
Todos sus hermanos son policías. “En casa ya se sentía el uniforme”, dijo ayer a EL DIARIO en su primer día de trabajo. Es psicóloga y aportará herramientas de esa profesión a su nueva tarea

Sus tres hermanos son policías. Ella quiso serlo apenas terminó la secundaria, pero tenía 17 años y la Escuela de Suboficiales recibía a jóvenes de 19 años en adelante. Entonces, decidió estudiar Psicología, otra de sus vocaciones. El año pasado, ya recibida, inició el curso que tenía pendiente y ayer fue su primer día de trabajo.
Micaela Gatti tiene 28 años, es villanovense y obtuvo el segundo mejor promedio de los aspirantes a cumplir este servicio en toda la provincia. Por ese motivo pudo elegir su destino laboral e inició su carrera en la Departamental San Martín, cerca de su gente.
“En octubre pasado comencé el curso y ratifiqué mi vocación. En casa se siente el uniforme hace tiempo”, señaló en alusión a su hermana y a sus dos hermanos, que tienen la misma profesión.
“Me gustó la formación y los nuevos aprendizajes, fue una buena experiencia”, consideró, al recibir a EL DIARIO ayer a la mañana.
Cuando se le preguntó qué cree que puede aportar siendo psicóloga, opinó que puede ayudar “muchísimo al bienestar y a la salud mental de los policías porque el rol que cumplen es importantísimo”, y remarcó que “dadas las situaciones de crisis a las que se enfrentan en la calle, necesitan apoyo”.
“La sociedad tienen una mirada de la Policía que quizás hace foco en las situaciones abusivas, lo que en general no es acorde a la realidad porque hay que ver que el funcionario está expuesto a situaciones límite”, declaró.
Consultada sobre qué tiene que tener un buen policía, mencionó “ganas, voluntad, perseverancia y contención de familiares o de amigos”.
Ante otro interrogante, expresó que “uno sabe a lo que se expone y siempre están los miedos internos, pero estamos preparados para enfrentar situaciones, ya que el curso sirvió para eso”.
Confió que seguirá ejerciendo la psicología y dijo que su área de trabajo en la fuerza es la de Sanidad y Bienestar Policial, junto a un grupo de médicos, asistentes sociales y colegas.
“Por suerte estaré en Villa María. Quiero agradecer a mi familia porque sin la contención y la ayuda, hubiese sido algo complicado de lograr”, cerró.