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Triunfazo de Argentino

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Triunfazo de Argentino
Molina y Franco Ñáñez le cierran los caminos a Danilo Ponce, atacante del local. Argentino otra vez sacó a relucir su eficacia en los dos arcos y se afirma en lo más alto de su zona

El Lobo, que terminó con nueve jugadores, derrotó de visitante 1 a 0 a Hipólito Yrigoyen con gol de Facundo Ñáñez y se afirma como único líder de la zona A

Molina y Franco Ñáñez le cierran los caminos a Danilo Ponce, atacante del local. Argentino otra vez sacó a relucir su eficacia en los dos arcos y se afirma en lo más alto de su zona

Escribe Pablo Luna Broggi

En el mundo futbolístico, muchas veces se escucha repetir constantemente una frase: “Si querés ser campeón tenés que ganar hasta los partidos que no mereces”. Podés jugar bien, mal, con barro, lluvia, viento, con nueve jugadores o con hombres de más, pero la matemática es letal y no perdona: no sale campeón quien mejor juega, sino el que más puntos saca y si querés sacar más puntos que el resto tenés que ganar.

Más allá del juego vistoso que practica Argentino desde hace unos años, los jugadores del Lobo fueron bicampeones del fútbol local porque aprendieron a jugar aquellos partidos en donde la victoria es lo único que importa porque las cosas no salen como se esperaban.

Y ayer fue una muestra de ello: el conjunto villamariense no jugó bien, la cancha estaba en muy mal estado, disputó varios minutos con nueve jugadores, pero sin embargo hizo el gol cuando debió hacerlo y, ayudado por la fortuna también porque no, se trajo tres puntos importantísimos.

En los primeros 20 minutos del encuentro, fue el lobo quien más manejaba la pelota pero sin intensidad. Este leve dominio le permitió acerarse al arco defendido por Merani en dos ocasiones, por intermedio de Gastón Tejeda y Facundo Ñáñez, pero ambos remates se marcharon demasiado altos y desviados.

La primera aproximación del local llegó a los 22 minutos, a través de los pies de Patricio Fernández que no pudo terminar de acomodarse de la mejor manera y su disparo se desvió bastante. La misma suerte corrió minutos después Danilo Ponce con un remate de larga distancia.

Los dirigidos por Carlos Fernández iban haciéndose protagonistas del partido con el correr de los minutos y las llegadas comenzaban a sucederse con mayor asiduidad. Para mejor, luego de unas confusas situaciones que el juez Brian Chiaraviglio no supo interpretar y cobrar de la mejor manera, la caldera elevó su temperatura y el “diablo de ruta nueve” se encontró con una superioridad numérica impensada por la expulsión de Alexander Vieyra.

Sin embargo, el rojo no pudo aprovechar esta ventaja y en el peor momento de Argentino, los de barrio Nicolás Avellaneda abrieron el marcador: iban 43 minutos, cuando un sorpresivo y corajudo slalom de Rosales por el sector derecho derivó en un pase a Facundo Ñáñez y el menor de los hermanos, sin perder tiempo remató con mucha calidad hacia el ángulo inferior izquierdo del arco defendido por Merani, dejando sin efecto la volada del uno y desatando el delirio en la parcialidad visitante.

El entretiempo potenció la desazón del local, porque entendían que no era justo estar abajo en el marcador, y ayudó al visitante a rearmar sus líneas por la falta de Vieyra para los segundos cuarenta y cinco minutos.

En el complemento, Yrigoyen fue muy superior a su rival, pero no tuvo suerte. Hizo todo lo que estuvo a su alcance, pero no fue suficiente: cuando la pelota no quiere entrar, no entra.

Argentino se rearmó defensivamente con Danna y apostó a la velocidad de Maxi Ramírez para las contras. En una de estas, debió dejar la cancha Gonzalo Ñáñez por bajar al bajito delantero ex-Alumni, aunque la infracción no ameritaba la expulsión, el lateral local debió soportar la famosa “Ley de compensación”. Luego también fue expulsado Matías Piovano y el local, con un jugador más, terminó de confirmar su superioridad.

Sin jugar decididamente bien, el empuje de la gente y las ganas de empatar el encuentro llevaron a Yrigoyen a contar con interminables situaciones como para lograr la paridad del tanteador, pero el palo se los negó dos veces y la ineficacia propia terminó de otorgarle la victoria y la punta en soledad a un Argentino que gana cuando tiene que ganar.

 

La figura

Facundo Ñáñez. Apareció cuando tenía que aparecer y le dio un triunfo importantísimo a su equipo. En el local se destacaron Patricio Fernández y Danilo Ponce.

 

El árbitro

Brian Chiaraviglio. Mal. No tuvo una buena tarde el joven árbitro villamariense. Se equivocó en la expulsión de Ñáñez y Piovano y obvió mostrar la roja cuando lo ameritaba (Grosso y Ponce). Esto provocó que el partido por momentos se le fuera de las manos.

 

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