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Tres artistas locales fueron premiados en Escultura

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Tres artistas locales fueron premiados en Escultura
Una buena variedad de técnicas poblaron las salas del Museo. Al fondo, colgada, se ve el segundo premio

Cecilia Orso ganó el segundo premio mientras que Laura Menegotto obtuvo el Premio al Artista Villamariense. En tanto, Esteban Martínez, con una pieza inusual, cosechó una mención

A la izquierda se observa el primer premio del salón. Al centro, Gabriel Ríos, quien musicalizó la velada

El viernes por la noche se inauguró el Salón de Escultura Domingo José Martínez 2017 en el Museo Municipal Fernando Bonfiglioli.

La destacada muestra -que se extenderá hasta el 20 de marzo- contó con la exhibición de obras de 25 artistas de distintos puntos de la ciudad y con la entrega de distinciones a los primeros puestos. La ceremonia, que contó con las palabras de apertura de la directora del establecimiento Analía Godoy y con la musicalización a cargo de Gabriel Ríos, comprendió la formalización de los siguientes galardones: el primer premio adquisición ($26.000) fue para Luciano Carbajo de la ciudad de Córdoba, el segundo premio adquisición ($19.500) para la artista local Cecilia Orso y el premio Artista Villamariense ($18.200) para Laura Menegotto.

Además se entregó el tercer premio al cordobés Juan Longhini (quien no estuvo presente) y menciones especiales del Jurado para Esteban Martínez y Diego Cesar Gutiérrez.

Carbajo, quien obtuvo el premio mayor por “Marea baja (goce naufragar)”, dio cuentas primero que “este salón es muy reconocido a nivel nacional. Adonde voy me lo nombran o por lo menos al museo”. Nacido en Mar del Plata, con una infancia trascurrida en Capilla del Monte y radicado desde joven en Córdoba, el artista reconoce que la pieza es una continuación de una obra realizada cuatro años atrás, en la cual se mixturaba una barcaza con una mujer (en este caso la fusión es con un hombre). “Empecé a trabajar en la nueva obra sin saber que la iba a mandar a algún lado hasta que me enteré de la convocatoria del Bonfiglioli y todo se concatenó. El barco es una metáfora, una licencia poética sobre el goce y sobre naufragar. No tiene que ver con mi infancia al lado del mar”, comentó entre risas.

 

Una buena variedad de técnicas poblaron las salas del Museo. Al fondo, colgada, se ve el segundo premio

Cecilia Orso

“La verdad me sorprendí mucho cuando me enteré que me había ganado el segundo premio, no me lo esperaba. Tuve muchas dudas si participar o no, pero por otro lado tenía ganas. Pienso que estas instancias son una buena oportunidad para hacer obra o reflexionar sobre la propia práctica artística. Si bien no me dedico a la escultura, sí tengo algunas piezas tridimensionales como la que presenté ahora”, señala Cecilia quien ya había enviado trabajos al certamen en 2010 y 2014.

“Esta obra (titulado “Srondes”) es parte de un proyecto que se llama ‘Hiedra’ (fue expuesto en el Museo Bonfiglioli en 2015). El eje que atraviesa las prácticas artísticas de este proyecto se basa en las formas ‘salvajes’ de la naturaleza, pensando estas formas, no como representaciones de cosas concretas (plantas, animales, rocas), sino desde lo sensitivo y misterioso. Lo punzante, voluptuoso y texturado se combina con lo frágil, delicado y detallista. Las técnicas son diversas: cerámica, objetos de tela, recolecciones de la naturaleza en cajas de vidrio, acuarela, dibujo, entre otros. La razón de esto, parte desde la necesidad de experimentar un mismo concepto desde diferentes materialidades buscando, a través del hacer, espacios comunes entre las diversas prácticas. Otro factor relevante es el uso de técnicas que se relacionen con lo artesanal y manual, pensado como un método de trabajo desde lo seriado y repetitivo, pensando esa experiencia como algo terapéutico”.

“La pieza ganadora está hecha en tela y rellena con micro esferas de tergopol. Anteriormente, había pensado las piezas por separado, pero para esta ocasión uní tres de ellas, armando una especie de nudo. Me gusta esta obra porque es bastante versátil: al ser blanda, permite distintas formas de exhibición y montajes. Lo que presenté es el resultado de varios ejercicios y pruebas de combinación entre las partes”, comentó.

 

Laura Menegotto

“Al conocer la noticia verdaderamente me sorprendí. Tal vez tanto como en el Julio Chaqueño, me invadió la emoción en una forma tan particular. Estaba en casa con mi familia y recibo un mail del Museo comunicándome que había ganado. No sabía si estaba leyendo bien o mal, se me nublaba la vista (risas). Lo único que me salió fue contarle a mi mamá en medio de la emoción y abrazarla y llorar de felicidad. Estaba mi hermano también, quien me ayuda siempre a trasportar mis locuras y mi viejo, que siempre está ahí haciendo cálculos y sacando medidas conmigo”, contó Laura quien ganó por “Crisis”.

“Al premio lo sentí un mimo y un reconocimiento a tanto esfuerzo, como esos momentos en los que pensás ‘algo debo estar haciendo bien’ y la ecuación es siempre la misma. Estoy agradecida obviamente a la gente del Museo, a mis profes y a la Escuela de Bellas Artes; es gratificante sentirse sostenido mientras uno aprende y crece”.

Sobre la obra, precisó que “hace 2 años vengo trabajando con el concepto de ‘Crisis’ (en el taller de escultura de la Bellas Artes de la mano de María Eugenia ‘Coqui’ Podestá). Esta fue la primer obra que realicé en 2015 y pretendía ser la única, pero el tema es tan amplio y se puede explorar y pulir tanto que terminó siendo el concepto también de mi obra final de la tecnicatura. Así que de algún modo, se convierte en una serie. El proceso de realización, al menos en mí, suele ser siempre bastante similar. Un concepto o una idea con la que quiero comunicar algo o hacer foco para plantear algún interrogante. En este caso trabajé con maderas de fibrofácil, un eje central de hierro, una pequeña esfera roja de plástico y para su base madera de pino; todo, profusamente pintado”.

 

Esteban Martínez

“La sorpresa al enterarme fue grande pero no inesperada, por lo menos yo cuando me presento a una convocatoria espero ganar. Si sé que no tengo chances no me presento”, indicó Esteban quien obtuvo una mención especial del Jurado por una obra sin título de la serie “Ejercicios de supervivencia”.

“La pieza se trata de una composición breve en el espacio. Concretamente es una banda de tela con un autorretrato pintado al óleo amurado a la pared por un extremo y por el otro anclado al piso por una bolsa de red con piedras recolectadas en Ciudad Universitaria. Esa puesta -y no digo escultura porque no la pienso en esos términos- habilita interpretaciones y lecturas diversas. Básicamente pone sobre la mesa algunas nociones como la de territorio, de anclaje, permanencia, el planteo de la propia identidad, que son ideas que creo que sirven para hacer paralelismos con la realidad y con nuestro mismo sistema del arte”.

“Sé que estuvo difícil para los jurados asignar el Premio Adquisición Artista Villamariense y en la última instancia se debatió entre mi obra y la que resultó ganadora. Que lo que mandé haya ganado una mención y no el premio es un hecho que habla sobre los modos en que aún se piensa el arte acá porque se trata de una obra un tanto irreverente para los términos tradicionales en que a veces se sigue concibiendo la disciplina. Hace años que el arte ya demostró que respetar lo disciplinario acota y no abre las posibilidades de creación”.

“A mi entender -reflexionó- hoy un salón de escultura profesional en el ámbito de una institución crítica y generadora de conocimiento como es un museo, debe cuestionar las técnicas y repensarlas, replantear la idea y el concepto de ‘escultórico’. No estoy en desacuerdo con el salón, creo que pueden convivir los diferentes modos de producir, pero personalmente me gustaría ver propuestas más riesgosas”.

No obstante, destacó a Analía Godoy en su afán por “renovar, para que los artistas se formen y para que mejoren las condiciones expositivas”.

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