
Desde la unidad penal y el Hospital Pasteur confirmaron que uno de los presos contrajo la enfermedad, pero que la situación está controlada. Los familiares de los reclusos temen por una eventual propagación en el lugar

Familiares de reclusos y hasta los internos que cumplen condenas en la Unidad Penitenciaria Nº5 manifestaron su preocupación por un posible brote de tuberculosis en el lugar.
Fuentes hospitalarias y penitenciarias consultadas por EL DIARIO confirmaron que efectivamente uno de los presos alojados en el pabellón de atenuados, días atrás, había contraído la enfermedad.
La situación, que fue detectada por los médicos que se desempeñan en la Penitenciaría y corroborada a través de análisis clínicos que se efectuaron en el Hospital Pasteur, generó el despliegue de una rápida acción preventiva dispuesta por las autoridades del penal.
Según pudo conocerse, la velocidad en las decisiones se incrementó debido al alto nivel de propagación que tiene esta enfermedad causada por bacterias que se propagan por el aire de una persona a otra.
Para contrarrestar el delicado cuadro provocado por la afección, que si no se trata adecuadamente puede ser mortal, implicó la movilización de unos 27 reclusos de la cárcel al centro asistencial regional que se erige en barrio Ramón Carrillo.
Vale destacar que la acción emprendida para evitar que la bacteria se propague se denomina “control de foco” e incluyó el establecimiento de un área donde la enfermedad se podría haber diseminado y la detección de las personas que estuvieron en cercanías del infectado por la bacteria.
En la primera movida fueron casi 30 los presos puestos en observación médica y movilizados hacia el Pasteur, donde se les realizaron distintas pruebas y chequeos de rigor.
El primero de los test fue el Mantoux o prueba de la tuberculina, que sirve para detectar a las personas que han tenido contacto con el bacilo tuberculoso, la micobacteria, responsable de la tuberculosis.
La estrategia de prevención también incluyó el control con placas radiográficas que se les tomaron a los integrantes del grupo de internos y otros análisis de sangre específicos.
Para determinar la positividad (es decir, confirmar la presencia de la enfermedad en un sujeto), la condición principal es que los tres controles nombrados tienen que revelarlo.
A su vez, la persona con el cuadro de tuberculosis declarado fue aislada del resto de la población carcelaria bajo estricto control de profesionales de la salud y con la medicación que corresponde al cuadro que lo afecta.
Las voces consultadas por este matutino precisaron que el estado de salud de esta persona evoluciona favorablemente.
Otra de las medidas llevadas adelante fue la colocación de la vacuna BCG a todos los que se encuentran en los pabellones de atenuados (sector de la cárcel donde se ubica a presos con buena conducta o que transitan en la etapa final de su condena).
Las fuentes que compartieron información con este medio aseveraron que terminado el proceso descrito se comprobó que, afortunadamente, no hubo propagación de la enfermedad hacia el interior del penal villamariense.
“Si hubieran dado positivo o falso positivo los exámenes que se hicieron a las personas controladas, se hubiera seguido con otro plan. Eso es lo que determina el protocolo para este tipo de sucesos”, se indicó.
“El único caso fue el del interno, que detectado a tiempo no llegó a contagiar a nadie y ahora está medicado y negativizado”, coincidieron en concluir las fuentes abordadas por EL DIARIO.
Temor por el contagio
“Estamos muy preocupados por los comentarios que nos llegan. Se habla de muchos casos de tuberculosis y que algunos tuvieron que ser internados”, manifestó con preocupación uno de los familiares de internos que se encuentran en la cárcel.
“El miedo nuestro, además de lo que pueda ocurrir con la salud de nuestros parientes, tiene que ver con nosotros también, ya que cuando vamos de visita entramos en los pabellones y celdas, donde podemos contagiarnos”, explicó la persona que ofició de portavoz del grupo de denunciantes.
“Hay temor porque puede ser un brote de tuberculosis, que es una enfermedad muy complicada porque es fácil de contagiarse”.
“El año pasado dicen que pasó lo mismo y que uno de los presos murió en el Hospital. Nadie quiere que esto vuelva a suceder, por eso queremos saber lo que está pasando”, remarcó el consultado por este diario.
“A las visitas (se desarrollan los jueves, domingos y lunes) van niños, mujeres embarazadas y la cárcel en tema salud está para atrás”, redondearon para cerrar.