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«Me gustaría ser concejal para demostrar que se puede ayudar a la gente desde una banca»

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«Me gustaría ser concejal para demostrar que se puede ayudar a la gente desde una banca»
Oscar "Titi" Suárez

Oscar «Titi» Suárez nació en Villa María el 7 de diciembre de 1972. Vive en pareja con Cristina, su compañera de toda la vida. Tiene dos hijos. Es trabajador independiente. Comenzó a militar políticamente a la par de su padre, un histórico peronista. Ya de niño pegaba carteles y acompañó en sus primeros pasos al exintendente de la ciudad Eduardo Accastello. Decepcionado de su partido de origen, tuvo un paso fugaz por el ARI y desde hace diez años participa del Frente Cívico. El vecinalismo fue una veta para canalizar su vocación de ayudar al que más lo necesita. El 29 de mayo de 2016 ganó las elecciones con su lista Azul y hoy es el presidente del centro vecinal de barrio San Martín

Escribe Nancy Musa
De nuestra Redacción

Formado en la universidad de la calle, en el empedrado de los patios viejos, como dice el tango. Forjado en la cultura del trabajo, en el respeto a la palabra, en el potrero de los descampados de su barrio donde la pobreza supo y sabe cantar su canción de invierno. Es el pibe que vendía limones y eran los mejores. El que se acunó en los brazos de su abuela y entendió de niño la voz de la rebeldía que te hace fuerte. Es el militante que se decepcionó de las promesas vanas de ciertos políticos, el que va de frente, el que no calla ante la injusticia, el que se expresa libremente sin discursos floridos.

Oscar “Titi” Suárez es un tipo de barrio, que tiene una compañera de la vida que lo acompaña, una compañera que lo motiva.  Es el vecino que anhela, que sueña, que dice lo que siente, que no maquilla sus pensamientos, que espera y no desespera.

 

¿Cuál es la principal problemática que tiene actualmente su barrio?

-Una de las cosas que nos faltan es el pavimento en algunas cuadras. Y otro punto importante es construir casas para la gente que no tiene vivienda.

 

Y en el día a día, ¿qué otros problemas observa?

-En el día a día hay muchos vecinos que no tienen para comer. Y todo está relacionado también con la vivienda porque hay muchos que alquilan y ese costo hace que no lleguen a fin de mes.

Tenemos un número importante de vecinos de bajos recursos que viven el día a día y a veces no les alcanza para las dos comidas, esas son las necesidades más urgentes que tenemos.

 

¿Su relación con los vecinos es buena, está en forma permanente en contacto con ellos?

-Con la mayoría es buena y estamos siempre en contacto, por lo menos no me han echado del barrio todavía (se ríe).  Es buena, todos los días se llega un vecino a mi casa, las puertas del centro vecinal están siempre abiertas, puedo decir que tengo buena relación con la mayoría.

 

Qué cosas fundamentalmente van a pedir al centro vecinal?

-Después de un año y medio se están acostumbrando a que uno tiene las puertas abiertas del centro vecinal y van a plantear sus necesidades. Piden leche, un bolsón, ropa, que les consigas trabajo.Hay de todo tipo de pedidos, pero mayormente es lo que te conté. También piden zapatillas para los chicos, útiles. Cuando comenzaron las clases, no teníamos útiles para darle, no siempre tenemos para darles respuesta.

 

Desde que asumieron la conducción del centro vecinal hace más de un año y medio, ¿pudieron hacer avances?

-Sí, al principio costó mucho porque cuando me entregaron la llave del centro vecinal nos encontramos con que era una pocilga. No sabíamos por dónde empezar, las puertas estaban cerradas con gomas de camión, las ponían apoyadas para que no se abran. Era un desastre.

Los primeros meses fueron muy duros, nos costó, íbamos todos los días hasta las 3 o 4 de la mañana, los fines de semana largos, a trabajar. A tumbar revoque, hacer bolseado, pintar, en lugar de a la costanera, estábamos ahí. Pero uno lo hace porque le gusta.

 

¿Y hoy tienen una sede en buenas condiciones?

-Hoy tenemos una sede de lujo. Un hotel cinco estrellas (risas). Por supuesto, llegó la ayuda del municipio, al cual le correspondía ayudarnos. Yo siempre dije, cuando gané la elección, que el intendente de turno era una persona con la que se podía dialogar y dialogamos. Y nos dio una mano bárbara, no a mí, se la dio a los vecinos del barrio San Martín. Reacondicionamos la sede a nueva.

 

¿Qué pudo cumplir de lo que prometió en su campaña?

-Todo.  Gracias a Dios y la Virgen, todo. Prometí  remodelar  la sede del centro vecinal y lo cumplí. Hice una sede prácticamente nueva. Traer al barrio el cordón cuneta, el gas que hacía falta. Los proyectos estaban, pero nadie iba y hablaba, ahora todo el mundo dice “al cordón cuneta lo trajo la Municipalidad, el proyecto ya estaba”.

Ahora, yo pregunto, el presidente que estaba antes, ¿hizo algo? No es por nada ni quiero agrandarme, pero cuando llegué al centro vecinal, la sede era una pocilga. Ahí estaba el comedor de adultos mayores y comían ahí en medio de cucarachas, lauchas. Hoy tienen un comedor espectacular.

Por supuesto, están lo que te dicen “no lo hiciste vos, lo hizo el intendente”.  ¿Pero quién hizo la gestión? ¿Quién empezó a trabajar para arreglar la sede? Quien les habla y algunos amigos personales que se acercaron, vecinos que nos traían material, después llegó la ayuda.

 

¿Usted también se comprometió a llevar un Centro de Atención Primaria de Salud al barrio?

-Sí, prometí traer un CAPS, un dispensario. Se alquiló una casa en Ayacucho y Mendoza para instalarlo, el intendente me llamó para ir a conocer la casa. Pero después pasó que se vienen las obras en el viejo Hospital y el intendente me dijo “¿qué te parece si lo llevamos ahí?”. Me pareció perfecto, por eso no se hizo el dispensario en la casa de calle Ayacucho. Está la casa alquilada pero el CAPS se va a llevar al viejo hospital. Lo que yo prometí, se cumplió.

 

Otro tema que es motivo de preocupación en general es la seguridad, ¿es un barrio problemático en este sentido?

-Todos lo tienen como un barrio con problemas; yo hace dos años que estoy en el centro vecinal, antes andaban todos los días a los tiros, hoy eso no pasa. No quiero decir que es porque yo sea el presidente, sino que conozco bien a los chicos del barrio y los que venían a hacer quilombo eran de afuera.

Entonces, yo iba y hablaba con los chicos, a mí jamás me entraron al centro vecinal a hacer daño, jamás faltó nada, al contrario, lo cuidan. Y hoy el San Martín está tranquilo. Hace un tiempo decían que no podían entrar los viajantes porque los asaltaban; mentira. De vez en cuando puede haber un asalto, pero fíjate en los diarios, hoy está tranquilo.

 

¿Hubo refuerzos de la Policía en los últimos años?

-Está la policía barrial que trabaja por zona y hacen su recorrido. Te insisto, hoy el barrio está tranquilo y me siento satisfecho de cómo está. He logrado más de lo que pensaba antes de asumir. Cuando llegamos y nos dieron la llave del centro vecinal, nos miramos y pensamos “¿por dónde se empieza?”.

Y empezamos a trabajar, a poner el lomo, hasta que el intendente Martín Gill vio lo que estábamos haciendo y un día nos sentamos y nos pusimos hablar. Nunca me voy a olvidar la primera charla que tuvimos. Me preguntó “¿qué es lo que necesitás para el centro vecinal?”. Y mi respuesta fue : “¿qué es lo que nos podés dar?”. Le dije que si me mandaba una puerta de madera, todo bien; si era de cartón prensado, todo bien con tal que sea mejor de lo que estaba. Y le planteé que enviara a alguien a hacer un relevamiento de lo que hacía falta y que en lo que pudiera ayudar, sería bienvenido. Y así fue. Yo no impuse, no exigí como hacen otros. Mi estilo no es así.

 

Oscar ¿su militancia política partidaria en la oposición le trajo problemas en su relación con el municipio?

– No, para nada. Pero quiero aclarar que soy independiente,  trabajo para la persona que considero que le va a hacer bien a mi ciudad. En las elecciones de intendente en 2015 trabajé para Juan Zazzetti. En un momento Martín (Gill) me vio en AERCA y me dijo “estás militando” y le respondí “siempre estoy militando” y le conté que le había dado la palabra a Zazzetti, la iba a cumplir y en las próximas elecciones iba a ver qué hacía.

 

Es de los que no se casan con nadie, por lo que me dice.

-Soy de los que no se casan con nadie (risas). Vengo del peronismo, mi viejo es peronista, trabajamos para que sea intendente Eduardo Accastello en 1999.

Lamentablemente, uno quisiera jugar al fútbol en su equipo, pero si tu equipo no te da la posibilidad de jugar, ¿qué tenés que hacer? Comparándolo con el fútbol, si uno es buen jugador lo importante es lo que podés aportar en la cancha, más allá de la camiseta. Siempre pensé en lo que le podía dar a la ciudad y así sigo pensando.

 

¿Desde chiquito se inclinó por la militancia?

Me gusta la política, me gusta mucho, pero no tengo suerte (risas). Yo no voy como van muchos detrás de un cargo, yo voy si veo que la persona puede ayudar a la ciudad. Me prometieron un montón de cargos, pero nunca cumplieron (risas). Nunca me cumplieron y sigo haciendo política y sigo trabajando por los vecinos de Villa María.

 

Nos remontemos a su infancia. ¿En qué barrio transcurrió?

-En el barrio San Martín, soy nacido y criado ahí, es mi barrio de toda la vida.

 

¿Y cómo era el barrio en aquellos tiempos? ¿Cómo lo recuerda?

-Tengo 45 años, imagínate (risas). Todas las calles de tierra, un foquito chiquito en cada esquina, mucho descampado, teníamos la canchita con palos de eucaliptus para jugar a la pelota. Cuando se pinchaba la pelota, le sacábamos la cámara, la rellenábamos con trapos y la cosíamos.

Recuerdo que pasaba el regador una vez cada tanto, vos podías dejar las puertas y las ventanas abiertas que no pasaba nada. Ahora yo vivo con la puerta abierta, mis amigos cuando me van a visitar se sorprenden, pero no puedo estar si no tengo la puerta abierta, me parece que si la cierro me ahogo (risas).

También me acuerdo de que íbamos a cazar con la gomera, había montecitos, gracias a Dios tuve una infancia linda, era el nenito de la abuela, mi mamá faltó cuando yo tenía 8 años, me crié con mi abuela y me daba todos los gustos.

 

¿Con la abuela paterna se fue formando?

-Sí, a los abuelos por parte de mi mamá no los conocí y a mi abuelo paterno tampoco. Habían fallecido. Y mi abuela se hizo cargo de mí. Mi mamá cuando nací tuvo un ataque de tensión y quedó inválida y con el tiempo se enfermó y murió cuando yo tenía 8 años.

 

¿Y su papá?

-Mi papá vive todavía, tiene 81 años y está mejor que yo (risas).  El es peronista perro, fanático. Y es accastellista, pero siempre me apoya a mí.

 

¿A los 10 años usted ya andaba repartiendo folletos, pegando carteles?

-Sí, yo salía a repartir casa por casa, a pegar carteles en los postes de alumbrado y que no te viera la Policía. Era como jugar al ring raje. Pegar y picar (risas). Sí, desde chico siempre militando, al intendente actual lo conozco de cuando salíamos a caminar juntos las calles para Accastello en la década del 90.

 

¿Su padre también es de esos militantes que pusieron todo sin tener nada a cambio?

-Sí, de esos, él nunca tuvo un cargo. Siempre trabajó por vocación; tengo entendido que también le prometieron cosas, pero nunca le cumplieron.

 

Cuándo su papá le hablaba del peronismo, ¿qué le contaba?

-El hablaba de Perón.  De todo lo que el peronismo había hecho por el país, él decía que los radicales nunca hicieron nada (se ríe).  Contaba que por Perón se logró tener la casa propia, que le dio dignidad a los obreros, él es de esos peronistas de antes.

También nombraba a un radical, Yrigoyen.  Mi papá nos contaba que él salía, juntaba botellas y vivía porque Perón le daba al trabajador oportunidades.

El siempre intentó que yo trabajara para el peronismo y siempre le aclaré que yo iba a ser independiente y mirando a las personas,  no al partido.

 

¿Nunca quiso ponerse el sello de una estructura?

-No,  toda mi familia es peronista, trabajé para Accastello siendo un pibe, es más, tengo una camiseta que dice “Accastello intendente”, una camiseta blanca con cuellito verde que me regaló Eduardo porque yo le juntaba a los jóvenes. Yo a los 16 años ya andaba a la par de ellos, Eduardo iba todos los días a casa de mi papá. El, con Nora Bedano, con Escamilla, con Suppo.

 

¿Eran conocidos por los políticos los Suárez en barrio San Martín?

-(Risas) Dentro de todo, somos queridos, puedo ser más marcado yo porque soy medio loquito y lo que no me gusta lo digo y voy al frente (se ríe). Mi papá es más tranqui, no es de pelear.  En cambio a mí, enseguida se me salía la cadena. No me gusta la injusticia, no me gusta que te anden con vueltas, me gusta que te digan las cosas como son. Me molesta que se charle a la gente y por eso lucho. Y por eso tal vez uno no llega a ningún lado, porque voy de frente y si lo tengo que mandar a freír papas al presidente, no tengo problemas.

 

Otra de sus pasiones es el fútbol, ¿a qué edad empezó a jugar?

-Sí, empecé en el baby.  Jugué en mi barrio, en el Santo y en el Porvenir de Villa Nueva, eso en el baby. Después pasé a las inferiores y jugué en Alem. En Quinta fuimos campeones, después fui a jugar un Provincial y cuando tenía 16 años, ya jugaba de suplente en Primera.

En esa época había campeonatos de barrio y como a mí no me gustaba ir a entrenar, a mí me gustaba ir el domingo a jugar, entonces entrenaba solo. No fui más a jugar a la Liga y me metí en los campeonatos de barrio.

Después cuando nació mi hija más grande, dejé el fútbol en el sentido de la responsabilidad. Pero sigo jugando con los amigos, en la canchita de fútbol 5 y después comemos el asado (risas).

 

El asado es lo más importante.

-(Risas). Sí. Ahora voy a empezar en AFUCO, ya me hablaron de algunos equipos.

 

¿En su niñez tenía en mente alguna profesión en especial?

-No, nunca fui de soñar algo especial. Soy ambicioso en el buen sentido, lo que me propongo trato de lograrlo,  pero siempre digo que me perdí en los campeonatos de barrio.

Yo estuve en Belgrano a prueba y quedé , pero me vine porque extrañaba a mi abuela.  Fui a probarme a Independiente y quedé, pero me vine. En esa época estaba en la pensión y no había más que un teléfono negro que te lo dejaban usar una vez por día. No es como ahora que hay celulares, WhatsApp y todas esas cosas.

Era un chico y vivía con mi nona y la extrañaba mucho. Lloraba como un marrano y me vine,  pero hubiera tenido la posibilidad de jugar en grandes equipos.

 

¿Su abuela le dejó una huella muy importante?

-Sí, viví con ella hasta el día que faltó. Y respecto a las ambiciones, tengo más ahora de grande. Siempre trabajé por mi cuenta, yo tenía 10 años y andaba vendiendo limones en la calle para comprarme mi ropa. Siempre me gané la vida, me la rebusqué por mi cuenta, vendí bolsas de residuo, agujas, me iba a la mañana a Bell Ville y me volvía con plata para comprarme la ropa, pagarme las salidas.

Por eso conozco mucha gente, la vida me dio la oportunidad de conocer a muchas personas, cuando vos vas por el buen camino, sos de palabra, la gente se acuerda de vos, te ve, te saluda.

Ahora hago fletes y trato de hacer bien mi trabajo y el vecino te valora. Lo que tengo es lo que me voy a llevar, el recuerdo de la gente, eso es lo que busco, nada más.

 

¿Por qué se fue del peronismo y trabajó para otros partidos?

-Cuando asume Eduardo Accastello como intendente por primera vez, nunca se llegó a mi casa para decir “andá a cuidar este poste”. Mi papá nunca le fue a pedir nada porque no trabajó por un cargo y yo tampoco. Pero después nunca nos vino hablar, ya corría con el caballo del comisario. Entonces en las próximas elecciones vino un amigo y me convocó a militar de nuevo.

 

¿Lo convocaron para trabajar en el ARI?

-Sí, en esa época me llamaron para trabajar para Elisa Carrió. Después el ARI se disuelve y el mismo amigo vino a hablarme para participar en el Frente Cívico y ahí empecé en ese espacio con Valinotto de candidato a legislador en las elecciones que perdió por poco Luis Juez. Y ahí me quedé.

 

¿Por ahora?

-(Se ríe). Por ahora; te vuelvo a repetir, soy independiente.  En 2019 no sé en qué lugar voy a estar parado, estoy buscando mi lugar, ya acompañé a varios a llegar a sus lugares y es hora de que piense un poquito en mí y en la gente que me acompaña.

Caminar para nuestro grupo y para la gente, porque prometen, prometen y no cumplen. Y si no, seguiré haciendo lo mismo que hago, ayudar a los vecinos en lo que pueda, en lo que más pueda.

 

Usted que vivió desde chico la militancia de base, la de caminar la calle, ¿qué mirada tiene sobre la política actual, lo ha decepcionado?

-La actual sí, me ha decepcionado mucho. Todos dicen ahora “con Cristina comíamos un asado”, con Cristina la clase media baja tenía su autito, vivía y hoy se está terminando la clase media y me da mucha pena. Hoy lo que veo es que va a quedar el rico, muy rico y el pobre, muy pobre, como era antes.

Me parece que la clase media va a desaparecer. Todos le votaron al presidente Macri, pero creo que no está haciendo las cosas bien, veremos cómo sigue, pero no hacemos nada con meter presos a los que supuestamente robaron, aquí hay que darle soluciones a la gente.

No se le puede seguir robando al que menos tiene.  Siempre me planteo por qué un diputado tiene que ganar 150 o 200 mil pesos por mes. ¿Por qué? Porque llegó a ser diputado por el amigo del amigo. Quisiera ver si ese diputado vive con seis o siete mil pesos por mes como gana un jubilado, le pongamos diez mil pesos.

 

De viáticos solamente tienen 30 mil pesos…

-Bueno, me gustaría saber si querrían ser diputados ganando lo que gana un jubilado. Y los presidentes, los gobernadores. Quisiera ver si no tuvieran esos sueldos si se pelearían por llegar al poder.

De todos los que se pelean no queda ninguno si tuvieran el sueldo de un docente, por ejemplo. Porque un docente gana diez, doce o veinte mil con mayor antigüedad. Y algunos hacen kilómetros para llegar a las escuelitas. Y un legislador gana 150 mil pesos o más para ir una vez a la Legislatura. Esas son las injusticias.

 

Y pasan los años y nadie las cambia a esas injusticias que usted menciona.

-Nadie las cambia porque las personas son muy avaras, mientras más ganan más quieren. No se conforman con lo que tiene. En el centro vecinal nosotros entramos, trabajamos ad honorem. No tenemos sueldos para trabajar por los vecinos.

Y  uno lucha todos los días, se preocupa por los vecinos. Hay necesidades básicas y no se las dan. Hay mucha gente que trabajando no llega a fin de mes y no tiene ayuda. Total, los políticos ganan muy bien, no tienen que preocuparse por las faltas.

 

¿Van siempre a los barrios los políticos o los tienen un tanto abandonados?

-No van. Van cuando están en campaña o cuando hay una reunión y los hacen bajar. Pero no van porque les nace. No te puedo decir que veo habitualmente caminando al concejal Pepito y te hablo de todos los partidos. Caminan las calles cuando hay elecciones, después vos los sentís hablar en los medios y los sentís criticar. ¿Por qué en lugar de criticar no hacen? ¿Por qué no hacen un fondo con sus sueldos todos los políticos para ayudar a los que necesitan? No, el bolsillo de ellos no se toca.

Todos me dicen que estoy loco, pero no estoy loco. Un concejal tendría que ganar 30 mil pesos y el resto repartirlo a quienes lo necesitan. Un jubilado no puede vivir con siete mil pesos.

 

¿Le gustaría llegar a una banca en el Concejo?

-Sí, y hasta trabajaría ad honorem, no tengo problemas.  Si Dios me da la suerte de llegar a ese lugar, sería como jugar al fútbol y que te convoque la selección. Pero tampoco lo ambiciono, no me quita el sueño, es un deseo. Yo nunca viví de la política, mi deseo es ayudar a los que menos tienen, esa es mi lucha y voy a seguir peleando por eso.

Me gustaría ser concejal porque veo que hay concejales que no están capacitados para ver las necesidades de la gente. Y me gustaría ser concejal para demostrar que se puede ayudar  a la gente desde una banca.

 

¿Usted cree que falta vocación de servicio en la política?

-Sí, falta vocación de servicio, hoy van por vocación al cheque.  De ir a fin de mes y pasar por el cajero, son muy pocos los que tienen vocación de servicio, no les interesa la gente, les interesa para pedir el voto y con la gente hay que trabajar todo el año.

Pasadas las elecciones, al otro día, vecinos venían a pedirme cosas que les hacen falta, a veces se consiguen y a veces no, pero hay que estar siempre.

A mí no me gusta estar diciendo lo que hago o lo que consigo. Te cuento, cuando le hice la campaña a intendente de Zazzetti y todos bien lo saben, le hice más de 60 reuniones. Y la gente me respondía, es más, en el cierre de campaña llevé más de 100 personas de las que militan y no les di ni un vaso de agua. ¿Y por qué te acompaña la gente? Porque ve que no la charlás, que no le decís que le vas a conseguir algo y después le andás con vueltas, le decís no te lo puedo conseguir. No se puede jugar con las necesidades de la gente y muchos juegan con las necesidades de la gente.

 

Hablando de cierres de campañas, recuerdo que hizo en su casa el cierre de campaña de Héctor Baldassi hace un par de años.

-Sí, cuando Baldassi fue candidato a diputado por primera vez en 2011, me acuerdo porque cumplía los 15 años mi hija. En esa época vino Darío Capitani y me pidió que le haga el cierre a la Coneja. Faltaban tres días para el cumpleaños de mi hija, pero me lo pidió y me rompí el alma para organizarlo, tres días hablando gente, amigos que me acompañan y se cerró la cuadra de la cantidad de gente que fue, árbitros, fleteros, jugadores amigos, más de 300 personas había. Tengo fotos, tengo todo registrado. Son anécdotas, lo hice porque Darío me lo pidió y es otro que no cumplió.

 

Lo que usted cuenta habla del significado que tiene la tarea militante, el esfuerzo que hacen. Le pregunto: ¿es valorado ese trabajo por los dirigentes?

-¿Por los dirigentes políticos? No tengo ni idea, por lo menos a mí no me han valorado. Sí creo que gané un respeto, pero de ahí no pasa (sonríe).  He dado un paso al costado varias veces para que otros sean candidatos, he seguido trabajando al lado de la gente, ahora vamos a ver qué pasa, tal vez sea hora de ver si puedo cumplir el sueño de nuestro grupo.

 

¿El sueño de llegar a una banca?

-Como te dije anteriormente, me gustaría tener la oportunidad de llegar al Concejo y de ayudar.

Yo veo que la oposición hoy pone muchos palos en la rueda y en realidad desde una banca hay que tratar de ayudar al que menos tiene, aportar para construir en beneficio de la ciudad. Para eso te elige el pueblo.

Pasó en mi barrio cuando fui electo presidente del centro vecinal, yo no puse palos en la rueda a pesar de ser opositor, me senté con el intendente pensando en lo mejor para mi barrio. Y estuve dispuesto a trabajar con el municipio por el bien de los vecinos. Y estábamos en partidos distintos, pero el bienestar de la gente está primero.

Yo no entiendo a algunos, en campaña dicen una cosa y cuando llegan a una banca hacen otra. Supongo que ya están pensando en el próximo cargo que van a tener y no es así. No debe ser así.

 

¿Qué opinión tiene sobre la situación económica desde el punto de vista de su día a día con los vecinos, con su trabajo?

-Estamos cada vez peor.  Sabés qué me gustaría, que los políticos se pongan una mano en el corazón, se bajen los sueldos, reduzcan sus gastos y mejoren la calidad de vida de los jubilados, de los docentes, de los policías. Eso me gustaría, saber si tienen el valor de bajarse los ingresos, pero no lo van hacer. Al contrario, se los aumentan. Piensan en el ‘clin caja’ todos los meses.

Siempre me pregunto eso, ¿por qué la clase política no sacrifica sus ingresos? ¿Por qué no pueden tener un sueldo digno en lugar de un sueldo alevoso? Si la mayoría son profesionales, son empresarios ¿qué necesidad tienen de tener un sueldo tan alto?

 

Titi, ¿se va a seguir postulando para presidente del barrio o piensa dejar cuando termine el mandato?

-La idea es no continuar. Me gustaría reforzar más el trabajo de nuestro grupo en la política y ver qué vamos hacer en 2019. La gente del barrio me está pidiendo que siga, pero no sé todavía, no lo tengo decidido, mi señora quiere que continúe, mis amigos también y algunos vecinos… pero no sé. Veremos más adelante.

 

Días atrás participó de una reunión con Luis Juez, que se postula para gobernador. ¿Qué opina?

-Que va a trabajar por su provincia como lo hace Schiaretti y que si llegara, haría una limpieza.

 

¿Cree que tiene posibilidades de llegar?

-Creo que sí, pero para eso tiene que encontrar dirigentes que transpiren la camiseta por su equipo. Tiene dirigentes que no transpiran la camiseta por su equipo, caminan al lado de él para tener un cargo y así se hace difícil llegar y se lo dije personalmente.

 

En esa reunión del pasado viernes 13 en la ciudad, Juez lanzó a Jorge Valinotto como candidato a intendente.

-Me parece bien, es más, tendría que haber sido el candidato en 2015. Una persona con trayectoria, con mucho respeto y muy honesta, fundamentalmente.

 



Opiniones

Mauricio Macri
Un presidente que mostró en su campaña que iba a trabajar para el que menos tenía y veo todo lo contrario.

Juan Schiaretti
Un gobernador que lucha por su provincia.

Martín Gill
Una excelente persona.

Me gusta
El deporte, el fútbol, que jugué siempre, y las bochas.

Me encanta
Estar con los amigos.

Me divierte
Tener logros difíciles, encontrar desafíos.

Me entristece
Ver las necesidades de la gente siendo que la podemos hacer feliz con pocas cosas.

Me enoja
Las injusticias.

 

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