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Olivense tras los pasos de San Martín

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Olivense tras los pasos de San Martín

Como muchos vecinos de la región, Claudio Ambrosio, vecino de la ciudad de Oliva, realizó el cruce de Los Andes que conmemoró el bicentenario del histórico paso por la agreste cordillera del ejército liderado por el general San Martín.

Transcribimos su diario de viaje, tal como lo publican en el sitio oficial de la ciudad de Oliva:

«Primer día (21/01): visita del Manzano Histórico y Monumento al Regreso de San Martín. Luego acampé en el refugio Portinari, a 2.800 m/snm (sobre el nivel del mar).

Segundo día (22/01): caminata de cuatro horas y acampe en refugio Scaravelli, a 3.200 m/snm, lugar donde se realiza la aclimatación a la altura.

Tercer día (23/01): se realizó caminata en altura, por aproximadamente cuatro horas, regresando al mismo campamento.

Cuarto día (24/01): salimos a la hora 8.30 para cruzar por El Portillo, a 4.300 m/snm, atravesando la primera cadena montañosa y descendiendo luego hasta inmediaciones del refugio Real de la Cruz, a 3.400 m/snm, llegando a este lugar a la hora 20.30.

Quinto día (25/01): continuamos caminando aproximadamente cinco horas cruzando el cauce del caudaloso río Tunuyán, este cruce se realizó a caballo, continuando la caminata hasta la Posta Corral de Alambre.

Sexto día (25/01): luego de cinco horas de trekking, llegamos al campamento en la base del cerro Marmolejo, donde se realizó el último acampe.

Séptimo y último día (27/01): salimos a las 6, con destino a la República de Chile, logrando el cruce fronterizo a la hora 11.30, superando los 4.100 m/snm, continuando el recorrido hasta nuestro destino final, las Termas de Plomo, donde llegamos a la hora 15”.

Como conclusión, Ambrosio anotó en su diario de viaje: “Se les cuenta que durante el recorrido estábamos acompañados de dos guías, un cocinero y seis arrieros, estos últimos llevaban las cargas pesadas en caballos y mulas, la comida en el día era de marcha, compuesta de sándwich de fiambre, masitas, barras de cereal y chocolates, y a la noche comidas calientes como asado o carne a la olla (comida típica del lugar); también sumamos polenta, arroz y fideos.

Los días fueron soleados y de temperaturas altas, mientras que a la noche la temperatura descendía en algunos casos a los 0 grados», concluyó.

 

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