
Centenares de personas en ambas Villas se congregaron para venerar al Patrono del Trabajo. En un momento de crisis, la fe se renueva más que nunca con la esperanza de que las condiciones actuales puedan mejorar

La gente llegó desde muy temprano ayer a la Capilla San Cayetano de barrio Los Olmos, en Villa Nueva, para celebrar una misa y la posterior Procesión en honor al Patrono del Trabajo, en su día.
Solos o en familia, fueron cerca de 200 las personas que recorrieron la media cuadra que separa el humilde templo de ambas esquinas para pedir y agradecer el trabajo y el pan, pero por sobre todo, para renovar la esperanza de que las condiciones actuales puedan mejorar.
En Villa María, en la parroquia de barrio San Martín también se congregó una importante cantidad de feligreses. Lo mismo pasó en cada rincón del país (ver página 45).
“Me genera que hay mucha esperanza. Algunos vienen a pedir, pero la mayoría viene a agradecer lo que ha recibido como regalo de Dios a través de San Cayetano. A pesar de que los momentos puedan ser difíciles, la gente tiene fe y fortaleza”, consideró para EL DIARIO el padre Víctor Dottori, quien encabezó la ceremonia en la parroquia ubicada en la primera cuadra de la calle Malvinas Argentinas, en la vecina ciudad.
El párroco señaló que “San Cayetano siempre es un día de fiesta que está muy profundo en el vivir del pueblo argentino, le tenemos mucha devoción”, y reconoció que “estamos en un momento difícil”, pero remarcó que “los que somos un poquito más grandes ya constatamos que en nuestro país hemos pasado de crisis en crisis, con los años uno recuerda muchas en nuestro país, y siempre nuestra gente ha tenido la fuerza para reponerse”.
“Nuestro pueblo es trabajador, está acostumbrado a la lucha, al sacrificio, está acostumbrado a la vida de familia, que es lo que nos hace fuertes para reponernos de las crisis”, sostuvo, y recalcó: “Por eso, el mensaje de Dios es que no perdamos las fuerzas, que nos apoyemos en la familia. El mensaje que Jesús nos transmite es que no estamos solos, que él va a caminar con nosotros”.
Quien también estuvo desde temprano fue Tina Tulián, una de las fundadoras de la capilla, que este año cumple 21 años. No pudo ocultar su emoción “porque nos han tocado vivir cosas feas ese año”.
“Estoy conmovida por la falta de trabajo que hay y porque en esta época mucha gente está enferma. Hay mucha tristeza por la gente que se ha quedado sin trabajo, nos duele. Nosotros vivimos el dolor de los demás. Nos da alegría de ver tanta gente hoy acá, pero no nos deja de dar tristeza la realidad que vivimos”, insistió.

“Hay que estar fuertes. He sentido el sufrimiento de la gente en la capilla durante todo el año. Pero en estos momentos difíciles, la gente renueva su fe”, puntualizó.
Tina ha participado de todas las celebraciones en el Día de San Cayetano en la parroquia, y aseguró que “todos los años se vive algo distinto, y este año puedo decir que siento tristeza. Ojalá que la saquemos adelante, porque nuestra Argentina es rica”.
Mientras el padre Víctor hablaba, la gente seguía llegando. El clima fue una caricia que propició una hermosa jornada en plena calle, y la posterior Procesión por las arterias del barrio.
“¿Cruzarse de brazos, no trabajar, esperar que nos caiga todo de arriba? No, nuestra misión en la sociedad es trabajar con honestidad para mejorar nuestro mundo”, recalcó ante todos los presentes el cura, quien agregó: “Por eso hoy muchos tal vez le vienen a pedir a San Cayetano que interceda ante el Señor por trabajo porque esa es la dignidad nuestra”.

“Tenemos que trabajar por la justicia, por el bien común, para poder ser encontrados dignos por el Señor de heredar esa tierra prometida que nos permita entrar en su gloria cuando partamos”, observó.
El párroco citó al Papa Francisco, quien días atrás en la Jornada Mundial de la Juventud, en Cracovia, le dijo a los jóvenes que “cambien el sillón por un buen par de zapatos”, y reflexionó: “Cambien esa actitud cómoda de estar sentados por un par de zapatos que les sirvan para caminar”.
Finalmente, el padre se refirió a que “todos sabemos que en algún momento la vida se pone difícil, se pone dura, todos hemos experimentado tristezas que nos quieren aplastar, pero hoy el Señor nos dice que no temamos”.
Voces
“Yo vengo a agradecerle. El domingo pasado cumplí 90 años. Soy muy creyente. Y si tengo que pedirle algo, hoy le pido salud. Que me siga dando salud porque hasta ahora estoy bien, llegué bien a esta edad. También por toda mi familia.” Irma, vecina de Villa Nueva
“Vengo a pedirle, pero sobre todo a agradecerle. Hay que renovar siempre la fe, yo creo mucho y tengo mucha esperanza de que todo va a mejorar. Siempre participo de esta jornada, y de todas las misas, incluso cuando salgo de viaje lo primero que hago es ir a la iglesia.” Teresita Benega