
Ponte Vecchio y Rojo-Soft animarán una nueva final en el Fútbol Amistad tras derrotar ayer a Frigorífico Zurro y Metalúrgica Gamba, respectivamente

Una definición repetida tendrá el actual Torneo Apertura del Fútbol Amistad, tras definirse ayer los respectivos finales: el bicampeón Rotisería Ponte Vecchio/Panadería Miguelito y su “clásico rival”, Rojo-Soft, un enfrentamiento que ha acaparado toda la atención en los últimos certámenes.
Ambos definieron el último Clausura 15 que conquistó el conjunto villanovense que, tras otro destacada campaña, volverá a sostener una nueva final y con la posibilidad de lograr un histórico “tricampeonato”.
Enfrente, mientras tanto, se ubicará Rojo-Soft que el fútbol, como siempre se dice, le brinda “revancha” de la final perdida y pretende volver a disfrutar las mieles del título en el tradicional campeonato de Fútbol Comercial.
En una hermosa tarde, las canchas 1 y 2 del predio ubicado en el barrio Roque Sáenz Peña fueron los escenarios de las respectivas semifinales, que tuvieron diferentes desarrollos pero con el equilibrio que brinda todo partido definitorio.
El gol de siempre
Por un lado, Ponte Vecchio venció por 2-1 a Frigorífico Zurro/Despensa Marta con el aporte goleador del siempre presente en la red: Diego Marín. El máximo artillero de la Liga Villamariense anotó un doblete en el primer tiempo que le permitió a su equipo revertir un arranque adverso de partido, luego de que Roberto Vilche aprovechará una falla con los pies del arquero rival tras un pase atrás.
De todas maneras, dicho gol no exasperó al defensor del título que a través de la movilidad de Marín y los aportes de Gustavo Cardona y Gustavo Theiler, pasó a dominar el juego y empezó a generar acciones de riesgo sobre Ariel Avalos quien debió revolcarse en varias oportunidades, además de tener la ayuda de los palos; sin embargo, poco pudo hacer ante dos apariciones dentro del área de Marín, quien facturó por partida doble y puso a Ponte Vecchio en ventaja.
De todas maneras, desde allí, los “rotiseros” desperdiciaron varias chances para jugar tranquilo el complemento, en el cual sufrió y en demasía para sostener el triunfo.
Es que, el rival, con mucha actitud y búsqueda constante, generó lo suficiente para llegar -por lo menos- al empate pero inesperadamente falló reiteradamente en la definición en acciones de mucho riesgo que sufrió el bicampeón, que se relajó en demasía, cedía rápidamente la pelota y desaprovechó continuamente las réplicas.
Finalmente, el marcador (2-1) no varío y Ponte Vecchio puso otra vez su nombre en una final del Amistad.
Se atajó todo
Con la tremenda figura de su arquero Marcelo Ferreyra, Rojo-Soft festejó en los penales (ganó 3 a 2) tras empatar agónicamente en uno frente a Metalúrgica Gamba que, en la definición desde los 12 pasos, mostró el impacto anímico que resultó haber quedado a segundos de lograr la victoria.
En un trámite parejo, los “metalúrgicos”, con la claridad de Silvio Ranco desde el círculo central, dejó una mejor impresión de juego y con mayores herramientas para generar chances de gol ante un rival que, correctamente estructurado en la faz defensiva, prácticamente no gestó avances continuos en el área rival porque le costó ubicar jugadores en posición de ataque, más allá del aporte de “Maxi” Illanes o el empuje de “Bumbula” Mercadal desde el mediocampo.
Así las cosas, Gamba, pese a no poder tener a Diego “Catoca” Rivera y César Rodríguez (lesionados ambos), siempre estuvo más cerca del gol aunque, en las que llegó, siempre se topó con un “gigante” Ferreyra, quien “clausuró” su arco.
Hasta que, ya en la parte final del trámite, Alejandro Gambino apareció sin marcas por detrás de todos tras un tiro de esquina perfectamente ejecutado por “Makanaky” Cardona, y anotó el 1 a 0 para Metalúrgica Gamba.
Ese gol parecía sentenciar la historia, pero Ferreyra se quedó con un mano a mano ante Guzmán en la siguiente acción y eso le dio le vida a los “Albirrojos”, que reaccionaron efectivamente en los minutos finales, metió cambios positivos para asentarse en campo rival y llegó al empate utilizando las “variables” que posibilita los campos reducidos.
Un lateral al área, anticipo Illanes y, ante la mínima duda de los defensores rivales, la pelota viajó hasta el fondo de la red: 1 a 1 y a los penales, donde Ferreyra definitivamente se transformó en figura, atajó tres disparos y ello le permitió a su equipo, Rojo-Soft, festejar con euforia el anhelado pasaje a otra final.