Escribe Daniel J. Cerutti

Le costó mucho más de lo que expresa el resultado final a Playosa para conseguir un expresivo 4 a 1 final, ante un entusiasta adversario, que recién cedió ante la presión del ganador en los últimos quince minutos del partido. Resultado que todavía le permite al elenco albo generar expectativas hacia una posible clasificación en el torneo oficial de la Liga Villamariense.

Con buen ritmo y motivación por buscar posiciones en ataque se desarrollaron las primeras acciones del cotejo. Antes de los 10 m Servetti en el local y Donabeitía en el huésped tuvieron posibilidades ciertas de convertir, pero fallaron en la definición cuando estaban en instancia real de peligro.

La lucha en el mediocampo marcaba equilibrio, y la presión casi obsesiva sobre los organizadores de cada elenco, no impidió la repetición de intentos ofensivos que llevaron preocupación a las respectivas defensas. Las incursiones del local sobre la valla de Santiago Rodríguez tenían más constancia, pero las réplicas de Unión generaron dos o tres opciones de riesgo, bien conjuradas por el novel arquero Alejo Cordero, de correcto desempeño en el período inicial.

Precisamente, a los 25 m y en rápida incursión por sector derecho. Hualpa despidió fuerte disparo que no pudo ser contenido por el guardavalla local, dando rebote y siendo el balón receptado por Nicolás Barrionuevo, quien con certero remate al medio de la valla marcó la ventaja de 1 a 0 para un equipo que mostró positivo desempeño, y que iba afirmando su estándar de juego con el pasar de los minutos. La conquista produjo la obvia reacción del elenco local, pero sin coordinación ni precisión en sus intentos, siendo también los nervios impedimentos para una mejor performance.

Pero a los 33 m en una profunda carga que comenzó por sector izquierdo, la pelota ingresó al área visitante, siendo receptada por Servetti, que disparó hacia el arco provocando rebote en el arquero, y Mauro Luna, atento ante la situación incrustó la pelota en la red con remate de zurda, haciendo imposible el esfuerzo del golero para evitarlo. Uno a uno, y así el juego creció en intensidad y variedad en las incursiones ofensivas de ambos conjuntos. El Albo mostró mayor coherencia en la parte final de la etapa, pero no produjo instancias de riesgo, prefiriendo sus jugadores practicar el remate de larga trayectoria, que en dos o tres oportunidades no arrojaron resultado positivo para su divisa.

Unión cumplió un correcto cometido, tuvo sus momentos de inspiración y le jugó de igual a igual al conjunto de Paulo Velasco, concluyendo el período con igualdad en un tanto, que fue objetivo reflejo de lo acontecido en el campo de juego.

En el segundo tiempo, hasta las acciones finales no se modificó mucho el panorama; aunque progresivamente Playosa, en base a su mayor reserva física, fue inclinando la cancha hacia el marco de Rodríguez. Hubo un disparo de Nicolás Semenzín que dio en el travesaño, y luego un cabezazo de Ludueña, a dos metros del arco local que salió apenas desviado. La expulsión de Bruera y de Villena en el visitante (ambos por doble amonestación) y el ingreso de Cristian González en Playosa, fueron fundamentales para las aspiraciones del Albo; puesto que el delantero fue baluarte en la victoria, con dos conversiones logradas a quince minutos del final. Además con su accionar, permitió a Piva (de gran gestión) y a Servetti manejarse con solidez en el armado ofensivo, vulnerando progresivamente las escasas reservas físicas de los hombres del huésped. Las conquistas nacieron con jugadas idénticas, con toques en profundidad, llegada por las puntas con libertad, y el centro atrás conectado por el ingresado González; uno a los 35 y otro a los 49 m, jugándose tiempo adicional.

Finalmente, Jorge Servetti con su calidad, puso la frutilla al postre en el mismo cierre del encuentro, cuando a los 50 m llegó solo con pelota dominada ante Rodríguez, y elevó el esférico sobre su cuerpo, marcando el 4 a 1 y las cifras definitivas. En el concepto sintético fue un partido jugado con intenciones ofensivas destacables; donde el derrotado representativo de Arroyo Algodón produjo en el primer tiempo mucho más, de lo que fríamente puede reflejar el abultado escore final.

El árbitro

Jorge Verón

Dejó hablar mucho a los jugadores y debió expulsar y amonestar a varios que se excedieron temperamentalmente. Bien en las expulsiones, ocurridas en instantes que la brega se inclinaba a favor del equipo local. Tuvo algunos errores en fallos de escasa significación. Su labor no influyó en el resultado final.

La figura

Guillermo Piva

Fue el arma principal de la superioridad playosense en el período complementario. Iniciador de la mayoría de las acciones que llevaron al elenco de Paulo Velasco hacia el significativo resultado final. También es válido destacar el trabajo de Cristian González, que con sus dos goles liquidó la contienda en apenas diez minutos.