
Escribe Beto Arce
Silvio Pellico superó 3-2 a Yrigoyen en uno de los mejores encuentros de la fecha. Los dos “pegaron” el oído a la radio, pero no bastó. Caras largas para un “Canario” ganador y domingo gris para el último bicampeón

El fútbol tiene estas cosas, y seguramente son esas cosas las que lo hacen tan apasionante. Es que Silvio Pellico tenía una obligación marcada: ganar para soñar con el pasaporte a cuartos que no dependía de sí mismo; Yrigoyen, casi con el boleto en el bolsillo disponía de un par de resultados para asegurar el camino a la próxima instancia. Pese a las posibilidades de ambos, los dos serán espectadores desde el próximo domingo producto de la eliminación.
Había promesa de partidazo porque Silvio Pellico debía ganar e Yrigoyen no podía esperar. Por eso desde del arranque del juego todo fue intenso. Ambroggio probó con un remate de fuera del área que se fue por arriba (7’) e inmediatamente después llegó la apertura del marcador. En una buena combinación entre Rodríguez y Cuadrado la pelota cayó en García, que con una asistencia perfecta dejó a Esteban Oliva mano a mano de cara al gol: el zurdo definió con mucha tranquilidad ante el achique de Margaría para establecer el 1-0 parcial (15’). El resultado ponía al “Diablo” arriba, pero perdería a un jugador fundamental como la “Pepa” García que, previo al gol, había salido por un dolencia, ingresó dio el pase el gol, pero pudo seguir y fue remplazado por Guzmán.
La igualdad no tardaría en llegar, porque a los 21’ Alfio Demarchi ejecutó un tiro libre que fue despejado por la barrera, pero en el rebote Javier Margaría de media vuelta pondría el 1-1 que se adaptaba a lo visto hasta el momento. El partido era tan intenso y tan poco respiro daba que dos minutos más tarde, casi todavía en el festejo “canario”, Yrigoyen se ponía nuevamente en ventaja. Después de una siesta del fondo visitante, tras una serie de rebotes quedó la pelota en la puerta del área chica, ocasión que no desaprovechó el “Pucho” Adrián Peralta, que con un zurdazo infló la red de ilusiones: arriba Yrigoyen 2-1.
Silvio Pellico respondería con un remate de Facundo Menegotto que se fue por encima del travesaño (28’); un mano a mano de Demichelis que desperdició ante Pauletti y una definición desviada de Ledesma con un cabezazo tras un tiro libre de Demarchi.
Pero antes de que terminara el período inicial, el “Canario” llegaría al empate. En otra jugada con balón detenido el gol sería inevitable. Alfio Demarchi tiró un bocha traicionera que hizo dudar a Pauletti en la salida, a punto tal que el portero lo dejó a medio camino, chance que no desaprovechó Gastón Rufino, que desde una posición inmejorable definiría al vacío para poner el 2-2 antes de ir a los vestuarios. Un partidazo: tan emotivo como vibrante. Con el oído en la radio, con la vista en los periodistas para preguntar cómo iba el resto, con las caras de incertidumbre, pero regalando un gran espectáculo al público.
En el segundo tiempo las obligaciones comenzaron a ser más urgentes porque las otras canchas avisaban de que esto no podía terminar así… por lo menos para el “Canario”, que precisaba de una victoria para seguir soñando.
A los 18’, Menegotto probó con un remate de larga distancia que se fue cerca y a los 23’ encontraría el premio mayor: en otra mala salida de Pauletti, el equipo de Miguel Ramos llegaría al gol. Después del despeje fallido, Javier Margaría remató desde fuera del área y puso el 3-2 a definitivo para dar dos noticias: la ilusión del pasaporte y la eliminación del bicampeón.
El ingresado Moyano tuvo su gol para el visitante a menos de 30 segundos de su aparición en la cancha: con un remate seco casi convierte el cuarto, porque la pelota salió al lado del poste.
Rufino vio la segunda tarjeta amarilla y Silvio Pellico se quedó con 10 hombres para afrontar el tramo final del encuentro. El “Canario” sintió el impacto porque en el epílogo del juego sufrió para mantener el triunfo: un tiro libre de Morre que se fue muy cerca (35’) y una tapada bárbara de Margaría ante el zurdazo de Esteban Oliva (39’).
No hubo tiempo para más. El fútbol premia y a veces castiga. Silvio Pellico quizás comenzó la levantada cuando el campeonato ingresaba en su tramo definitivo; Yrigoyen no pudo cerrar un partido vital y el bicampeón ya no podrá defender la corona. El fútbol no siempre premia, a veces castiga y duele. Las dos caras del fútbol: pese al partidazo, quedaron afuera.
El árbitro
Jorge Verón
No tuvo problemas para llevar adelante el encuentro. Resolvió con tranquilidad las jugadas más tensas y ningún protagonista se atrevió a cuestionarle nada, más allá de que no hubo nada para cuestionar. La roja para Rufino no dejó dudas y, aunque algunos se atrevieron a decir que Silvio Pellico no ganaba con un árbitro de Alto Alegre, quedó claro que fueron sólo supersticiones.
La figura
Javier Margaría
Fue decisivo con sus dos anotaciones. En los goles estuvo muy atento y preciso para mandarla al fondo de la red. Participó activamente de las creaciones de su equipo y lo condujo a una victoria muy sufrida y valiosa. Facundo Menegotto tuvo una destacada tarea en el equipo y fue fundamental para el triunfo.