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Tres años de prisión efectiva para un irascible comerciante de Oliva

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Tres años de prisión efectiva para un irascible comerciante de Oliva
José Calderón reconoció haber cometido todos los hechos que lo llevaron a la cárcel y el juicio se abrevió

José Calderón admitió haber agredido a su madre y a una exnovia y maltrató a varios clientes en su negocio de reparación de teléfonos celulares. Por propia decisión, estuvo internado cuatro veces en el Hospital Vidal Abal. Seguirá alojado en la cárcel

José Calderón reconoció haber cometido todos los hechos que lo llevaron a la cárcel y el juicio se abrevió

Un comerciante de Oliva fue condenado ayer a tres años de prisión de cumplimiento efectivo, luego que reconociera haber golpeado a su madre y a una expareja, además de maltratar a algunos clientes, en una serie de violentos episodios registrados durante 2015 y 2016 en aquella ciudad.

Se trata de José Antonio Calderón (32), quien fue declarado autor responsable de “lesiones leves calificadas”, “lesiones leves”, “amenazas”, “privación ilegítima de la libertad” y “defraudación por retención indebida”, durante un juicio sustanciado en la Cámara del Crimen de Villa María.

Calderón, quien hasta el momento de ser detenido se dedicaba a la reparación de teléfonos celulares, atribuyó su irascible conducta al consumo compulsivo de estupefacientes, e incluso se autodefinió como un “cocainómano” al declarar en la sala ubicada en el quinto piso de los Tribunales locales.

La confesión lisa y llana de los hechos por parte del acusado posibilitó que la audiencia de debate se realizara bajo la modalidad de trámite abreviado, con lo cual se omitió la recepción de pruebas testimoniales y todo lo actuado se incorporó “por lectura”.

Habla el fiscal Márquez y lo escuchan la jueza Eve Flores y la secretaria Gabriela Sanz

Del mismo modo, a partir de un acuerdo previo entre el fiscal Francisco Márquez y el abogado defensor Iván Rivarola, Calderón recibió una condena más leve, no sólo porque reconoció la autoría de todos los hechos sino también por tratarse de un convicto primario.

Uno de los episodios delictivos más significativos se produjo cuando el iracundo sujeto agredió físicamente a su progenitora, a quien también amenazó con una cuchilla de cocina (violencia familiar), mientras que en otros sucesos no menos violentos golpeó a una expareja varias veces en medio de discusiones por cuestiones de convivencia (violencia de género).

De acuerdo con la requisitoria de elevación a juicio, Calderón también maltrató a varias personas que concurrían a su negocio para reparar los teléfonos móviles (llegó a encerrar a una clienta) y en una oportunidad lesionó a un hombre con un elemento contundente.

 

El abogado Iván Rivarola junto a su defendido y personal del Servicio Penitenciario local

Maldita cocaína

Las conductas agresivas del comerciante tuvieron origen en su irrefrenable adicción a las drogas, en especial a la cocaína, que lo llevaron a internarse cuatro veces en el Hospital Neuropsiquiátrico Dr. Emilio Vidal Abal de aquella ciudad.

A la hora de los alegatos, el acusador público solicitó una pena de tres años de prisión efectiva, postura a la que adhirió el letrado oriundo de la ciudad de Hernando.

En su veredicto, la jueza Eve Flores de Aiuto no sólo aplicó la condena requerida por las partes, sino que además dispuso que Calderón sea sometido a un tratamiento psiquiátrico para revertir la irascibilidad de su personalidad.

Por el tiempo que lleva entre rejas, Calderón podrá solicitar la “libertad condicional” en un par de meses, pero para ello no sólo se tendrá en cuenta su conducta buena disciplinaria en el establecimiento carcelario de barrio Belgrano, sino que deberá sortear con éxito una pericia psicológica que acredite que está apto para reinsertarse socialmente.

Si el informe pericial no le es favorable, tendrá que continuar en prisión hasta que el Juzgado de Ejecución Penal determine que puede ser excarcelado.

 

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