaba más arriba o más abajo, cómo se me acercaba el de más abajo. Se achicaba la brecha, entonces el de abajo iba subiendo mucho, eso, ese valor relativo, creo que es una de las cosas que más enojó a la clase media.

-En algún momento se paró a pensar el porqué de tanto odio hacia Cristina. ¿Analizó cuáles fueron las causas que generaron ese odio?

-En esta Argentina todo se construyó con odio. Esto no es de ahora. A Mariano Moreno lo mataron, lo odiaron. A San Martín lo echaron, lo trataron de ladrón. A Belgrano, a Yrigoyen, a Perón. Yo era chiquita, pero me acuerdo de las cosas, de las barbaridades que se decían. Prohibir los bustos, los nombres, las lecturas. Un psicólogo te dice que un chico para poder despegarse de los padres, tiene que odiarlos, tiene que enojarse, no hay un adolescente sano si ve todo bueno en sus padres ¿si no para qué se va a separar, para qué va a crecer?, y acá es lo mismo, ¿cómo vamos a ver en el otro todo bueno?

En este caso, creo que con una cuestión muy fuerte generan y profundizan el odio, porque es la única manera de imponer este otro proyecto totalmente individualista, totalmente no solidario, excluyente, totalmente diferente de lo que veníamos.

Por eso hoy te dicen: “Nos hicieron creer que todos podían tener gas, nos hicieron creer que todos podían tener un auto, nos hicieron creer que todos podíamos vivir comiendo”.

Es una cosa de locos, creo que para poder terminar con el otro hay que demonizarlo, demonizarlo tremendamente. De acá,  la figura más fuerte es Cristina y tienen muchos elementos para odiarla a Cristina: es mujer, es inteligente, tiene buena oratoria, es capaz y la quieren.

Todo eso hace un combo perfecto para odiarla, y no ver todo lo que se hizo. No ver que la Asignación Universal por Hijo, el Procrear, la jubilación de amas de casa fueron derechos otorgados por una decisión política. Lo mismo la entrega de computadoras. Ustedes no saben lo que significa para un chico de la villa tener su computadora, es incluirse en el mundo, y hoy no se las dan.

-Carmen, ciertos ajustes que se están realizando hoy, la mayoría de la sociedad lo considera como que “estamos pagando la fiesta de todo lo que se robaron los que se fueron».

-Porque hay que buscarle un justificativo. Pero también tenemos que decir que a este Gobierno lo votó menos del 40% en la primera vuelta, por lo tanto hay más del 60% que no, ese es nuestro error. Es mentira que son mayoría. Es mentira, ellos generan un discurso mentiroso todos los días. Todos los días te generan mentiras.

(Imitando al presidente) «Yo me estoy matando, estén seguros que si yo pudiera hacer otra cosa la haría».

Y tiene siete u ocho proyectos para las tarifas, pero no, él no quiere cambiar las tarifas porque tiene cinco amigos que se han enriquecido, que están ganado un millón de dólares por hora con las tarifas del gas. Un millón de dólares por hora.

Antes nos quejábamos porque privatizaban y hoy es el negocio de los amigos, todos son amigos, es el negocio de los amigos, donde vos busques hay amigos.

Y a nosotros ¿qué nos echan en cara de ladrón? A José López, ¿cuánto robó José López? ¿nueve millones de dólares? ¿cuántos millones de pesos son? 180 millones de pesos. ¿Cuánto robó en el correo Macri? 77 mil millones.

Tenemos un ministro de Economía que te dice que no trae el dinero del exterior porque no le tiene confianza al país, cuando esté seguro del país lo trae. Aranguren importa petróleo a Chile que no produce ni un solo pozo en petróleo, que lo trae con los buques tanques de Shell desde Asia y lo vende a Argentina.

Evo Morales dijo: «No es cierto que yo no les quería vender gas», pasa que Aranguren tiene todas las acciones de Shell. Es decir, está Quintana que tiene Farmacity. Cada uno tiene un negocio. Entonces ¿cómo vamos a salir?

-¿Y cuál es su opinión con respecto al endeudamiento?

-Creo que esa fue la pesada herencia que le dejamos. La pesada herencia que le dejamos a este Gobierno fue dejarle un país desendeudado. Porque realmente es terrible la forma en que este Gobierno lo ha endeudado, es el país que está primero en deuda y el primero que se endeudó de esta forma en el menor tiempo, en menos de dos años endeudó el país como ningún otro país del mundo. Pero va a seguir endeudándose, porque todavía el Fondo Monetario los va a seguir sosteniendo, si no, no  te explicás cómo el presidente de Brasil, Temer, tiene tres puntos de popularidad y está en el gobierno, y lo tenés a Lula, que es el mejor posicionado, preso.

A Lugo no lo dejaron presentarse a las elecciones, a Rafael Correa le hicieron un plebiscito solamente para impedirle ser candidato. Entonces van a hacer cualquier cosa, van a hacer cualquier cosa y preparémonos para cualquier cosa.

-Cuando dice que nos preparemos para cualquier cosa ¿a qué consecuencias se refiere?

-Primero que los pobres ya la están pagando muy fuertemente con los tiros en la espalda. Hoy, un chico morocho con gorra, pobre, la misma gente dice mátenlo, está bien. Y el presidente lo recibe al policía y después se dan cuenta que el chico no tenía arma, que le tiró fuera de la situación de robo, que ya lo había apresado la gente.

Y al pibito de Tucumán que lo mataron por la espalda y el policía estaba drogado, y el chico no tenía ni un solo rastro de pólvora ni droga. Entonces, los pobres ya están. Pero ayer la ministra Patricia Bulrrich,  que realmente es lo más representativo, lo más caricaturesco de este Gobierno cuando se disfraza, digo disfrazada cuando se viste con trajes militares de combate camuflados, firmó en Córdoba un convenio con la Policía provincial, la Federal y la Gendarmería para hacer tareas de saturación en los barrios y para actuar en cualquier otra acción.

¿Cuál es la excusa? el narcotráfico o cualquier otra cosa. ¿Sabés lo que va a pasar ahí adentro, en los barrios de los pobres? porque no van a ir a Tigre donde se sabe que están los narcotraficantes, van a ir a las villas, a los barrios pobres, y los van a matar. Preparémonos para cualquier cosa. Esta nueva modificación al Código Penal donde todos vamos a estar absolutamente con libertad vigilada, controlada, tienen aparatos donde todos tus elementos electrónicos, desde el más viejo teléfono celular, les puede indicar dónde, con quién estás y en qué momento, pero no solo vos, sino con cuántos teléfonos estás a tu alrededor. Entonces, ¿de esa democracia hablamos?

-¿Y cuál es la salida para usted si es que piensa que existe una salida?

-Soy optimista por una palabra, que como buena profesora de Lengua no me gusta, que es empoderar, una palabra que no me caía bien (se ríe), pero creo que eso es lo que nos va a salvar.

Los empodero, les doy el poder a ustedes, ustedes son los únicos que se van salvar, son ustedes los responsables. Entonces ¿qué pasó con el dos por uno? ¿Qué pasa los 24 de Marzo? Creo que tenemos que seguir por ese camino, Argentina no va a ser fácil, no va a ser fácil. Solidaricémonos, movilicémonos y creo que tenemos que tener claro cuáles son, y yo no hablo de adversarios, hablo de enemigos del pueblo. En este momento voy contra Macri, y trataré de unirme con todo aquel que diga Macri NO. Macri y todo su séquito.

-¿Usted cree que todos los que dicen Macri NO tienen que movilizarse?

-Creo que la salida es juntarse y estar en la calle. ¿Será porque salí en 1968 a la calle y me dicen Carmen cuántas marchas tenés?, no sé cuántas.

Me río por ahí, digo salimos en el 68 y todavía no entré a mi casa, pero creo que la forma es estar en la calle, manifestar, hablar con el otro, hablar uno con el otro cara a cara, estamos en un proceso donde nos están llevando a una comunicación individual.

Es decir tenemos que olvidarnos de convocar al otro por el grupo, nosotros los más grandes siempre decimos vamos a trabajar por este proyecto, por esta idea. El joven de hoy, la persona de hoy trabaja por una cuestión puntual y para él, pero no para él egoístamente, sino por algo que lo interese.

Entonces hay que empezar a interesarlos, creo que hay que hablar con ellos. Nosotros hemos vuelto a empezar con la revistita escrita, dársela en la mano, mirándole a los ojos, diciéndole: Mirá esto está pasando porque nos están cambiando la cultura.

Crean palabras, no son inocentes, crean palabras, crean contextos, crean lugares. Está todo, todo controlado. Verlo a Macri y atrás una de esas cigüeñas de petróleo (el discurso en Vaca Muerta) solito, y vos pensás “qué hace ese estúpido solo ahí, con un saco que parecía que le quedaba grande”, entonces vos pensás “pobre diablo mirá cómo lo estamos dejando, cuánto se sacrifica por nosotros, qué malos que somos, qué flaco que está”. No nos traguemos ese discurso de «ustedes saben que yo hago lo que puedo, pero ayúdenme».

Se han creado una cultura y un modo de comunicación que fundamentalmente los grandes no tenemos, los chicos tiene más. Los chicos se manejan con pocas palabras, con otros códigos que nosotros no tenemos, pero hay que leerlos. Son muy inteligentes en el manejo de la comunicación, son muy inteligentes en política. Porque todos decíamos van a fallar en política y no en economía, están fallando en la economía y no en la política, porque nos están dividiendo, por lo tanto lo que tenemos que hacer es no dividirnos.

-Carmen, después de haber participado, desde 1968, en tantas luchas, ¿en algún momento se planteó que no se logró nada o piensa que algo se logró?

-Creo que hemos logrado. Yo soy una optimista. Soy una optimista, pero por ahí te derribás y decís dejé tanto en el camino. Pero fijate, ya tengo tres nietos militando, tengo tres hijos y tres nueras militando. Tengo sobrinos militando de una familia que era absoluta y totalmente opuesta a las ideas que tengo. Entonces algo cambió, algo cambió, y yo creo que la presencia de los jóvenes es lo que más importa y que tenemos que lograr que sean cada vez más los jóvenes.

-¿Desde siempre se sintió motivada para ser sindicalista o hubo una situación especial que la llevó a eso?

-No sé. Porque a mí las cosas se me dieron y yo fui. Creo que tuve una infancia y una vida atípica por la edad que tengo. Tuve padres muy protectores, muy cariñosos, padres que con tal de que estudiáramos, escucháramos música clásica y leyéramos podíamos hacer lo que queríamos. Padres que siempre nos impulsaban a seguir adelante y padres muy libertarios. Mi papá era un panadero.

-¿Usted se crió en Cárcano?

-Me crié en Cárcano hasta los 11 años y después vine a Villa María a estudiar a lo que yo le llamaba el paraíso pedagógico que era el Rivadavia. Después fui muchos años directora de curso, uno va cambiando, y esa idea que vos sos libre, de pronto va sola y  por cierto que en los años 70 tuve una camada de profesores extraordinarios, fui alumna de Requena, de Susana Barco, de Gigante, de Yolanda Pérez, de Giordano, de Alvarez, de cantidad de gente. El Rivadavia era un semillero donde se debatía todo, se discutía todo, y siempre nos decían el alumno no puede quedarse con una sola palabra, siempre tiene que tener más de una mirada.

-¿La educación generando conciencia? 

-Sí, generando conciencia, y así nos fue también. Porque Villa María fue uno de los sectores, uno de los lugares que más represión tuvo, tuvimos muertos, exiliados, desaparecidos. Me siento mutilada, es decir a mí me costó mucho, nos fuimos por dolor de Villa María. Uno todos los días sentía la cuestión de cómo te vas mutilando, se te murió tal, mataron a tal, desapareció tal; y, además, de decir “cuándo me llega”, el problema era decir me falta algo, me falta un brazo, me falta… te sentís mutilada.

-¿Cuándo era chica tenía el sueño de ser alguien en especial?

-Era terrible (risas), era terrible, terrible (risas). Era pandillera, jugaba, tenía un hermano varón con el cual jugué siempre, siempre. Tenía la idea de estudiar y me gustaba mucho la Geología. Geología en ese momento, te imaginás tantos años atrás, no era una carrera fácil de hacerla, no había Geología en Córdoba, la única escuela de Geología secundaria era la de San José de la Quintana, que eran solamente varones, no pude llegar ahí.

Después me anoté acá, me gustaba historia, ese año no se abrió, y lo más parecido era Lengua y Literatura y ahí estuve. Y después seguí estudiando. Siempre me motivó el andar, el estar. Creo que esa naturaleza de no aceptar las cosas porque sí. Se reía el médico porque yo le decía «¿por qué uno más uno es dos?». ¿Quién lo explica? (ríe) ¿por qué no puede ser tres? Bueno, el sindicalismo es una cuestión que te pone todos los días frente a la realidad y un problema a resolver.

-Hablando de su paso por el sindicalismo, ¿qué visión tiene del gremialismo actual burocrático?

-Cuando yo estaba era el mismo sindicalismo. Primero no critico a los sindicalistas, pero no porque sea sindicalista, sino porque creo que a los compañeros que no les gusta un dirigente tienen que hacer todo lo posible para cambiarlo, que ellos se jueguen.

Porque es muy fácil decir no me gusta, pero mirá qué pierdo que no pierdo, jugate, cambiá. También creo que este sindicalismo burocrático, este sindicalismo que los hay de los peores, hay sindicalistas que son de lo peor, no los voy a defender nunca, pero muchos de los que uno critica, si en este país no hubiera habido sindicatos organizados únicos y fuertes los 90 hubieran sido otros.  Se rompió el país en los 90, pero no se rompió del todo por las marchas contra la flexibilización, la marcha contra el fondo monetario. Y creo que hoy estamos en una situación parecida, creo que los trabajadores tenemos que salir a la calle a decir este no me gusta y salgo yo. Entonces el sindicalista va a tener que salir o quedarse fuera. Claro que hay sindicatos que no sirven, claro que hay sindicatos que hoy están apoyando, y vos lo ves muy bien, lo que está pasando con el Partido Justicialista: ¿quién está al frente? Los principales traidores que hoy dicen: «Hay que tener un currículum impecable para estar», y lo dice Barrionuevo (sonríe).

Entonces no quiero criticar al otro, porque creo que el responsable es el trabajador que lo elije, creo que las uniones son necesarias, pero hay que modificarles una esencia para que te permita la mejor participación, pero se tiene que jugar el compañero.

-Carmen, en algún momento de bronca ¿se arrepintió de haberse metido en la política?

-(Risas e imitando) No sé para qué me metí en esto, ¿para qué?

Pero no podría vivir de otra manera, me parece. Ya está, mi vida fue eso, quizás digo ahora basta, y lo que te va llevando son muchas cosas,  ya las decisiones las tomás solas, porque es el conjunto que está alrededor tuyo el que te va haciendo tomar decisiones.

-¿Su familia sufrió con los ataques que recibió en su trayectoria?

-Sí. Ellos son los que sufren. Siempre, quizás por una idea de resguardo, usé mi apellido de soltera, mis hijos no usan mi apellido. Pero mis sobrinos que sufren mi apellido han tenido muchos dolores y mis hijos han perdido trabajos, han sufrido fuertes situaciones de violencia, de discriminación por ser hijos míos, como lo sufrí yo muchas veces. Es decir eso se sufre, y si nos vamos para la década del 70, ¿te imaginás?.

-¿Qué expectativas tiene sobre el peronismo en este momento?

-Estoy trabajando en un peronismo unido, que es lo único que nos puede hacer ganar. Sueño y aspiro a eso. Pero para que el peronismo vaya unido cada sector tiene que construir poder.

¿Ve algún liderazgo factible?

Todavía no lo veo. Es decir, creo que hay que construirlo. Por ejemplo, soy presidenta del Partido de la Victoria, tenemos compañeros que conforman otros frentes, creo que cada sector tiene que construir poder para después decir esto somos y no que uno subsuma al otro, amontonamiento no, hay que tomar definiciones: Macri NO. La primera definición: Macri NO, y después vamos, nos sentaremos a discutir y a ver qué armamos.

-¿Cuál es su sueño hoy?

-Mi sueño sigue siendo el mismo. El volver a tener una Patria justa, libre y soberana, con justicia social, fundamentalmente. Los otros días me decían: (imitando) «Carmen vos sos muy zurda» (se ríe) y yo les contesto: no, lo que pasa es que ustedes son muy de derecha. Porque hablar de justicia social, de soberanía política e independencia económica, en este momento les suena como la locura, y es básico, y en el peronismo más básico.

Entonces,  quiero una Patria donde sea para todos los argentinos, donde los chicos tengan futuro, donde los viejos tengamos futuro, donde nos sintamos alegres, felices, poder convivir, poder comer, poder estudiar, poder sentirnos personas libres, y poder tener seguridad frente a los distintos poderes. Hoy no tenemos confianza frente al Poder Legislativo, no tenemos confianza frente al Poder Judicial, no tenemos confianza frente al Poder Ejecutivo.

Hay que generar una República construida sobre la base de la confianza y del poder de cada uno.

 

 

Opiniones

Mauricio Macri

Creo que es el enemigo total y le está haciendo un daño terrible al país.

Juan Schiaretti

Hasta ahora el mejor socio de Macri.

Martín Gill

A Martín lo conocí en su carrera como diputado, pero después no. No opino pero creo que está cerca de Schiaretti, pero no puedo decir nada porque no lo conozco.

Me gusta

Las plantas, las flores, los libros y la música

Me encanta

Estar sola en el patio leyendo con música suave. Estar con mis hijos y mis nietos.

Me divierte

Mis hijos, mis nietos, verlos jugar, caminar, reírse.

Me entristece

Ver una persona con dificultades. La situación general que no pudo cambiar. Ver los niños sin posibilidades.

 

Me enoja

La hipocresía. Me enoja mucho el cinismo.

Print Friendly, PDF & Email