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“Si observo mi carrera hacia atrás, estoy muy conforme”

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“Si observo mi carrera hacia atrás, estoy muy conforme”
Luego de 12 años en el máximo nivel, Lucrecia decidió alejarse de las pistas

La patinadora, luego de 20 años en la actividad y más de la mitad de ese tiempo de alto rendimiento, decidió abandonar la competencia. Con EL DIARIO hizo un repaso de su rica y extensa trayectoria

Luego de 12 años en el máximo nivel, Lucrecia decidió alejarse de las pistas

Lucrecia Rocchetti se subió por primera vez a los patines a los 7 años y enseguida sintió que existía un magnetismo imposible de esquivar.

Empezó a patinar de manera no federada en su pueblo, Laguna Larga. Luego lo hizo en Pilar, donde tras unos años allí su entrenadora, Alejandra Peralta, observó que estaba en otro nivel y le aconsejó a su familia y a ella que tomara “una clase con los campeones de Villa María”, Flavio Fissolo y Gabriela Mugica en el Club Ameghino. Así fue que la trajeron a una clase para que probara y viera y terminó entrenando con ellos hasta que se retiraron de la actividad, incluso hasta dos años después que habían dejado de dar clases.

Durante 12 años, la patinadora recorrió países de América, Europa y Asia, representando a nuestro país en Mundiales, Panamericanos, Sudamericanos y otros torneos continentales. Su permanencia y vigencia en el alto nivel la transformaron en una referente del patinaje artístico de nuestra provincia.

Pasaron 20 años y se convirtió en una de los mayores referentes de este deporte en nuestra provincia durante más de una década. Ahora decidió dar una vuelta de página a su vida deportiva y retirarse de las competencias.

Primero lo anunció en su perfil de la red social Facebook, donde recibió innumerables saludos de reconocimiento a su trayectoria deportiva y especialmente a su persona. Fueron 20 años relacionados al patín y 12 de ellos en la alta competencia, con presencia en 11 Campeonatos del Mundo.

Ayer, Lucrecia se lo contó a EL DIARIO en una extensa entrevista donde, además, hizo un balance de una rica trayectoria en el alto rendimiento de nivel internacional.

 

-Sorprendiste a muchos con tu anuncio de dejar la competencia.

-Fue una decisión difícil de tomar. Toda la vida estuve dedicada a esto. Pero seguiré de alguna manera ligada al patín, desde otro lado, como entrenadora.

-¿Por qué esta decisión?

-Muchas cosas hicieron que llegue a la decisión de dejar de patinar en competencia. A los patines los seguiré usando de alguna manera, no voy a dejarlos. Un poco la cantidad de años que hago esto y que lleva mucho sacrificio en lo personal y en mi entorno, mi familia. Son muchas cosas que uno pone en el balance al momento de tomar esta decisión.

-En determinados deportes, la plenitud en la competencia suele ser corta. ¿El patín es una de ellas?

Lucrecia, durante una de sus presentaciones en una competencia internacional

-Eso depende de la disciplina que uno haga. Obviamente que sí en el caso de un patinador de la categoría Libre, en la que se hace un gran esfuerzo físico, hay caídas y cuando más grande sos, hay más probabilidad de lesionarse. Me ha tocado vivir una hace poco y me ha llevado a tomar esa decisión. Respecto a otras disciplinas, donde es menor el esfuerzo físico y todo pasa más por lo mental y no hay tantos impactos contra el piso ni lesiones, hay patinadores que siguen compitiendo con más de 30 años; siguen estando firmes porque optan por llevar adelante una sola disciplina. Yo venía haciendo ambas, Libre y Escuela, en forma paralela. Muchos me dijeron que podría seguir un poco más, haciendo una de esas disciplinas, pero mi manera de verlo es que no. Siempre fui patinadora de las dos cosas, siempre lo llevé en paralelo, y si sigo con una, podría sentir que me falta la otra, y por ese lado decido culminar bien con las dos, no a medias.

-¿La lesión provocó que tuvieras menos actividad este año?

-La lesión fue en mayor medida el año pasado, me obligó a bajarme del Mundial en Libre. Estuve clasificada en Libre, pero solo participé en Escuela. La lesión me jugó en contra e hice menos competencias en 2016. Este año estuve mejor y me permitió hacer más competencias. Hice las dos europeas y el Sudamericano. Al Mundial no tuve la oportunidad de hacerlo por cuestiones ajenas al patín. El tema del apoyo económico es complicado cuando se trata de deportes amateurs. Hay que clasificar en un gran puesto y con una gran participación para que a eso lo tengan en cuenta y la Confederación ayude económicamente con los viajes y la participación en la competencia. De no ser así, todo es a pulmón.

-¿Cómo ha sido tu rutina?

-Entrenaba tres horas por día sobre los patines, más una hora y media en el gimnasio. Y también está lo mental, en competencia la parte psicológica es fundamental. Yo lo hice de grande, pero cuando más temprano se comienza es mejor.

-¿El practicar un deporte individual te hace convivir permanentemente con el error?

-Claro. Si bien estas rodeada de un equipo, el error es tuyo y la solución también será personal.

-Para poder estar en muchas de las competencias, el apoyo de tu mamá fue muy importante. Seguramente cumplió con muchos de tus sueños. 

-La verdad es que mi familia, mi mamá en gran parte en este último tiempo, y antes, cuando estuvo mi papá en vida también, entre los dos. El acompañamiento de mi familia fue fundamental para llegar a este nivel y a estas instancias.

-¿Cómo empezaste como docente?

-Cuando Flavio y Gabriela dejaron, a cargo de la Escuela de Ameghino quedó Patricia Bruno, que tenía el grupo de competencia y también estaban a cargo Sabrina y Daniela Cativelli. Yo estaba más abocada a lo mío, a competir; no quería saber nada con dar clases y enseñar. Cuando surgió la necesidad del club de aumentar la competencia porque se había perdido un poco al irse Flavio y Gabriela, entonces Sabrina y Daniela, que estaban con el semillero, me ofrecieron intentar

“Durante estos años estuve más horas con patines que con zapatillas”, le dijo a EL DIARIO la patinadora

para ver si empezaba a crecer y en 2012 comencé con el grupo de competencia.

-¿Cuál fue el mejor momento de tu carrera deportiva?

-Es difícil elegir un año y decir cuál ha sido el mejor. Puede ser el primer año que fui a un Mundial, que fue como cumplir un sueño. Para cualquier patinador es el sueño máximo, donde uno dice “ya está, hasta acá llegué, bárbaro”. No me quise quedar solo con eso, pero deportivamente el mejor año fue en 2013, cuando fui a Taipéi, en China, en la disciplina Libre, que salí cuarta. Fue un gran año, si bien no logré subir al podio, estuve muy cerca de las primeras tres, que encima eran italianas, las máximas exponentes. Fue una gran competencia para mí.

-Conociste muchos países. ¿Cuál fue el más raro o el que más te sorprendió?

-China. Fue lo más raro y loco. Uno nunca se imagina llegar ahí. Si bien conocí muchos países, ese fue el más raro y lindo. Tienen su cultura, totalmente distinta a la nuestra. Tener la posibilidad de conocerlo fue buenísimo.

-¿Y el país que más visitaste es Italia?

-Sí, es el que más conozco porque he viajado; además de estar en distintas competencias, fui a entrenar. Hay veces que he estado allá más de un mes instalada preparándome para competir.

-Decías que estar en tu primer Mundial fue tocar el cielo con las manos. Pero después te tocó estar en 11 Mundiales más. Soñabas con uno e hiciste 11.

-En 2003, cuando hacía poco que era alumna de Flavio y Gabriela, fuimos con varias chicas del club a verlos a un Mundial que se hizo en el Luna Park. Cuando vi a todos esos patinadores y cómo era eso, me dije: “Yo voy a llegar a eso”. De ahí en más, volví y me puse en campaña. A los dos años se me dio. Hice varios seguidos hasta 2011, que no clasifiqué, cuando fue el cambio de categoría de Junior a Senior. Sentí el cambio de categoría, que es un poco difícil la clasificación. Y en 2012 volví a estar hasta 2016.

-Algo curioso marca tu trayectoria. Es raro ver a una patinadora que haya participado en Mundiales, en disciplinas pareja de alto y en individual en Libre y Escuela. Viviste todas las experiencias y en alta competencia.

-Probé todo. Pareja fue algo que me inculcaron Flavio y Gabriela. Gracias a que teníamos en el club un patinador para hacerlo bien a la altura de las circunstancias, que era Javier Anzil. Hay ciertos requisitos que cumplir para hacer esa disciplina. Técnicamente estábamos los dos muy parejos. Ellos me dijeron de probar y la idea no me convencía porque me daba miedo, el hecho de estar por arriba, cuando levantan a las chicas y hacen elevaciones y saltos arrojados. Eso me producía un poco de miedo. Pero accedí a probar. Si eso iba a ser un camino a lo que yo quería, no me podía tirar para atrás. Con el correr de los años Javier decidió irse a vivir a Buenos Aires, ya había terminado sus estudios y quería seguir su carrera deportiva allá. Eso fue la ruptura de la pareja de alto. Yo me quedé con que quería seguir y me puse firme. Como ya había logrado lo que buscaba en pareja, quería llegar a lo mismo en Libre y Escuela. Los primeros años que clasifiqué a un Mundial fue en Escuela. En Libre era como que me faltaba. La gran pregunta que me hacía mi papá al momento de ayudarme con los viajes era si yo estaba segura y convencida de que quería ir al Mundial para hacer solo Escuela. Yo le decía que sí, que había clasificado, cómo no iba a ir. Entonces él me decía “dale para adelante”. A los dos años logré hacerlo en ambas disciplinas.

-¿Y ahora te vas a dedicar a la docencia?

-La docencia es mi nuevo camino. Espero que por unos cuántos años. Lo descubrí en 2012. Aparte de Ameghino, he dado clases en otros clubes. Actualmente estoy en Laguna Larga y Ameghino. La verdad es que me gusta poder dar un poco de todo lo que yo recibí.

-Si hoy mirás para atrás, tal vez no dimensiones todo lo que hiciste por ser tu etapa deportiva reciente, ¿pero estás conforme? ¿Conseguiste más de lo que soñabas?

-Muchos me dijeron en este tiempo que no me deje influenciar con cosas que me pasaron, como un costado feo del deporte. Cuando se torna muy competitivo y se ponen en juego muchas cosas: sentimientos y emociones que uno no tiene por qué vivir o sentir si haces algo que realmente te apasiona. Pero que no me retiro por eso. Este año mi no clasificación al Mundial no fue por un clasificatorio, si no por una causa política, por preferencias que existen en todos los deportes. Muchos van a considerar que mi retiro es por esto que me pasó este año, pero lo vengo meditando hace como un año y medio. Desde 2013 que digo que es mi último año y luego sigo un año más. Pero este año llegó a su tope. Si miro mi carrera hacia atrás estoy muy conforme. En 2005 podría haber dicho “ya estoy”. Cumplí con mi sueño de ir a un Mundial y quise seguir porque sabía que podía más. Con todo lo que logré estoy muy conforme.

-¿Ahora el próximo sueño será llegar a un Mundial con un alumno?

-Sí. Eso siempre está firme y latente. Sería un sueño llevar a un alumno. Este año he llevado a alumnas a alguna competencia internacional y a un Sudamericano, pero llegar a un Mundial sería un sueño tope.

-¿Qué sentís cuando estás arriba de los patines?

-Es un cable a tierra. Uno se sube a los patines y se encierra varias horas en el club a entrenar y deja de pensar en el mundo exterior. Eso se extraña también, pero cabe la posibilidad de que cuando lo necesite, vaya al club y lo haga. El hecho de que me retire de la competencia no significa que no me suba. Yo ya hablo en pasado, asumiendo que estoy retirada, pero fue todo un proceso. Como patinadora y entrenadora estaba gran parte del día arriba de los patines. Pasaba más horas con los patines que con zapatillas, prácticamente. Así era mi vida. Dejar fue una decisión personal. Nadie lo esperaba, pero estoy feliz con mi decisión.

 

Una extensa trayectoria

Nombre: Lucrecia Rocchetti

Nació en: Laguna Larga, 12 de marzo de 1991

Patina: desde los 7 años.

Participó en 11 Mundiales, desde 2005 a 2016. También participó de dos sudamericanos, un Panamericano y numerosas competencias internacionales europeas. Ha sumado numerosos podios nacionales representando al Club Ameghino

Su trayectoria internacional

2005: en el Campeonato del Mundo de Roma, junto a Javier Anzil, fueron cuartos en pareja mixta Junior.

2006: en el Campeonato del Mundo de Murcia, fueron terceros, también en dupla con Anzil.

2007: séptimo puesto en el 52º Campeonato del Mundo Gold Coast (Australia), en disciplina Figuras Obligatorias.

2008: sexto puesto en el 53º Campeonato del Mundo en figuras obligatorias, en Taipéi (China).

2009: 10ª puesto en figuras obligatorias, 11ª en libre y 7ª en combinada en el 54º Campeonato del Mundo, en Freiburg (Alemania).

2010: 8º puesto en figuras obligatorias, 9º en libre y 2º puesto (Medalla de Plata) en combinada, en el 55º Campeonato del Mundo en Portimao (Portugal).

2011: 6ª en escuela, 10ª en libre y 4ª en combinada en el 56º Campeonato del Mundo en Auckland, Nueva Zelanda.

2012: en Auckland (Nueva Zelanda), fue 6ª en Escuela, 10ª en Libre y 4ª en Combinada.

2013: 4º puesto en libre, en el 58º Campeonato del Mundo en Taipéi (Taiwán).

2014: en el Mundial de Reus (España) tuvo escasa fortuna y finalizó en la categoría Libre en el puesto 24º, en la modalidad Libre fue 31ª en el programa corto y 24ª en el programa largo, logrando en Combinada el puesto 26º.

2015: en el 60º Campeonato del Mundo en Calí (Colombia) logró el 11º puesto, en la modalidad Libre. En el Sudamericano de Paraguay fue campeona en Libre y subcampeona en Figuras Obligatorias, en el certamen realizado en Encarnación.

2016: en el 61º Campeonato Mundial de Novara (Italia) terminó 11ª en figuras obligatorias. Fue 7ª en el Panamericano de São Leopoldo, Brasil, en la especialidad Libre; y 3ª en Escuela.

2017: tuvo tres presencias internacionales: fue 10ª en el Internacional Giusseppe Fillipini (Italia); fue 13ª en figuras obligadoras. En el Sudamericano de Mar del Plata fue 6ª en Escuela y 10ª en Libre.

A fines de este año, 2017, anunció su retiro de las competencias oficiales, como deportista.

 

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